Qué no diera yo por tener esas particularidades de la que hablan mucho los poetas en sus escritos, acerca de ver los corazones o mirar fijamente al fondo de los ojos del ser amado para leer si de verdad quieren a uno o todo se trata de una gran mentira.
Pero no lo digo por el amor y las mujeres, sino porque ojalá realmente se pudiera ver la interioridad de las personas, para observar lo que de verdad sienten los opositores en los cargos de gobernadores y alcaldes, luego que el presidente Hugo Rafael Chávez Frías propusiera extender la enmienda a los mandatarios locales y regionales.
Me resisto a creer que los gobernantes adversos a la revolución que ya comenzaron a saborear las mieles del poder, una vez culminen el segundo mandato, retiren sus candidaturas para darle paso a los demás.
No, no y no. Discúlpenme mi incredulidad, amigos lectores, pero busco en mi imaginación y no veo ni a Henrique Capriles Radonski ni a Oscar Pérez, ni a Henrique Salas Feo ni a Pablo Pérez, ni a Antonio Ledezma ni a Gerardo Blyde, por citar sólo algunos, abandonando los cargos para que se postulen los otros candidatos antichavistas que se encuentran en la lista de espera.
Ciertamente hay opositores que están en desacuerdo con la enmienda del artículo 230 de la Constitución, pero son aquellos que no llegaron o todavía no han presentado su opción y tienen planteado hacerlo en los próximos cuatro años que hay nuevamente elecciones regionales.
Pero los que están en sus cargos, de aprobarse la enmienda, tal como particularmente pienso que sucederá, se van a seguir lanzando. El problema está en que hayan cumplido con las expectativas de la población y la gente los reelija, porque es que debe entenderse que la postulación no garantiza la reelección. Para eso, hay que hacerlo bien y convencer a los electores de que siguen siendo la mejor alternativa, a fin de que vuelvan a votar por ellos.
De allí el miedo y el temor de la postulación continua y el presidente Chávez. Particularmente opino que los opositores están conscientes de la aceptación del máximo líder de la revolución venezolana y saben que saldrá victorioso en el referéndum.
Si no fuese así, sus enemigos más bien estimularían la consulta popular, para darse el lujo de derrotarlo ante el país y el mundo de la forma más democrática posible en la venidera consulta.
Así que no todo lo que brilla es oro dentro de la oposición, por eso las campañas que ejecutan en contra de la enmienda son otra mentira más, lo que sucede es que, repito, no tenemos la facultad de leer la mente de las personas y desconocemos lo que piensan estos adversarios que ya están disfrutando de las alturas gubernamentales de gobernaciones y alcaldías.
(*)Periodista
albemor60@hotmail.com