El capitalismo tiene sus valores, válidos para un sistema socioeconómico que se fundamenta en la explotación del hombre por el hombre para volverle la vida cuadritos a los más pobres. Entre estos valores están el individualismo y el consumismo exacerbado, que se reflejan en la voracidad por tener más y el empeño en exhibir el buen vivir o la cómoda posición económica.
Estas expresiones del individuo dentro del sistema capitalista es lo que hoy agrede la vida cotidiana y hogareña de uno de los baluartes de la resistencia cultural en Margarita, como lo es Jesús Ávila o Chú Guitarra, como se le empezó a conocer en su pueblo Los Robles, o El Guanaguanare para identificarlo con su canción que hizo famosa a una cantante venezolana, gracias al irrespeto a la autoría intelectual de nuestros humildes creadores. Guanaguanare es canto de amor, pero también canto, voz y puño de resistencia ante la invasión transculturizadora ,que llegó a la isla bajo el ropaje del Puerto Libre y que se ha mantenido de manera criminal gracias a gobernantes títeres del capital como Morel Rodríguez Ávila, el ecocida que ocupa el palacio de gobierno.
Jesús Ávila, Patrimonio Cultural de este país, ejemplarizante símbolo de la resistencia cultural, vive hoy asediado por el polvo dañino, cercado por tapias, oculto de la luz que tanto le inspira para hacer de su creatividad un canto a la margariteñedad; sólo porque unos cretinos piensan que el tamaño de la tapia, la dimensión de una casa o la cantidad de terreno que invadan con concreto les da una posición por encima de los demás. Así es la miseria humana, peor cuando corroe los sentimientos y la inteligencia del nuevorico.
A Jesús Ávila se le debe mucho en Margarita y Coche, quizás la mayoría lo tome sólo en su dimensión de excelente cantautor, pero va mucho más allá; pues habitando una isla donde la transculturización ha hecho de las suyas, donde las cosas y los seres humanos empezaron a ser nombrados con palabras foráneas, donde la pasividad hizo posible la dominación cultural y el crecimiento de una mentalidad mercantilista y donde gobernantes, tipo Morel Rodríguez, sólo han sido los celestinos del poder económico, creadores como Jesús Ávila se transformaron en la resistencia cultural e histórica; en la memoria que se niega a morir bajo el peso del desarrollismo. Jesús es parte de los llamados Bolsones de Resistencia Cultural que están aquí, quizás muy dispersos, quizás poco colectivos, pero están y se han plantado con firmeza ante esa invasión sin marines que se ha dado en la isla. Si bien se entiende que “bolsones de resistencia” son expresiones colectivas que se oponen consciente o inconscientemente a la dominación colonial-capitalista, en el caso de Margarita las expresiones también se dan de manera individual, como el caso del Guanaguanare.
Es criminal cualquier acción o actividad que se realice y afecte a gente como Jesús Ávila. Quienes hoy se empeñan en atropellarlo, obnubilados por el neorriquismo que los transforma en cretinos, ni siquiera son capaces de pensar que están agrediendo a un hombre al que Margarita le debe en mucho su existencia como tal.
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