Hoy hemos convertido este impase, que constituye una derrota reversible, en una victoria que marca el carácter pacífico y de extensa democracia que encumbra nuestro proceso revolucionario. No nos sentimos derrotados porque hoy le estamos dando una lección a todos los enemigos que tenemos en el mundo y con ello estamos fortaleciendo un proyecto histórico que también se fortalece entre los pueblos que nos ven como una referencia de cambio en nuestra lucha contra el imperialismo y su podrida imposición capitalista.
Ya sabemos cual es la película que viene. Harán interminable su desfile mediático a nivel nacional e internacional. Lo viejo, contra lo que hemos luchado de manera sistemática, tratará de vestirse de nuevo con sus viejos actores y con la ignorancia de los dirigentes jóvenes transculturisados en sus vacaciones en Disney World. Hablarán de nuevos actores y de nuevas propuestas como si la vida se redujera a una interminable cadena de entrevistas por televisión. Casi seguro que se volverán a equivocar porque no tienen sentido de la realidad.
No está demás advertirles que una de las vanguardias más aguerridas en la historia de luchas del pueblo venezolano, es la Vanguardia Bolivariana que se ha venido forjando en estos 18 años de luchas posteriores al Caracazo de 1989. Allí estamos todos, indistintamente de las organizaciones en que militamos, sean políticas, sociales, o culturales. Cómo hacerles entender que ganaron un referendo contra el proyecto de reforma y no unas elecciones presidenciales. Cómo hacerles entender que no permitiremos que intenten meternos una crisis de gobernabilidad. Cómo advertirles que sí juegan con la paciencia del Pueblo Bolivariano serán barridos por las reservas inmensas que contiene un proceso revolucionario abierto y en curso. Cómo hacerles entender que “el látigo de la contrarrevolución hace avanzar la Revolución”. Como dijo Chávez: “sepan administrar su “victoria””