Esta idea macabra,
la de estremecer al país con un atentado terrorista que induzca a la
población a pensar que el gobierno revolucionario no estaría en condiciones
de garantizar la seguridad y por ende confiársela a otros, fue “acariciada”
durante el período electoral que culminó el 23 de noviembre pasado,
pero las condiciones no les fueron propicias, porque el clima que prevaleció,
fue el de la más absoluta certidumbre de un triunfo del llamado
“chavismo” y el de las más amplias garantías de transparencia
que demostró antes, durante y después, el Consejo Nacional Electoral
(CNE).
En esta ocasión, cuando
estamos ante la 15ª consulta electoral en 10 años, hecho inédito
en cualquier parte del mundo, en las filas de la oposición lucen muy
preocupados, porque ahora temen sí, que están ante una etapa cumbre
en la que ya no es posible echar atrás. Por supuesto que no estamos
ante la reelección del presidente Chávez, sino ante la mera posibilidad
de que tenga la oportunidad de postularse nuevamente; pero en la práctica
así lo ven y lo admiten públicamente, ante la perspectiva de que dentro
de cuatro años no puedan nuclearse en torno a un candidato con posibilidades
de derrotarlo.
Esta preocupación
es compartida ampliamente por el Imperio y por los halconcillos que
hacen vida en Colombia. Un Chávez victorioso nuevamente es algo que
no pueden tolerar de ninguna manera. Para ello se están preparando
para atacar y los libretos para actuar son ampliamente conocidos.
El objetivo estratégico
de los Estados Unidos está en no descuidar su “patio trasero”
y cederlo a sus posibles competidores. Para lograr este objetivo están
dispuestos a todo y más como Venezuela que es una fuente segura de
suministro petrolero, por lo menos por los próximos 200 años, hay
que mantener un equilibrio inestable entre Venezuela y Colombia, con
clara inclinación hacia este último. Todo se vale, y ejemplo de ello
es la última acción terrorista cometida en Bombay (India), en la que
comandos entrenados causaron daños tremendos, no sólo a la estructura
física de edificaciones, sino al ambiente de distensión que reinaba
entre India y su vecino Pakistán, y de paso se reavivaron las tensiones
entre estos dos países, resultados que tienden a favorecer ampliamente
los propósitos del Imperio.
La derecha venezolana
delira con un evento que produzca los mismos resultados de los atentados
terroristas de Madrid que hicieron posible el triunfo electoral inesperado,
para ellos, de Rodríguez Zapatero, ante el manejo errático e inmoral
de la crisis subsiguiente por parte del gobierno de José María Aznar.
Más recientemente, los desórdenes que se han producido en Grecia,
y que seguramente conducirán a la renuncia del primer ministro y a
nuevas elecciones anticipadas, como consecuencia de la muerte de un
estudiante a manos de la policía.
Pero Venezuela no es
España ni estamos ante un escenario parecido al de Grecia, donde el
gobierno es de derecha, neoliberal, atlantista y vinculado a los Estados
Unidos.
Sin embargo, los adversarios
del proceso revolucionario venezolano no descansarán. Están muy conscientes
de la siguiente situación: Que en un ambiente de paz, de respeto a
las normas del derecho, de circunstancias políticamente correctas,
una victoria de Chávez en el referéndum para aprobar la enmienda constitucional
luce indetenible y en consecuencia su postulación para el 2012 es posible.
En tal caso el triunfo de un candidado oposicionista resultaría poco
probable.
¿Qué hacer? Alterar
el ambiente que hacen posibles las victorias de Chávez
Estamos ante una eventual
guerra no militar [1], porque la situación mundial es bastante
difícil para el Imperio. No sólo la NASA, sino también los Departamentos
de Comercio y Defensa y el de Seguridad Nacional han sido víctimas
de ataques informáticos que han dejado al descubierto la asombrosa vulnerabilidad digital de
los EE.UU. La guerra de Irak va de mal en peor. Hasta
Bush, en los estertores de su mandato presidencial lo ha admitido con
amargura.
Ni los Estados Unidos,
ni la OTAN ni nadie, están en condiciones de poner orden en Somalia,
donde la piratería se
ha convertido en una práctica constante, con consecuencias bastante
graves registradas por la ONU, en donde se evidencia que sólo en 2008
se han registrado 120 ataques de secuestradores en alta mar, frente
a las costas de ese país africano, con 35 navíos retenidos y 600 personas
secuestradas, con un botín estimado en más de US$ 150 millones.
En Afganistán, según
los últimos informes los
rebeldes talibanes controlan el 72%
del territorio del país. Más claro aún: los Estados Unidos invadieron
con la complicidad de la ONU a Afganistán, que se cuenta entre los
países más pobres del mundo, y después de años de guerra la están
perdiendo. El domingo 07 de diciembre, más de 100 camiones fueron destruidos por
talibanes en la provincia de Peshawar (Pakistán), después, los mismos
talibanes acabaron con más de 50 contenedores y 22 camiones con comida
en la misma zona. El pasado mes de noviembre un grupo consiguió secuestrar
un convoy de camiones con provisiones a plena luz del día. Es más,
la presencia de los Estados Unidos y sus socios no se justificarían
sino fuera por el tremendo negocio
multimillonario de droga (heroína) en Afganistán [2]. Cómo será el relajo imperante, que los EE.UU.
reconocieron al diario estadounidense “The New York Times” que Ahmed
Wali Karzai, hermano del presidente, está
implicado en el tráfico de drogas
. [3]
Los planes de invasión
a Irán también se han tenido que desleír, esfumándose “Así
cual las brumas del mar” [4]. Pensar en una invasión a Venezuela no sólo
es poco probable, sino peor aún, poco redituable.
Pero los adversarios
de este proceso venezolano no se contentarán con acciones inocuas,
sino que están dispuestos a causar daños materiales y por ello no
es descartable un violento ataque terrorista muy bien planificado que
eventualmente dejaría mal plantado al gobierno y a Chávez, y entonces
sólo así, debilitado moralmente pudiera ser presa de otro zarpazo
definitivo.
No sería aventurado
esperar una acción terrorista en el proceso electoral en curso que
debería concluir a finales del mes de marzo del año 2009 y para ello
contarán con la participación de elementos vinculados al narco-para-militarismo.
Así se matarían dos pájaros con un solo cartucho: El primero, que
ya hemos descrito y el segundo, mantener viva una tensión con Colombia,
que vendría como anillo al dedo.
El amor y el interés…
El interés de los
EE.UU. por Colombia es, como en Afganistán, por el lucrativo y gigantesco
negocio con la producción y distribución de la droga (cocaína) que
genera enormes dividendos. De acuerdo a un estudio del sacerdote jesuita Javier Giraldo Moreno , “…se comprobó
que el consumo no disminuía sino que ha seguido en aumento constante
hasta hoy, también se comprobó que esa
“guerra” había diseñado el mejor negocio del mundo. Se obtenían
allí ganancias del orden del 20.000% que en su casi totalidad se quedaban
en el Norte. Un estudio de la revista
“Le Figaro”, de París, mostraba que en 1995 el narcotráfico llegó
a generar ganancias de trescientos mil millones de dólares, equivalentes
a las dos terceras partes de los recursos de los bancos estatales del
mundo”. [5]
Mientras el negocio
con Colombia esté bien, hay que mantener la vigencia del llamado “Plan
Colombia”, diseñado para combatir a la droga y a los narco-traficantes,
que por supuesto ha resultado un esperado “fracaso”. Para mantener
las apariencias con el negocio de las drogas, en Colombia como en Afganistán
(que son los mayores productores de droga en el mundo, cada uno en su
rubro), los EE.UU. requieren con urgencia mantener desestabilizados
los países vecinos, como lo están haciendo con Irán y Pakistán y
pretenden hacerlo con Venezuela y Ecuador. La invasión a territorio
ecuatoriano por parte de Colombia con la complicidad de los EE.UU. no
es un episodio aislado en este conflicto.
Con Obama no nos hagamos
las más mínimas ilusiones. Los servicios secretos toman decisiones
sin contar con la anuencia de ningún presidente, menos de alguien que
dice que no estaba informado que le estaban rifando el escaño que como
senador tenía por el estado de Illinois, donde su gobernador, Rod Blagojevich
habría agotado el talonario de “tickets”,
después de pasar 3 años bajo investigación por fraude en contrataciones
de obras.
Notas:
[1] “Venezuela ante una inminente una Guerra Asimétrica”, estudio somero en torno a algunas consideraciones que habían sido abordadas por los coroneles chinos Wang Xiangsui y Qiao Liang, en la obra conocida en inglés como "Unrestricted Warfare”, cuya versión italiana “Guerra senza Limiti” es la que manejo.
[2] Kaos en la Red: EEUU y los 500 mil millones de dólares del negocio de la droga. Opio, cocaína, marihuana y anfetaminas movilizan mundialmente cada año un presupuesto que puede doblar el de un país petrolero como Venezuela.
[3] Versos de un vals de Balbino García.
[4] Ver noticia en Terra .
[5] “Droga y Conflicto
Social en Colombia”, estudio del sacerdote jesuita Javier Giraldo
Moreno en http://www.javiergiraldo.org/spip.php?article85
Correo: omar1montilla@gmail.com