Desde diciembre de 1998, Venezuela comenzó a manifestar un cambio muy importante en muchos aspectos del desenvolvimiento cotidiano de sus habitantes. La propuesta insignia de Hugo Chávez en su primera campaña electoral se cumplió efectivamente un año después, cuando el 15 de diciembre de 1999, el pueblo, en un hecho histórico sin precedentes, aprobó con clara mayoría la nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV). Ese proceso de participación popular desde la elección de los constituyentes hasta la ratificación del Presidente, marcaría el inicio de una serie de consultas abiertas a los ciudadanos, que a nuestro juicio no tienen referentes en ninguna parte del mundo, y que han demostrado hasta la saciedad las ventajas del actual modelo de democracia participativa, en contraposición a los 40 años de supuesta democracia representativa.
Posteriormente, el gobierno inició un conjunto de proyectos ambiciosos en materia de infraestructura para la vialidad y el transporte, entre los cuales podemos citar como ejemplos el de la red ferroviaria nacional, el segundo y tercer puentes sobre el río Orinoco, la ampliación del Metro hasta Los Teques, la construcción de un nuevo viaducto en la autopista Caracas-La Guaira, del Metro de Valencia y el de Maracaibo, así como la del casi concluido Metro Cable para San Agustín del Sur. En relación con el plan ferrocarrilero nacional, cabe recordar que el mismo significa salir de un prolongado paréntesis desde la época de Gómez (cuando el país contaba con poco más de mil kilómetros de rieles), auspiciado por sucesivos gobiernos incluyendo al del dictador, que favorecieron los intereses de las empresas automotrices norteamericanas en vez de facilitar el transporte colectivo y de bienes, a través de los eficientes sistemas ferrocarrileros que han impulsado el desarrollo en países avanzados.
En materia de apoyo social se han creado mecanismos para superar los escollos burocráticos y permitir llevar salud, educación, capacitación, formación ideológica y asistencia a la población en general y con énfasis en los sectores más necesitados, a través de las misiones Barrio Adentro, Robinson, Ribas, Sucre, Vuelvan Caras, Ché Guevara, Madres del Barrio, Negra Hipólita, Alimentación y Milagro, entre otras. Nadie puede negar por ejemplo, el impulso a la educación universitaria, no sólo mediante el pago de deudas crónicas que los gobiernos de la Cuarta República mantenían con los docentes de las universidades nacionales, sino con la creación de nuevas universidades y centros de educación superior, con el consecuente aumento en la facilidad de acceso, para quienes jamás tuvieron tal prerrogativa. Por otra parte, la tradicional lentitud en la gestión del Seguro Social, se ha superado mediante un sistema ágil que ha permitido que para el cierre del 2008, más de un millón de venezolanos disfruten de sus pensiones como trabajadores jubilados.
En el plano internacional, Venezuela hoy en día no sólo es conocida por el petróleo y las misses, sino también por su papel fundamental en el rescate de la OPEP, por su apertura hacia países antes vedados por la tutela yanqui, por sus constantes muestras de solidaridad con naciones que han sufrido catástrofes, por sus esfuerzos para construir la unidad latinoamericana que soñó Simón Bolívar, por sus aportes a la paz en Colombia a pesar de la inquina de la oligarquía cachaca contra Chávez y Venezuela, y por su empeño en la conformación de un mundo multipolar. Así mismo, en áreas como el deporte y la cultura el país ha retomado el rumbo del progreso, como lo confirma la presencia cada vez más numerosa de atletas venezolanos que califican para competencias internacionales, y el notable reimpulso a la edición de textos y la producción cinematográfica criolla.
En consecuencia, considerando el balance ampliamente positivo de la gestión, nada parece más lógico que estimular la permanencia de Hugo Chávez en la presidencia de la república. Para ello, el primer paso es que se permita su postulación, lo cual implica la modificación del artículo 230 de la CRBV. Pero ya que el mismo principio de reconocimiento del buen trabajador, debe aplicarse con justicia a otras esferas del poder ejecutivo, tal como lo reconoció el Presidente el 05-01-09, la propuesta de enmienda debe incluir también los artículos 160 y 174 referentes a los gobernadores y alcaldes, respectivamente, así como los que competen a los legisladores.
En lo que resta del actual período y en el próximo, el Presidente Chávez debería dirigir mayores esfuerzos al combate de la delincuencia, mientras se atacan con las misiones sociales las causas que la generan. Ello requiere reducir al mínimo la burocracia que mantiene el retardo procesal, mejorar la capacitación técnica y humanística de los cuerpos policiales así como su equipamiento, y en general mejorar sustancialmente tanto la calidad en la administración de justicia como en la gestión contralora, a fin de disminuir la corrupción administrativa bajo cualquier disfraz que utilice. Por otra parte, el Presidente debería ampliar su equipo con gente nueva, fuera del círculo de rotación permanente, y aprovechar mejor el tiempo, tanto el propio como el de su equipo. A estas alturas no se justifican las intervenciones maratónicas que indefectiblemente se traducen en la repetición viciosa del discurso, ni la ya tradicional impuntualidad en el inicio de reuniones de trabajo o eventos públicos, derivada de la verborrea. No se trata de un equipo de gobierno que recién se instala, sino de uno próximo a cumplir diez años. Una mayor capacidad de síntesis se traduciría en mayor eficiencia en el uso del tiempo. Las cadenas deberían reducirse a los momentos en que sean realmente indispensables, considerando que su uso exagerado interfiere con las actividades cotidianas de las personas, o impiden el acceso a eventos deportivos y culturales de interés colectivo. Además, ya es hora de que el Presidente asuma la importancia de su papel no solo en escala nacional sino también en la regional, razón por la cual, el cuidado de su salud y el acatamiento a las normas claves de seguridad son impostergables. Urge identificar y expulsar o enjuiciar a los paramilitares que ya no sólo se encuentran en estados fronterizos sino hasta en barrios caraqueños.
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