Manuel Rosales: Encarcelarlo el 23 de Noviembre

En un magnífico escrito del camarada Alexis Arellano publicado hoy en este portal titulado: “Se acerca el final político del filósofo del Zulia”, se lee:

“Rosales se plantea echarle mano a la alcaldía de Maracaibo. Sin embargo, tiene dos grandes problemas que resolver: primero debe ganarle a Henry Ramírez, lo cual es cada día más difícil, y luego, de conseguir la victoria, tendrá que enfrentar una lluvia de procesos judiciales que habrán de venírsele encima, dada la corruptela y la depravación que ha caracterizado la gestión del actual gobernador” acto seguido sentencia: “Manuelito necesita que ese personaje gris que carga a cuestas gane la gobernación, pues caso contrario tendrá que imitar a Alfredo Peña y darse a la fuga sin ni siquiera entregar el cargo”


Las palabras de este compatriota son lapidarias, más no excepcionales. Lo excepcional, en todo caso, sería buscar, la misma noche que se conozcan los resultados del proceso electoral de noviembre, el instrumento legal que permita la captura de Rosales y los hombres con testículos que la implementen para impedir la fuga del delincuente con su botín.

¿Qué puede importarle a este bandido de Rosales, que mantiene arrinconado al colectivo zuliano en sus casas ante la arremetida del hampa y paramilitarismo secuestrador, fugarse como decimos en castellano castizo con la cabuya entre las patas hacia su exilio dorado en Miami en donde será recibido como un perseguido político más del régimen y no como lo que es: un delincuente?

Fue penoso, anoche, oír y ver la impotencia manifestada por nada más y nada menos que el Ministro de Comunicaciones e Información, Andrés Izarra, en el programa Contragolpe que conduce la camarada Vanesa Davis, cuando suplicaba, casi, al Directorio de Responsabilidad Social en Radio y Televisión sanciones en contra de la empresa comunicacional Globovisión por permitir el flagrante delito de llamado a magnicidio del crápula Rafael Poleo.

Esto sólo ocurre en Venezuela; el país de lo posible; el país de robar, de conspirar y de asesinar y que nada te pace. Esto sólo ocurre en este país en donde ni un ministro tiene la facultad, porque la Constitución así se lo prohíbe, de encarcelar a cuenta del Ejecutivo y por cuenta de la mayoría decente de este país, más de un 60% que eligió a su Presidente, a facinerosos como Poleo y Rosales a cuenta del ya institucionalizado “derecho a la impunidad”.

En tanto y en cuanto, el proceso revolucionario no se radicalice y no se detenga “in fraganti” al delincuente burócrata en la comisión de sus delitos, tal cual lo hicieron recientemente en Perú, no habrá revolución; habrá, en todo caso, impunidad y más impunidad; continuará el reparto del botín que produce la renta petrolera lo que, al final, dará al traste con el sueño de millones de venezolanos que soñábamos en el 98 con la llegada de un gobierno que encarcelara a delincuentes del talante de Manuel Rosales quienes en nombre, repetimos, de ese derecho a la impunidad continúan no sólo irrespetando la autoridad del Presidente, sino a las instituciones y al soberano que sigue esperando con esa paciencia que le caracteriza, la llegada de la justicia por el bien de la patria y de la revolución.


¡Si la lucha se dispersa, no habrá victoria popular en el combate!

Alí Primera



¡El que tenga oídos, que oiga!



Eliécer Alvarado
Médico
elieceralvarado@hotmail.com


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Eliecer Alvarado

Médico y revolucionario.

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