De que conozco
a Lusbi Portillo, y de haber sido cierto lo que por aquel entonces de
la Cuarta República se decía, este presidente de la Sociedad Homo
et Natura seguramente con unos cuantos kilos menos sería en estos momentos
parte del Secretariado de las FARC. Y de ser cierto lo que ahora se
dice, que es de la CIA, por lo menos ahora estuviera mucho más gordo
dándole de coscorrones de los “cholitos” de Evo allá en Bolivia.
Pero, como
todos los que lo conocen saben que eso no es más que una “piquiña”
natural de los que se hayan en el poder, Lusbi continúa como siempre,
dando de que hablar y en algunas ocasiones conquistando grandes batallas
(como la paralización de la explotación de Carbón en la Sierra de
Perijá) sin que por ningún lado se le haya visto cometer actos de
pillaje o sacado provecho pecuniario alguno. A no ser que como algunos
de nuestros “socialistas” acostumbre bien calladito a tener una
que otra cuentecilla en dólares en el revolucionario y marxista United
States.
Ayer precisamente
lo vi junto con otras sesenta personas que igualmente preocupados nos
dimos cita en la ciudad de Cabimas para enterarnos y comprometernos
con lo que estaba ocurriendo con el reclamo Yukpa en el pie de monte
de la Sierra de Perijá. En el auditórium de la extensión de Ingeniería
de la Universidad del Zulia, por todo lo bajito, por cuanto hacíamos
esfuerzos prácticamente ancestrales para lograr oír la lap top, que
dicho sea de paso no era de Lusbi, ya que para el evento no se pudo
contar con el sonido del espacio, y mucho menos del infaltable bife
que acostumbran tener los “indigenistas” del gobierno a la hora
de tratar los problemas del “indio”.
A diferencia
del deshonroso y genocida pasado por lo menos hasta ahora la Guardia
Nacional no ha sido empleada para asesinarlos. Aunque tampoco para realmente
protegerlos, han sido dispuestos para custodiar el ganado y los bichitos
que se encuentran en las haciendas que hoy han sido “recuperadas”
y se hayan en justa reclamación. También para impedir que el importante
y mediador desempeño de los ecologistas, estudiantes y medios de comunicación
comprometidos con la verdad puedan asistir y velar por la transparencia
y el correspondiente debido e imparcial proceso del reclamo.
Como en anteriores
ocasiones al parecer se pretende en estos momentos bajo una óptica
no-india resolver un problema indio. Con la misma visión occidentalista,
ahora socialista, se pretende cambiarle la identidad y la cosmovisión
de sus estructuras de vida. Es decir bajo los Consejos Comunales suplantarles
sus ancestrales y naturales formas de organización y elección. Formas
de organización para que rentablemente puedan vender “orgullosos”
su artesanía, como ha propuesto la erudita Ministra del P.P. para los
Pueblos Indígenas.
Ayudar sin
entender y comprender las respetables y dignas particularidades de estos
pueblos indígenas, sería lo mismo que condenarlos del mismo modo criminal
que se hizo en el pasado. A pesar de los mejores propósitos y loables
intenciones el problema es demasiado complejo para NO abordarlo desde
el estudio multidisciplinario, sí es que realmente nos acompaña una
verdadera motivación revolucionaria. Reinsistir en el desliz de creer
que podremos resolver solo legalmente este problema, midiendo aquí
y revisando papeles allá, a la larga estaríamos evidenciando no ser
mejor que aquellos misioneros que por comodidad e incomprensión hace
tiempo le cedimos el tratamiento de nuestros hermanos. Inhumanamente
creyendo que éstos, para su plena desgracia, viven en un mundo y en
un tiempo equivocado. Y, por eso de la hipócrita lástima judeocristiana,
son considerados unos “buenos salvajes” o simpáticos fenómenos
de nuestra tolerante, curiosa y reaccionaria visión occidental, confinándoles
pues a vivir en reservaciones que nos permitan “maravillarnos” con
sus excentricidades, como lo hicieron vergonzosamente los salvajes gobiernos
del Norte.
Hoy en día
a pesar de la buena voluntad del gobierno del presidente Chávez, los
“indios” que aun mantienen el orgullo y la nobleza de su estirpe,
aquellos que no se han permitido ser contaminados sacándole provecho
económico desde la política a su espiritualidad y sus costumbres,
sin camionetas 4X4 último modelos y sin millonarias “cooperativas”
de contrabando de gasolina, están siendo peligrosamente amenazados
incluso con perder su mortal existencia en este gobierno revolucionario.
Hoy en día es necesario y urgente que se les oiga, y sin hipocresía se vea en qué condiciones viven estos pueblos, pero hoy es más necesario que oiga de sus propios labios el testimonio sobre lo que opinan de los “ilustres” diputados a la Asamblea Nacional por los Pueblos Indígenas.
waldomunizaga@hotmai.com