El anticomunismo parece haber brotado dentro de muchos militantes del PSUV luego que el Camarada Presidente arremetiera contra el PCV en más de una oportunidad. Elemento peligroso si partimos de la realidad de una militancia numerosa, multifacética y heterogénea dentro del recién formado partido socialista, en la que abunda la falta de formación ideológica, incluso es alarmante la escasez de cultura política en miles de militantes de esta organización.
En Aporrea y otros espacios para la opinión, así como en las conversas libres en la calle, han abundado los ataques contra el PCV, partiendo de la opinión del líder de este proceso revolucionario. No podemos obviar que muchos de estos ataques, en especial los que se dan en las conversas, tienen su origen en la ingenuidad y en su fervor por el liderazgo del Camarada Presidente, lo que no disminuye el peligro, pues si no hay la aclaratoria proveniente del propio líder puede iniciarse la siembra de un visceral anticomunismo, no muy difícil de esparcirse en una sociedad que durante años ha sido sometida a tanta propaganda contra las ideas de Marx, Engels, Lenin y sus seguidores.
Si nos remontamos al propio nacimiento de Acción Democrática, desde el PDN, los dirigentes que luego se alinearon con la socialdemocracia y el capitalismo, se encargaron de sembrar bien temprano el anticomunismo, precisamente como un antídoto contra cualquier intención revolucionaria en el pueblo y darle paso al reformismo como especie de analgésico.
Nunca se ha identificado el Camarada Presidente como anticomunista, al contrario, se ha encargado de aclarar en más de una oportunidad que si bien él no es comunista tampoco es enemigo de esta corriente histórica. Así que de principio se asumen sus palabras como una expresión producto del momento electoral y resultado de la pasión que acostumbra a poner en sus palabras, lo que le ha llevado en más de una oportunidad a decir cosas ante las cuales ha reculado luego.
Bien nos lo decía una camarada cubana: "a los hombres grandes no le podemos pedir errores pequeños".
No nos preocupa, entonces, la postura del Camarada Presidente, sino lo que pueda fraguarse tras esa postura; pues son inocultables las posiciones reformistas en varios de los que rodean al líder de este proceso, tanto así que todo el aparataje administrativo del Estado no se pone a tono con las exigencias del Presidente en cuanto a fortalecer el Poder Popular porque hay temor a la fuerza de ese mismo Poder Popular.
Así que es fácil para aquellos que están optando por la reforma, usar las palabras del Camarada Presidente para frenar las posturas revolucionarias no sólo del PCV (donde también ha estado -y está- presente el reformismo, y es una realidad que no se puede obviar), sino de aquellos y aquellas militantes de organizaciones otras revolucionarias que por años han luchado por el advenimiento de una sociedad socialista. Y cuyas luchas comenzaron hace muchos años, cuando el hoy líder del proceso era un muchacho que sólo aspiraba a llegar a las Grandes Ligas como lanzador.
Me decía en estos días el respetable luchador social Roland Denis, que los procesos electorales inciden para que las luchas sociales bajen su intensidad en estas etapas, eso es cierto. Tan cierto como que también los procesos electorales son causantes de muchos errores producto de una visión numérica, meramente electoral, que convierte a los ciudadanos y ciudadanas en simboles electores. Errores que se deben ir corrigiendo, pero que mientras tanto nos afectan.
Por eso entiendo que las contradicciones entre el Camarada Presidente y la dirección del PCV se dan dentro del marco del proceso electoral. Para la gente del PSUV el hecho de que el gobernador de Bolívar le haya caído a palos a los trabajadores de Sidor, no es relevante ante el obetivo de mantener esa gobernación en manos de un hombre cercano al Presidente, aunque a lo mejor esté lejos del pensamiento socialista, sí asumimos que el socialismo es el proyecto político de lo trabajadores, y este compañerito dio demostraciones de no ser amigo de los trabajadores.
Para el PSUV y para el Camarada Presidente no hay que detenerse mucho en que el candidato oficial del chavismo en Yaracuy haya pactado con la derecha más reaccionaria del país por una cuota de poder; mientras que el PCV podrían considerar que esa alianza puede darse otra vez, pero en un momento crucial para montarse en la vía hacia el socialismo.
Nosotros mismos, podríamos considerar un error del PCV apoyar al camarada Octaviano Mejías en Trujillo, pues se estarían incentivando la disidencia interna dentro del PSUV; acción poco fraterna con los aliados.
También nos puede preocupar que conociendo de boca del propoio Wilmar Castro Soteldo sus simpatías por el PCV y su tránsito por la Juventud Comunista, hoy el Partido Comunista no lo apoye como candidato del PSUV, y opté por otra opción representada por Beatriz Petrizzio del PPT. .
Estas realidades distintas nos llevan a pensar que no hubo dialogo, que se encerraron en posturas; en este sentido, el PCV acusa a los otros de esta situación y muestran su disposición a conversar.
Ceder de parte y parte, sin que sea obligante un acuerdo en un 100 por ciento es la vía. Si se opta por la ruptura, la tan denunciada derecha endógena dentro del PSUV saldría ganando; lo cual sería un retroceso dentro del avance hacia el socialismo.
Una cosa más, dicha por el Secretario General del PCV, y que es una verdad clarita: de las filas del PCV ni han salido los que han traicionado al Camarada Presidente en los últimos diez años; al contrario, casos como el de Alfredo Peña fueron advertidos por los comunistas a tiempo.
Ojalá, pues, que el camino de la reconciliación se abra para bien del proceso revolucionario.
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