Los medios que se emplean para conseguir un intento en una disposición sabia o la habilidad para dirigir un asunto como el político; se pueden definir como táctica y estrategia. El caso de la táctica está más asociado al lenguaje militar como el arte de emplear las tropas en el campo de batalla o la táctica particular de cada arma; lo que es asimismo sinónimo de estrategia. La coyuntura política actual frente a la enmienda o “reforma” constitucional, se viste de táctica y estrategia quizás de manera errada. La propuesta de reforma constitucional del 2007 surgió tácticamente como una fórmula expuesta por el Presidente Chávez con 33 artículos involucrados, a pesar de algunos pequeños cambios y retoques necesarios, la Asamblea Nacional en su estrategia elevó la propuesta a 69 artículos, pese a una mínima diferencia de rechazo popular en la votación de aquella reforma, no hubo “mea culpa” ni razón lógica más que la consecuencia de una abstención de “revolucionarios de pacotilla”, catalogados así entonces por el propio Presidente Chávez, en un momento de emoción y rabia entendible.
La definición del proceso revolucionario de la “quinta república” y su génesis “árbol de las tres raíces” que involucran el pensamiento de Bolívar-Rodríguez-Zamora en el concepto de una patria distinta y un modelo sustentable en el tiempo definido claramente hacia el futuro como socialismo, corre los riesgos naturales de morir en el intento de su concreción, debido al exceso de confianza y abuso desmedido del pensamiento ideológico revolucionario. La democracia en Venezuela se ha convertido en anarquía y conspiración, como consecuencia el pueblo ha entregado sangre, sudor y lágrimas.
La propuesta de reelegir indefinidamente a cargos de elección popular, despiertan la abstención entre revolucionarios de pacotilla. En cambio, no existe una propuesta que exija un perfil definido a aquellos que sueñan perpetuarse, volviendo peligroso el sistema tras alimentar el pensamiento en mayor confusión. Uno de los grandes daños sufridos en la “quinta república” tiene que ver con quienes cual pared, cambiaron de color para colarse de la cuarta a la quinta república, con el mismo pensamiento cuarto-republicano heredado en la quinta. El pueblo inteligente en su memoria y olfato desprecia a cuanta guanábana piche (adecos-copeyanos-derivados) vestidos de rojo como ignominia y bofetada, para quienes en la utopía apuestan la vida por una revolución bolivariana y socialista.
Reelegir a Gobernadores, Alcaldes, Diputados, Concejales, etc…se hace más sencillo que revocarlos, lo que transita hacia un retroceso puntofijista de la cuarta, de quienes sabemos se enquistaron y permanecen aún en las estructuras de la quinta. De allí tantos hechos de corrupción, anarquía y desidia a ser premiados. El pueblo solicita al menos ciertas características que definan a estos personajes para reelegirlos en los cargos a ocupar; solvencia ética, moral, grado académico acorde al puesto, pensamiento ideológico de alto nivel, dominio enriquecido de cultura general sobre todo en geografía e historia de Venezuela y finalmente la prueba del polígrafo en una respuesta de “Si” o “No” que descubra el interés real o compromiso con el pueblo más que de sus bolsillos e intereses personales…
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