Voy a opinar con la misma reflexión que demostraron hoy (12/10/07) nuestros diputados de la AN.
No me voy a meter con los asuntos procedimentales de cómo es eso que en la tercera discusión se incorporan cambios en artículos de la Constitución que no estuvieron considerados para nada en la primera y segunda discusión. Esa vaina me tiene sin cuidado cuando se trata de cosas gruesas como las que acabo de oír.
Ni siquiera me voy a meter con conceptos jurídicos de mucho peso específico como ese de la progresividad de las leyes cuando de asuntos de derechos humanos se trata. Aunque esa vaina si me tiene, y muy pendiente, porque para esta revolución el derecho a la justicia es un derecho vital.
Con lo que si me meto y con toda la agresividad que la arrechera me da, es con eso de que estos diputados hayan dedicado todo este día a la torpe tarea de joder la propuesta de reforma que nos presentara el Presidente, que tenía un carácter compacto, integral y blindado, con los contenidos necesarios y los enlaces adecuados para que la visión de una nueva sociedad, justa, equilibrada e igualitaria se exprese en sus cuatro dimensiones: la dimensión espacial, la dimensión política, la dimensión social y la dimensión económica.
Que patética la actitud de los diputados declarando esta noche, a la salida de su desquiciada reunión, tratando de explicar que ahora lo importante no es la creación de un nuevo poder que está llamado a desempeñar el papel protagónico de la revolución: el poder popular, depositario de la soberanía y organizados en consejos comunales, consejos obreros, consejos campesinos, consejos estudiantiles y cualquier otra forma de organización de los ciudadanos, donde sus voceros son designados y revocados en cualquier momento. Dotados además del territorio geográfico para su actuación y dotado de la propiedad social, comunal y ciudadana que le permite la sustentabilidad y el desarrollo.
Ahora resulta que lo importante es aplicar medidas para meter presos a los golpistas del 2002 y a los estén pensando repetir lo mismo… y de paso también dificultar los revocatorios ¡Váyanse bien largo al carajo!