Problemas o contradicciones por las que atraviesa la propuesta que se encamina hacia la construcción del socialismo, no son discutidas, nos hacemos los de la vista gorda, aplaudimos y a veces lamentablemente adulamos, sin ni siquiera saber de donde provienen. Sin ánimos de ser “escuálido” o “hípercontrarrevolucionario”, no vemos que delante de nuestras narices están operando prácticas políticas que no tienen absolutamente nada de liberadoras. Por ejemplo, entre los principios de la propaganda NAZI elaborados por Goebbels, encontramos que en el tercer elemento se desarrolla la idea del principio de la transposición, que consta en “cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo al ataque con ataque el ataque. Si no puedes negar malas noticias, inventa otras que distraigan”. Práctica hegemónica, y asesina de toda idea que se considere enemiga. Claro, a más de uno se le bajarán los calzones y se pondrá los lentes y me acusará de “híperloqueledélagana”, porque para acusar y señalar, sí está presta la defensa, ¿pero vernos las costuras? Nos demuestran que la compatibilidad con experiencias atroces de la historia nos indican que para donde vamos no es el llegadero.
Que no mueran los movimientos sociales, que son la verdadera vida de toda revolución, bajo la égida dominante del PSUV, o que estos se vean arropados por los cargos burocráticos que ofrece la institucionalidad del Estado, que mantiene viva la lógica clientelista ADECA, que absorbe, desmoviliza y desintegra; observar que el discurso y la práctica oficial, lo único que ha hecho durante los últimos 48 meses, cuando menos, ha sido fomentar la consolidación del sistema capitalista, nace la necesidad de reorientar la política estatal hacia una verdadera economía social, que transforme realmente las relaciones de producción existentes en el país; planificar estrategias que se encaminen a esclarecer ideológicamente el camino a seguir, manteniendo el espíritu crítico; además de cuestionar el accionar de los medios de comunicación; fueron grosso modo las propuestas concluidas en el evento de los denominados intelectuales. Que cabe destacar, no son híperextraterrestres, ni híperburgueses, mucho menos híperantichavistas.
Son un sector de la sociedad que abrió una verdadera híperdiscusión, que se encontraba adormecida, aletargada y además bien cómplice. Señores, es una discusión que elevó un colectivo, no un señor. Señores el reimpulso esperado lo propició un colectivo, que cunde de su euforia a otras organizaciones. Damas, vuelve la luz a nuestra construcción masiva de la vía al socialismo. Damas, caballeros, jóvenes e intermedios, intelectuales todos, de la mafia “híperchavista”, nos la deslastramos ahora, y retomamos la discusión de fondo, que no totaliza las conclusiones a las que llegaron en el CIM, o este proyecto político que no es del todo irreversible, sigue el curso de la derecha.
No me da la gana de aceptar ya la verborrea acusadora y paranoica del contrarrevolucionario. Hay oxigeno, respira y cuestiona. Comienza la labor que algunos tenían adormecida.
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