La visión del Futuro

Me decía un viejo amigo -cuando lo visité en Caracas - ¿te acuerdas de aquellos tiempos en que pensábamos en una transformación revolucionaria de la Ciudad? Hablábamos desde el punto de vista estructural y arquitectónico, que también forma parte del sentimiento emocional y recordatorio del ser humano. Pensábamos en el futuro cambio de mentalidad del ciudadano beneficiado por obras que determinarían su futuro.

¿A que se refería mi apreciado amigo?, pues ni más ni menos que al aspecto humano y humanizador que se le puede dar al ciudadano, para abrir y ampliar su visión del qué y el porque de su propia vida. Decía, mi apreciado amigo, y no le quito su razón, cuando señalaba con cierta complacencia, como se construyó ese gran complejo habitacional para el pueblo, que hoy se llama el 23 de Enero.

Años más tarde se construyó también, otro gran complejo habitacional para el pueblo y la clase media que se llama Caricuao.

Sin entrar en detalles, quiso decirme que siempre se le hizo algo a Caracas, quizás no lo suficiente, pero había mucho menos dinero como consecuencia de la renta petrolera.

No era el caso polemizar al respecto, ni discutir cuanto había cuando se construyó el Puente sobre el Lago de Maracaibo, la Presa del Gurí o cuando se puso en funcionamiento la Línea (1) del metro de Caracas.

Indiferentemente de toda esa historia, hoy por hoy, si pensamos un poco, llegamos a la conclusión que con todo el dinero que han tenido las alcaldías o los entes ministeriales, han hecho muy poco para mejorar Caracas. Es cuestión de balances de cuanto hemos dispuesto y cuanto hemos realizado efectivamente.

Siempre pensé que era un grave error adjudicar propiedades a la población en esos cerros plagados de infección y delincuencia. Acaso no es mejor crear nuevas soluciones habitacionales, bien hechas y no más de tres pisos de altura para que los ancianos lleguen sin temor a un infarto a sus hogares, y luego, vaciar inmediatamente los terrenos llenos de ranchos y transformar esa áreas en bosques y caminerías que favorezcan el ambiente y el hábitat de la Ciudad.

EN CASO CONTRARIO SE LLENARAN DE NUEVOS RANCHOS Y ESTO SERÁ UN PROBLEMA DE NUNCA ACABAR. Con obras de esta calidad es que se puede lograr aquel sueño del pasado de hacer una revolución estructural y arquitectónica para Caracas.

Señalaré, y ya no se cuantas veces lo he hecho, que es una necesidad de primer orden, desviar el tráfico de camiones y gandolas que van del Oriente al Occidente del país y viceversa, a través de los valles del Tuy, cosa prevista por Marcos Pérez Jiménez hace ya muchos años.

Trabajando así es que se ganan los votos. Sin duda alguna.


alexriver870@hotmail.com


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Alex Rivero


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