La Revolución no puede permitirse ineficiencias, porque es un flanco desguarnecido que se deja al enemigo y además le hace un flaco servicio al pueblo. Cuando una página de Internet no abre; cuando un funcionario público atiende con displicencia; cuando por más que usted siga instrucciones no logra el resultado; cuando la gestión es entrabada, demorada y desagradable, se le resta simpatías al proceso. “Che” hablaba de la importancia de este asunto, escribió, se ha publicado y difundido su escrito en Venezuela, y el asunto sigue igual: manifiesta ineficiencia en algunos servicios públicos, y en forma dramática. ¿Será saboteo?
Yo no lo dudaría. La Administración Pública está saturada de personas enemistadas con la Revolución. Esto es algo que se ha descuidado por completo, en aras de no se qué. Yo creo que todo mundo tiene derecho a trabajar, pero las instituciones también tienen el derecho de exigir lealtades. Y para las instituciones del Estado, exigirlo es un deber. Lamento escribir que eso no se está cumpliendo. Quiero aclarar algo: si usted no está con el proceso, bueno, ¿qué se le va a hacer? No esté y punto, pero no joda. Trate de conseguir un cargo en la empresa privada que tanto ama, pero si no lo consigue, trabaje en la Administración Pública al menos con honradez, si no con entusiasmo. Y hacer bien su trabajo es punto de honradez.
Pudiera ser que el asunto no fuera saboteo sino incapacidad. Bueno, aceptar un cargo para el que no se es capaz, o designar a alguien para así para que lo ocupe, es igualmente un saboteo. Es como colocar una pieza deforme en una línea de ensamblaje, o hacer un mal ajuste mecánico en un engranaje, a sabiendas. Oigan, ¿eso no es saboteo?
¿Pero hay alguien que entienda esto? ¿O que lo acepte sin hipocresías? ¿O que lo considere importante? Yo estoy preocupado por este asunto y lo hago saber. ¿Alguien más?
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