Por fin hay alguien en este gobierno con el que puedo coincidir, en que es necesario sacudirse de tanta ineficacia, ineficiencia y flojera, a la hora de empujar los planes, programas y proyectos de este Estado “socialista”. Por fin hubo un funcionario, que no siendo Ministro, ni Gobernador, Diputado, Magistrado, Fiscal, Alcalde y mucho menos Contralor, tuviera la valentía de señalar como lo ha hecho el camarada Chávez: “Debemos darle un sacudón interno a las estructuras del Gobierno, tenemos que ser eficaces, tenemos que hacer las cosas y hacerlas bien. Debemos tener eficiencia en el Gobierno”.
“Este sacudón del Gobierno debe tener impacto en todas partes”, dijo el Presidente ante los recién estrenados Vicepresidentes y ante los millones también de venezolanos, que no terminan de sacudirse de la cabeza, el que a pesar de que esta figura fue rechazada en el proyecto de Reforma Constitucional, hoy se convertirá en el Estado Mayor desde donde se buscará maniobrar la tempestad. Tiene razón nuestro comandante, vamos a zafar las amarras, porque la ineficiencia y la ineficacia, en parte son hijas de la corrupción; en consecuencia aquí tampoco importa las formas leguleyericas de la autonomía de los poderes y otras “sandeces”. Rápido; hay que sugerirle al Almirante Clodosbaldo, para que le ordene a sus alféreces y grumetes comenzar a limpiar la embarcación.
Ya nadie me puede venir con el cuento de que hasta cuando voy a seguir resaltando las debilidades del proceso; ahora con la anuencia de quien lo dirige, puedo exigir que me expliquen, el porque aquí en el Zulia después de haberse colocado las primeras piedras, todavía no arrancamos con el segundo Puente sobre el Lago, el Puerto de aguas profundas y las Ciudades Comunales Socialistas, con sus respectivos 25.000 puestos de trabajo, que producirían 700.000 toneladas de alimentos anuales para la población venezolana, allá en la planicie de Maracaibo. Ya tampoco aceptaré presiones de diputados o concejales, que a diario me señalan de pitiyanke, por hacerme eco de los camaradas que por mi programa de radio, se quejan de lo mismo que se está quejando el que ha anunciado el sacudón.
Vamos a declararnos en emegercia, porque esto se hincha y hay más de dos mil consultorios de Barrio Adentro abandonados, vamos a dejar el aposento de los ministerios, que pone a sus ministros amarillos y expliquémosles al glorioso pueblo de Bolívar, porque los productos de Mercal no se consiguen y la inflación se come un treinta por ciento del salario que conseguimos los que tenemos empleo. Vamos a hacer como el Che, “porque esta revolución hay que hacerla a ritmo violento y el que se canse tiene derecho a cansarse, pero no tiene derecho a ser hombre de vanguardia”. Corramos a montar los Corredores Socialistas y con ellos acorralemos a una delincuencia, que si declararla nos ha metido en una guerra donde los partes oficiales de fin de semanas, superan a muchos países del continente.
El imperio, la oligarquía y casi toda la oposición, tienen un plan distinto al sacudón; y para ellos no necesitan de echar tiros y llenar las urnas de cadáveres, ellos aspiran llenarlas de votos en el 2010, y para lograrlo solo esperan que este llamado del comandante, tenga el mismo destino que el de las tres R y se pierda entre las ordenes que los Vicepresidentes le darán a los Ministros, los Ministros a los Viceministros, los Viceministros a los Directores y los Directores a sus subalternos; y que entonces, casi todos ellos por no sacudirse sus ineficiencias y sus falta de eficacia, ese sacudón revolucionario lo transformen en las tres D de una posible derrota: Descontento, Desencanto y Desconcierto.
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