No soy especialista en finanzas y mucho menos en adulancias y lisonjas, pero ayer sentí un respirito cuando vi al camarada Rodrigo parapeteado en el estrado de oradores de la Asamblea Nacional echando más números que panchito el matemático. Se acabo en esta parte del continente las odiosas cuentas de “técnicos, financista y estadistas” que por sus cabezas no les pasaba la simple idea de que la mejor inversión es laque hay que hacer con los pobres; es decir esa cosa “complicadísima”, que los doctos y magíster llaman gasto social. Así de simple, más de cinco mil millones de bolívares fuerte, o como dijo Tito mi vecino, ¡nos dieron la manguangua de casi seis Billones de Bolívares cuartos republicanos para ver mejor, estudiar más, enférmanos menos, aprender algún oficio, hacer mas deporte y de paso una platica pá que nuestras madres del barrio se resuelvan!,
También este ministro, socialista desde los días de estudiantes y de sus suplencias al primer valiente, desde el mismo recinto que utilizó para presentar su proyecto, anunció, que en una parte del entramado del gasto social, se tiene previsto en gastos ordinarios la cantidad de más de once mil millones de Bolívares fuertes, y que de esa bicoca de cobre, solo a los viejitos y pensionados le van a meter en sus bolsillos la suma de más de siete mil millones de bolívares fuerte; algo más del 70% de esa parte del presupuesto, y esto sin tomar en cuenta que casi el resto se lo van a llevar en sus barriguitas los chamos de las escuelas bolivarianas.
Como en sus momentos de clase en su facultad de economía, el profesor Rodrigo, explicó que por primera vez desde la instauración de la era democrática, los venezolanos iríamos a ejecutar, administrar y por supuesto a beneficiarnos, de un presupuesto donde el gasto social alcanza la suma de casi sesenta y cinco mil millones de bolívares fuerte; es decir, el 46% del presupuesto proyectado. Así las cosas, y tomando en cuenta las clases que dan los especialistas, especiales en brindarnos en bandeja de plata las bondades de la economía moderna del mercado y el capital, ya deben andar de cabeza, tratando de explicar como carajo fue que con tanta sapiensa y tantos dólares que se han trasegado en estas tierras, lo único que con una alta experticia ejecutaron fue la generación de millones de pobres, que desde México a la Argentina claman y suspiran como Ligia Elena, por un niche como Chávez y un Ministro que voltee la tortilla y ponga a los ricos a comer de cabeza y a los pobres pan.
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