Circo arrocero

La industria arrocera en nuestro país los últimos años ha mantenido un buen nivel de producción según los propios especialistas del sector y Consecomercio, pero ante el desabastecimiento y la medida acordada por el presidente el pasado domingo se ha armado una alharaca parecida a un circo de malabaristas, payasos y trapecistas. Las palabras del presidente Chávez fueron tomadas por la oposición y los representantes de Fedecamaras en forma literal: “Se ordena la toma e intervención de las empresas arroceras”.

 Estoy claro en que eso fue lo que dijo el Presidente pero cuando se llevó a cabo la instrucción consistió en una simple intervención para la revisión del cumplimiento de las cuotas de producción del arroz regulado en cada una de las empresas procesadoras. Dicha intervención no es mas que colocar a unos funcionarios del gobierno en cada una de las plantas para supervisar y controlar que se cumpla con la cuota de producción establecida para el arroz regulado, pero lamentablemente algunas personas se han dado a la tarea de desinformar e indicar que el gobierno tomó las plantas y que por lo tanto se paralizará la producción y habrá desabastecimiento. Eso no es así, háblenle claro a la gente, esa intervención no es mas que un control que garantizará que cada empresa produzca lo que tiene que producir y que si por encima de sea restricción cada una produce los tipos de arroz no regulados que son los de cero a dos por ciento de granos partidos y los saborizados para generar mayores ingresos, el gobierno no está en contra de ello.

 Entiendo que los costos de producción del arroz son relativamente altos en comparación con su precio de venta al público, por cuanto abarca además de los costos de producción básicos de cualquier tipo de industria incluida su mano de obra, la compra de la materia prima, la eliminación de la cáscara y la pulida entre otros costos aunado al alto grado de granos partidos que hay que desechar por no cumplir con las normas mínimas de calidad.

 Los estudios realizados indican que los productores de arroz tienen pérdida en la producción del tipo controlado, tal cual sucede con muchos de los artículos de la cesta básica, pero para eso en el libe juego de la oferta y la demanda el gobierno los deja en libertad de producir otros elementos sustitutos o similares pero con componentes agregados que presuntamente mejoran su calidad y sabor, lo que les permite compensar la pérdida de los productos controlados, como se dice en criollo: “una mano lava la otra y las dos lavan la cara”.

 Lo que deben demostrar los industriales es que están produciendo las cantidades acordadas con el ejecutivo y que se seguirá garantizando el suministro del producto para el mercado interno.

 Por otra parte se debe establecer una política de mayor control para evitar el contrabando del arroz hacia nuestros países vecinos. También considero que se debe revisar ese precio de venta al público y autorizar un incremento justo con el fin de incentivar el mercado y a otros medianos productores en el entendido de que la inflación ya está haciendo muy costosa la producción tanto del arroz como de otros productos de la cesta básica, medida por supuesto antipopular pero a lo que debemos adecuarnos por la crisis internacional de la cual no escapa nuestro país. Email:  


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Reinaldo Silva


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