Ideas transgénicas

Uno oye hablar a cierta oposición y se halla con un conjunto de ideas 1) ajenas, pues son totalmente incapaces de pensar por sí mismos, 2) siempre iguales a las de todos, 3) incapaces de convivir con otras ideas, 4) adictivas, pues no pueden prescindir de ellas, de un modo patológico.

Son, pues, como las especies transgénicas, pues mantienen una relación hostil con las especies naturales, y luego el agricultor depende de una sola fuente de semillas, insecticidas, fertilizantes, etc.

Una persona que padece de estas ideas, inoculadas por un complejo económico y mediático, es incapaz de asimilar cualquier idea distinta. Es más, no es capaz de asimilar ideas no solo opuestas sino meramente distintas.

Todo lo que no gire en torno a centros comerciales, medios de comunicación comerciales, es radicalmente excluido como “niche”, “campuruso”, “pasado de moda”, “chimbo” y otros calificativos igualmente inclementes. El rechazo es generalmente iracundo, ¡yo no como hallaquitas! Todo alimento que no sea comida rápida es rechazado con bascas y arcadas. Cualquier indumento que no sea “de marca” y fashionable es excluido con burlas y rudezas.

El problema no solo está en el carácter exiguo y bárbaro, sino su violencia hacia las demás ideas. Para ellos no hay soberanía, sino subordinación incondicional al sistema de ideas imperial. Ni hay solidaridad, pues son radicalmente incapaces de fraternidad con cualquier necesitado. Si una persona padece la influenza AH1N1 es rudamente execrada y los vecinos le tiran hasta animales muertos al jardín, como está sucediendo en estos días con una señora en el Táchira. En lugar de brindarle amistad y socorro, se la repudia y hostiga. A la enfermedad se añade ese microclima infernal de los vecinos cuyas ideas transgénicas los conducen a excluir toda noción de altruismo. Son las ideas neoliberales, precarias, brutales.

Toda noticia de algo ancestral, patrimonial, casabe, frijoles, jugos naturales, es condenada a la aniquilación definitiva. Solo Coca-Cola, preferiblemente Zero. Tan radicales son en esto, que se aniquilan a sí mismos, liquidando su propio patrimonio, como intentaron arrasar la industria petrolera y el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos.


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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

 roberto.hernandez.montoya@gmail.com      @rhm1947

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