Hace un par de años escribí que las noticias más importantes vendrían de Colombia, hoy no paro de escribir, pues como dice el colega Walter Martínez en su programa Dossier, los acontecimientos están en pleno desarrollo. De manera acertada el gobierno venezolano mueve su ejército en la frontera con Colombia en un plan especial de seguridad. Pero no es suficiente, pues el túnel de entrada al país de sicarios y paramilitares es a través de la economía dominada por el narcotráfico, que van desde negocios de licorerías, casinos, prostíbulos, periódicos, etc. Regados en todo el país, y que durante años han sido escondidos a través de miles de registros mercantiles y testaferros. Una industria de lavado de dinero que no se ataca militarmente.
El problema se agudiza, por cuanto el narcotráfico en Colombia tiene poder económico y militar, además de una conciencia en los testículos que los convierte en peligrosos genocidas. Genera suspicacia que el Ministro de Defensa colombiano, Gabriel Silva Lujan, anuncie o denuncie una amenaza de muerte contra el juez ecuatoriano que solicitó una orden de arresto contra el ex ministro Santos y el general Padilla, por asesinato y violación a territorio ecuatoriano. El juez se arrepintió extrañamente según los medios, mientras el ministro Silva argumenta que las FARC amenazaban de muerte al juez para impedir una reconciliación entre el gobierno colombiano y el ecuatoriano. Pero suena absurdo que las FARC esté interesada en impedir una solicitud de cárcel contra los asesinos de Raúl Reyes y demás guerrilleros.
Otro dato curioso es que el presidente Uribe anuncie o denuncie su preocupación por un cierre de la frontera entre Venezuela y Colombia, argumentando con un poema político titulado “No quiero un muro de Berlín entre Colombia y Venezuela”. A todas estas la cadena privada Globovisión se encadena con RCN de Colombia y da prioridad a todos los argumentos y acusaciones de la elite colombiana. Ridiculizando hechos públicos y notorios como el asesinato de dos guardias nacionales, y la olvidada incursión de 200 paramilitares en Caracas en la hacienda Daktari. Intereses económicos de la cadena Globovisión atentan contra la seguridad nacional y existen mecanismos jurídicos para impedirlo.
El problema se agrava, cuando se ignora por completo que el presidente Uribe plantea un proyecto de reelección, que curiosamente a ningún medio de comunicación o de la oposición le parece un antojo dictatorial, y que este proyecto esté avanzando con un congreso elegido por los narco-paramilitares. Ello sucede con el aval de Estados Unidos en momentos en que el gobierno de ese país vendió la nación a la banca privada. Estados Unidos como estado está quebrado, y los signos de recuperación económica se refieren a la banca privada que está siendo subsidiada por todos los estadounidenses, incluyendo los que todavía no saben que están en bancarrota. En la Casa Blanca saben que no hay nada de valor que respalde el dólar. Se tiraron nuevamente a México con el TLC, y aun así la estrategia económica no funcionó. En México al igual que en Colombia funciona una economía subterránea, escondida en miles de registros mercantiles, testaferros, y que está basada en la industria transnacional más rentable de los Estados Unidos, el narcotráfico. La lucha que hoy nos ocupa es perseguir y destruir esa transnacional del narcotráfico que la elite colombiana trata de imponer en Sur América.
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