Tienes desde ya, nuestro plácet, para que intentes a través del voto popular enmendar, solamente por ahora, el artículo 230 de La Bicha que nos dé el respiro de tenerte en el poder hasta que tu cuerpo aguante, porque voluntad y espíritu tienes para rato, condiciones sine qua non en política que te hacen invencible ante la oposición solapada venezolana, que aupa como cliché, la opción de mantener en la palestra pública, el grito desgarrador de fraude constitucional, que les oxigine la esperanza de quebrar el anhelo popular de aspires a ser candidato en el año 2012.
Toda una trama de argucias repetidas a coro por sus medios comunicacionales encadenados en la mentira, tratando de descalificar y dejar sin efecto lo que es vox pópuli en Venezuela como lo es el ¡Uf Ah! Con su inmediata respuesta revolucionaria popular: Chávez no se va.
Como desean y quisieran ellos el Chávez vete ya con golpes o sin golpes para reventar el proceso revolucionario venezolano, que cada día los aleja irremediablemente del poder y de Bush.
Tengo en mi poder, un cajón de velas amarillas, las que en su oportuno momento arderán de fe al espíritu del voto y a la ley de la atracción universal todos los días que transcurran, desde la iniciación hasta el final del acto de haber alcanzado el triunfo de la reelección del presidente Chávez en el referéndum y como si fuera poco, le adjuntaremos un rosario de oraciones altamente configuradas de verbos ad infinítum que recorra con estribo de paz la geografía nacional.
¡Escuálidos, pegaos contra la pared!, que el Uf Ah, viene ya en todo su esplendor, y, ustedes apátridas a comprar alpargatas blancas y remánguense los pantalones que el baile no es de cucarachas ni de tambor mirandino como se han aprovechado otras veces. Generalmente, los cobardes bailan al compás de la música que le toquen, pero los pitiyanquis de acá bailan el jazz del miedo acompañados de la sinfónica de la abulia y como tales se comportan cuando se trata de Chávez. El odio que sienten por él no lo esconden ni lo disimulan como fascistas que son, cuyas vísceras se contraen de terror para no vomitar con sangre su retaliación.
La oposición venezolana actúa como máquina traga monedas que, entre más embustes le meten en la memoria más locos se vuelven y no transpiran una idea que congracie a sus seguidores en el panorama nacional, aunque sea por un ratico que, alimente la curiosidad de sirios y troyanos que los ubique en algún apartado de la historia. Pero que va, están desjuiciados de banda a banda y sin bola roja. La dirección del momento se les perdió y cuán desesperados del rumbo lógico están dentro de la política partidista que se les fue de las manos, lo mismo que en el paro petrolero, con la única excusa de salvación es que no tienen a los Carlos (Fernández y Ortega) para que arrimen más leña al fuego que los desfigure por completo como diría un amigo “quiero golpe en la mañana, golpe al mediodía y golpe en la noche para dormir feliz golpeado”.
Nuestra espada está desenvainada para la estocada final y, que conste que es una espada de tres filos para cortar a lo largo, ancho y profundo de nuestra tierra patria, para ese clamoroso Uf Ah, de estirpe realengo como el mismo pueblo que le dio el sentido humanitario para que la posteridad lo atrape con el amor profundo que jamás olvidaremos, aunque nos entierren en las catacumbas de la ignorancia.
De aquí en adelante donde haya un sí habrá una esperanza para nuestra historia.
A luchar compatriotas.
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