¿Por qué Chávez debe quedarse en la presidencia?

Primero, entendamos que América Latina vive hoy un “cambio de época”, como bien lo acuñó el presidente de Ecuador, Rafael Correa. Y ello pása, en primer lugar, por desmontar la ilusión de “Democracia” que nos vendió la Burguesía según la cual, bastaba con que el pueblo votara cada 5 años, se afiliara en partidos, y tuviera uno que otro derecho a expresarse, para que todos fuésemos felices; mientras las cúpulas del poder se “embolsillaban” al país, entregaban nuestra riqueza a intereses extranjeros, y dejaban a las grandes masas en el esterero. Esa “Democracia”, que nos llevó a 40 años en que AD y Copei (lo mismo) se “alternaran” en el poder, y con la que el pueblo se engañaba mediante el sufragio, és lo que la historia y la fuerza de la conciencia de las masas vienen liquidando paulatinamente.

Se trata entonces de amarrar esta etapa que vive Venezuela a los cambios estructurales que desmonten la falsedad de una Democracia que sólo benefició a los ricos y a los poderosos, para relanzar al país hacia la Democracia verdadera: Popular, Socialista y Revolucionaria. Y el único, hoy por hoy, que garantiza conducir hasta el éxito esta tarea, és Hugo Chávez. Por su tenacidad para enfrentar la rapacidad burguesa; por su capacidad para unir al pueblo y a los factores revolucionarios; por su sensibilidad para incluir a millones de seres en el derecho a tener Patria; por su conexidad espiritual indestructible con la gran mayoría de la sociedad venezolana; y por su altísima autoridad moral para ejercer un mandato que respeta los derechos humanos y enaltece los valores de la convivencia pacífica, és por lo que el “Tiempo Chávez” tiene aún un largo aliento.

¿Por qué, entonces, debe Chávez quedarse en la presidencia?... Porque gracias a él, y al proceso bolivariano, que junto al pueblo conciente empujan la historia hacia destinos más grandes y más gloriosos, este país existe. Veamos cuáles han sido los logros de la revolución venezolana:

I. SUPERESTRUCTURALES:

a) EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA: Las clases dominantes venezolanas jugaron históricamente al desmadre ideológico-político de las masas, pretendiendo inducirlas al descreimiento de la esperanza y a la acritud frente a los procesos de liberación y redención. Se buscó “educar” al pueblo en la cultura capitalista y de la antipolítica para castrar su movilidad y organicidad social, sumando a ello una política represiva sistemática. Por intermedio de la alienación mediática, la manipulación de la fe cristiana, el “anticomunismo” acendrado, la deformación de la historia y la exaltación de la democracia burguesa como único modelo de convivencia, castigaron duramente la inteligencia socio-política de sectores medios, estudiantiles, profesionales y funcionariado público; cuestión, no obstante, que no logró permear a las grandes capas desposeídas. Se les coaccionaba a favor de unas libertades y una patria inexistentes, mientras la miseria y la exclusión hacían estragos en el 80 por ciento de la población.

La ruptura principal con ese modelo ocurrió en febrero de 1989, cuando las masas irrumpen en lo que se conoció como “El Caracazo”. Allí, el despertar del pueblo fue espontáneo, inorgánico y sin programa de lucha, como consecuencia precisamente de la desmovilización profunda y la coacción sicológica.

És con Chávez que se comienza a gestar un proceso de irreverencia popular, volcado hacia la construcción de un nuevo modelo de sociedad: Justiciero, incluyente y libertario. El pueblo, después de 100 años (a principios del siglo 20 Cipriano Castro fue el último en enarbolar las banderas del antiimperialismo) insurgió de nuevo, cumpliéndose la máxima nerudiana de que “Bolívar despierta cada cien años, cuando despiertan los pueblos”.

b) EL RESCATE DEL PAÍS: Hasta 1998, Venezuela venía en un proceso de entrega acelerado a los intereses foráneos, con una economía sojuzgada por, y desde, el imperio norteamericano. Las mismas recetas neoliberales que hundieron a naciones como Argentina, México, Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador y Paraguay, se hincaron también sobre Venezuela para lograr abatirla moral, social, económica y culturalmente. Sólo veamos estos datos: Para 1998, el precio del barril de petróleo rayaba los 6 dólares; la educación, la salud y la seguridad social se precipitaban hacia su privatización total; PDVSA ya tenía la mitad de su estructura en manos de las trasnacionales; La OPEP, único contrapeso de las naciones débiles en el mercado internacional, hallábase liquidada; la capacidad de ahorro del pueblo, con tasas de interés al 78%, ahogada; tan sólo 6 mil millones de dólares en reservas internacionales; y un proceso gradual de inflación que disparaba los productos básicos de consumo al cielo; mientras la deuda laboral con los empleados públicos crecía y la conflictividad política y social se desbordaba.

c) LA PAZ POLÍTICA Y SOCIAL: Jamás se vivió en Venezuela la tranquilidad política y el sosiego social de que disfruta el país, al saberse el pueblo y los actores políticos asegurados en sus derechos humanos; y que los cuerpos de seguridad del Estado (Policías, Ejército, Guardia Nacional, Disip, CICPC –antes PTJ-, DIM, etc.) ya no están por las calles sembrando el terror como en la IV República. Ni los asesinatos, ni las torturas, ni las desapariciones, ni las persecuciones y allanamientos, ni la represión a la protesta, tan usuales con los gobiernos de AD y Copei, se ven ahora con este proceso bolivariano; respirándose una libertad de acción política muy escasa incluso en nuestros países hermanos de América Latina. (Salvo Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Cuba, que por vivir también procesos humanistas, muy poco es lo que padecen en esta materia). Recordemos cómo aquí se sublevaban periódicamente jubilados y pensionados, estudiantes, educadores, masa obrera, campesinos, transportistas, buhoneros, etc., exigiéndole al Estado mejoras y reivindicaciones que eran acalladas a sangre y fuego; siendo la última de ellas (y la más masiva) la masacre que se ejecutó en Caracas contra un pueblo pobre que salió en febrero de 1989 a protestar contra en paquete neoliberal de Carlos Andrés Pérez.

II. ESTRUCTURALES:

a) El desmontaje del Estado puntofijista que, controlado desde los factores de poder oligárquicos (Fedecámaras, Iglesia, Partidos AD y COPEI, CTV, grandes medios de comunicación, poder judicial, cúpula militar y gremios profesionales), liquidaba las aspiraciones populares.

b) La creación de las misiones, que vino a conectar la potencialidad del Estado con las urgencias más sentidas de las grandes masas depauperadas, demostrando que un presidente con sensibilidad social y de sustrato socialista no requiere de toda una plataforma burocrática y legalista para solventar la problemática social.

c) La implantación del poder popular como reingeniería de las relaciones Estado-Comunidad, de manera que el pueblo comience e ejercer la direccionalidad y control de la gestión pública, rompiendo con la lógica burocrática de la democracia burguesa representativa. Ello redundará, a mediano plazo, en la aceleración del nuevo modelo de democracia popular, protagónica y participativa.

d) La Reforma Constitucional (Improbada), para despojar a nuestra carta magna actual de las rémoras neoliberales que le inyectó la infiltración en la Asamblea Nacional Constituyente. El mejor ejemplo de la traición allí es el señor Luis Miquilena, quien luego de haber liderado junto a Chávez el proceso revolucionario, hoy retoza a favor de los intereses de las oligarquías y se coloca en la acera del golpismo fascista que mostró sus colmillos en abril de 2002.

e) Los 5 Motores Constituyentes. La consolidación del proceso revolucionario pasa por una nueva organización político-administrativa; la desconcentración geopolítica del poder; y la formación ideológica y de la cultura endógena patria. Ello está contenido en “Moral y Luces” y la “Nueva Geometría del Poder”.

III. SOCIO-ECONÓMICOS:

a) Las 49 Leyes Habilitantes del Año 2000: Con este cuerpo normativo, Chávez suelta las amarras en algunos asuntos puntuales para el nuevo Socialismo (Tierras, Pesca, Hidrocarburos, Impuestos, Inversión Social, Fuga de Divisas, etc.). Tanta importancia tuvieron, que a partir de allí la burguesía se monta definitivamente en el plan conspirativo.

b) El Control de Cambios: Gracias a esta medida, pudieron preservarse y aumentarse las reservas internacionales y frenar la descapitalización del país que provocaban empresarios, banqueros y especuladores bursátiles.

c) El Reconocimiento y Pago Progresivo de la Deuda Laboral Pública dejada por el Puntofijismo: Fideicomisos, prestaciones, retroactivos, cestatickets, jubilaciones, pensiones, etc., vienen siendo sufragadas por el gobierno nacional hasta con fechas del año 1975. Jamás con AD y COPEI pudo hacerse justicia en este campo.

d) La Eliminación de los Créditos Mexicanos (Mal Llamados Indexados): La IV República le dejó a la clase media, segmento muy grande en el país, el peor veneno de su historia: Una forma de créditos hipotecarios bancarios que le ahogaban cualquier posibilidad de pago. El Cálculo interminable de intereses sobre intereses elevaban hasta el cielo lo adeudado, por lo que los pobres “clientes” (más de 800 mil) terminaban sin casa, sin carro y esclavizados a los bancos de por vida. Una exigencia de Chávez al Tribunal Supremo de Justicia enterró para siempre esta pesadilla.

e) La Homologación de las Pensiones del Seguro Social con el Salario Mínimo: Más de setecientas manifestaciones hasta Miraflores se contabilizaron desde 1983 hasta 1998, en las cuales los adultos mayores del seguro social clamaban porque las miserables pensiones de Bs. 3.500,oo (apenas 1 dólar y medio) les fuesen aumentadas sustancialmente. Ni el “cristiano” Luís Herrera; ni los “socialistas” Carlos Andrés Pérez y Jaime Lusinchi; ni el “humanista” Rafael Caldera, fueron capaces de ello. Sólo Chávez, que sí augura por los pobres, lo hizo: Se las equiparó al salario mínimo, por lo que ahora los pensionados públicos de Venezuela perciben la bicoca de 350 dólares mensuales; la más alta suma del llamado tercer mundo.

f) El Abastecimiento Alimentario: Para no repetir la historia del paro criminal que amenazó la supervivencia del pueblo venezolano, el gobierno implementó la red de alimentos Mercal, y ahora la de producción y distribución PDVAL.

g) La Liquidación del Analfabetismo: La Misión Róbinson logró incorporar a las letras a más de un millón 300 mil compatriotas; lo que les permitirá, por intermedio de las Ribas y Sucre, obtener preparación académica antiesclavista. Por ello fuimos declarados, por la UNESCO, territorio libre de ese flagelo.

h) Desarrollo Endógeno-Comunas Socialistas: La Misión Vuelvan Caras trajo consigo una nueva visión del desarrollo del país: Desde nuestras tradiciones, potencialidad y dominio cosmogónico de los espacios humanos, lograremos vencer la pobreza física y cultural. Ahora vendrán las Comunas, donde el modelo social a construir ayudará a romper para siempre la concepción explotadora de las relaciones humanas.

i) El Asistencialismo Liberador: Con las políticas de intervenciones quirúrgicas masivas y gratuitas; nuevos hospitales; y atención a los adultos mayores, discapacitados, indigentes y niños de la calle, pero de una manera sistémica y orgánica, estamos demostrando que las problemáticas sociales más atroces pueden resolverse salvaguardando la dignidad de las personas.

IV. INFRAESTRUCTURALES:

Sistemas de Trenes, Puentes, Metros, Viaductos, Autopistas, Carreteras, Represas, Silos, Grandes Almacenes, Universidades, Hospitales, Sistemas de Riego, Plataformas Gasíferas, Gasductos, Oleoductos, Complejos Agropecuarios, Centros Tecnológicos y de Investigación, Sistema Satelital, Industrias Ensambladoras, Plantas de Procesamiento, Complejos Habitacionales, Sistemas Eléctricos, Complejos Turísticos y Redes de Saneamiento Ambiental.

Cumaná, diciembre 2008

(*) Miembro Equipo Político Regional Sucre del PSUV.

Integrante Comisión de Ideología y Política.


jesusmezadiaz@yahoo.es



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Jesús Meza Díaz


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