No sé si Vladimir Villegas terminará ejerciendo un salto de garrocha para ir a dar al otro lado de la talanquera, en todo caso –a pesar de que no comparta algunos de sus conceptos- considero que sigue siendo un militante de este proceso, evidentemente que con posturas críticas, muchas de las cuales se comparten en reuniones entre camaradas, quizás “afectados” por posturas pequeño burguesas o “intelectualoides”, pero se dan.
En todo caso comparto su propuesta de abrir el canal del Estado, VTV, a un debate de ideas, que bien pudiese comenzar con camaradas como Vladimir que tiene posturas críticas. Me parece que el derecho a réplica que el camarada solicita es absolutamente válido, además de válido que exponga sus ideas y que las escuchemos.
Ahora, no se trata sólo del camarada Vladimir Villegas, pues alguien podría pensar que hay privilegios con el mismo porque es hijo de quien fue un aguerrido dirigente comunista o porque él dirigió el canal del Estado u ocupó otros cargos en el gobierno del Presidente Chávez.
No, la cuestión es ir más allá.
En estos momentos, por ejemplo, recuerdo que en una oportunidad la hermosa e inteligente camarada Vanessa Davis entrevistó a José Roberto Duque, lo que aprovechó el escritor para decir unas cuantas cosas incómodas. A la final de la entrevista, José Roberto dijo que a lo mejor más nunca lo entrevistarían en VTV, y Vanessa le aclaró que no sería así.
Estoy seguro que Vanessa fue sincera, pero José Roberto tuvo razón: más nunca le han invitado a un programa.
Que bueno sería un programa donde José Roberto Duque porque él no comparte la glorificación que en el proceso revolucionario se le brinda al maestro Abreu.
También recuerdo que en otra oportunidad el camarada Roland Denis hizo una llamada a un programa y el periodista –no recuerdo si fue Ernesto Villegas- le dijo que lo llamarían para ser entrevistado en otra oportunidad. También estoy seguro que Ernesto fue sincero en su ofrecimiento. Pero a Roland no lo han llamado a un programa de opinión, a pesar de ser un viejo luchador social.
En el caso del dirigente sindical Orlando Chirinos lamento mucho verlo en Globovisión, sumado a la campaña contra el gobierno, pero ¿se le ha dado oportunidad en VTV de exponer sus puntos de vista?
Bastaría que uno de los periodistas se leyera a Trotsky para rebatir el supuesto trotskismo de Chirinos.
Pero bueno es hacerlo, no cerrarle las puertas para que no se le escuche con sus ideas.
Recuerdo también muy bien como a los trabajadores de Sidor no les dieron acceso a VTV, sino hasta que el Presidente Chávez les dio la razón en sus reclamos.
Hasta ese momento ni siquiera le habían dado cobertura al hecho de que el camarada Figueras, secretario general del PCV y parlamentario nacional, se había ido a darle su respaldo a estos trabajadores, mientras el gobernador revolucionario de Bolívar los reprimía y el Ministro del Trabajo para entonces (por cierto, también autodefinido como trotskista, ¡qué mala leche la de Trotsky!) les daba la espalda.
Son muchos los temas por debatir, miles de ideas que pululan fuera del círculo de parlamentarios, dirigentes del PSUV y altos funcionarios.
A mí se me ocurre, por ejemplo, que en este momento en que cientos de trabajadores, militantes chavistas, están siendo despedidos en gobernaciones como las de Nueva Esparta, dirigida por un fascista, sería bueno discutir la reforma del ordinal 5 del artículo 78 de la Ley del Estatuto de la Función Pública que considera causal de retiro de un trabajador la “reducción de personal debido a limitaciones financieras”; es decir, que coloca una razón económica por encima de la humana. Razón que tiene sentido en el capitalismo, pero es contraria al socialismo.
A lo mejor, luego de un debate los parlamentarios –que no están afectados por la aplicación de esta ley- concluyen en que deben modificarla.
Debatir sin temores, camaradas, sin cortapisas, corriendo el riesgo de que Mario Silva nos sume a los contrarrevolucionarios a las once de la noche; pero una revolución sin críticas ni autocríticas, rumbo al culto a la personalidad, ya ha fracasado varias veces.