Me inquieta Paris Hilton: fuera de la belleza de su juventud, no hay en ella cualidad que la engalane. No canta, no baila, no escribe, no pinta, no produce nada. Ni siquiera gerencia uno de sus hoteles. Es de una ignorancia nutrida. Entre otras cosas piensa que todos los europeos hablan francés. Es decir, no sabe dónde queda Europa y, en consecuencia, dónde está el hotel Hilton de París, del cual ella porta el epónimo.
Otrosí algunos dirigentes opositores. Que si uno de ellos tiene cultura, aunque solo la use para insultar más y mejor. Que si otro es buenmozo. Que si una está candidateada para la dirigente política más bonita. La belleza, Kant dixit, es asunto subjetivo, por lo cual no voy a interponer mi subjetividad en el asunto. Baste decir que en cuanto a beldades tengo una larga lista antes de llegar a ella. Pero vaya y pase, en beneficio del argumento. Algún otro es un eminente intelectual, aunque no ejerza a la hora de meterse con el gobierno, porque lo que hace es repetir como loro todo lo que dice el partido golpista Globovisión. Rutinariamente cuando les dices que están viendo demasiado Globovisión te dicen que ellos no ven eso. Entonces es peor, porque están coincidiendo de un modo alarmante con esa agrupación política.
Pero hay uno en particular que alarma: su máximo exponente (no lo digo yo, lo dijeron ellos al candidatearlo a la Presidencia de la República Bolivariana), Manuel Rosales, o sea. A menos que su único mérito sea volverse multimillonario a partir de un sueldo de maestro, no le veo ningún otro. Porque aun ese es discutible.
Un día regalaron una manzana a Rockefeller. En lugar de comérsela, la vendió. Con lo obtenido compró dos manzanas y también las vendió. Al tercer día murió su padre y recibió una cuantiosa herencia. Fue así como Rockefeller se hizo rico.
El señor Rosales al parecer se hizo rico de modo similar. No entro en detalles. Lo dejo al tribunal que lo está juzgando, que sí es competente para ello. Pero ese señor no deslumbra por su inteligencia. No es ingenioso, no es poeta, no ha escrito nada, no baila, no canta, ni siquiera mal. Su simpatía no luce mucho. No es buenmozo. Nada lo recomienda.
Con razón es el máximo exponente de esta oposición.
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