Esta mañana en el acto de artistas e intelectuales por el sí en la Cancillería, la profesora Iraida Vargas decía que nuestro esquema vigente de reelección es una copia servil del gringo. Es decir, una sola reelección y ya.
Apunto algo más: una razón para ello. Se trata de un modo que tienen las cúpulas de poder detrás del poder para interrumpir la voluntad popular de reelegir un buen gobierno. Es decir, es una confiscación del derecho popular a decidir continuar con un buen gobierno. Si hay un buen gobierno que repita una sola vez y luego a esperar a que los lobbies, es decir, los cabilderos, manipuladores, los grupos de influencia que deciden las cosas tras bambalinas, que ponen y quitan. Son los que denuncian a los candidatos a ministros de Obama por evasión de impuestos, por ejemplo, para impedirle gobernar como él quiere y para advertirle lo que le espera si se pone sabroso. Y si se pone demasiado sabroso, pues lo matan. Ya es monótono.
Franklin Roosevelt fue el último presidente de los Estados Unidos que fue reelegido hasta que se murió. Era demasiado. Roosevelt mandó más para el pueblo que para su propia clase pudiente, por eso lo reeligieron tantas veces. Era demasiado. Para evitar ese “peligro” para las clases dominantes, es decir, que aparezca un nuevo buen gobierno apoyado por el pueblo, el alto poder gringo decidió limitar cuántas veces se puede elegir un presidente, para que sea el tiempo el que decida.
Los gobernadores, representantes, senadores y otros sí pueden morirse en el cargo, porque no son tan importantes.
Así que este domingo los venezolanos corregiremos ese error de nuestra Constitución, para que se imponga el principio del “buen gobierno" y que sea el soberano quien decida cuál es ese buen gobierno y cuánto tiempo debe durar.
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