Las actitudes son más importantes que las aptitudes
Winston Churchill
Economía es definida como la ciencia social que estudia las relaciones sociales que tienen que ver con los procesos de producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y servicios, entendidos estos como medios de satisfacción de necesidades humanas y resultado individual y colectivo de la sociedad. Otras doctrinas intentan explicar cómo se determinan los objetivos, la historia registra el cambio de objetivos en el tiempo, la sociología interpreta el comportamiento humano en un contexto social y la ciencia política explica las relaciones de poder que intervienen en los procesos económicos.
La economía se ocupa de estudiar cómo las sociedades administran unos recursos escasos (siempre limitados) con el objetivo de producir unos bienes y unos servicios y distribuirlos para su consumo entre los miembros de la sociedad. Hay muchas formas de resolver estas cuestiones, pero en la gran mayoría de las sociedades actuales se organiza alrededor del mercado. Los economistas dicen que la economía se caracteriza por tener un método, con dos niveles : microeconomía y macroeconomía.
La primera estudia el comportamiento de los individuos, que llamaremos agentes económicos y que pueden ser los consumidores o los productores. el comportamiento individual de los agentes económicos, principalmente las empresas y los consumidores. se encarga de estudiar de qué forma toman las decisiones las empresas y los individuos y pretende explicar cómo se determinan variables como precios de bienes y servicios, salarios, márgenes de beneficios y variaciones de las rentas.
Los agentes tomarán decisiones intentando obtener la máxima satisfacción posible, es decir, maximizar, no optimizar su utilidad. Macroeconomía, por su parte, estudia los fenómenos que afectan al conjunto de todos los componentes de la economía. analiza las variables agregadas, como producción nacional total, producción, desempleo, balanza de pagos, tasa de inflación y salarios, comprendiendo los problemas relativos al nivel de empleo y al índice de producción o renta de un país.
Los citados conceptos no pueden explicar la pésima administración actual de la economía –manifiesta en la quiebra de instituciones financieras, por corrupción, la impunidad, el deterioro del planeta y la pobreza generalizada- ponen en tela de juiciosos conceptos básicos del pensamiento económico contemporáneo. Los economistas modernos, deberían leer a Hassel Henderson, para enterarse de lo que esta pasando sobre todo si consideramos que se trata de recursos escasos (siempre limitados) tanto a nivel de países como del planeta. La expansión de la economía actual destruye la belleza del paisaje natural con feas edificaciones, contamina el aire y envenena las aguas de ríos, lagos, costas y mares
El enfoque ecológico trata al espacio multidimensional mas allá del de lo estrictamente geográfico-descriptivo, en tanto que se extiende mas allá de lo evidente, hacia lo analítico, interpretativo de la realidad percibida, para su comprensión. La economía actual es un residuo de la forma de pensar del Siglo 19 “Deux et Machina” incapaz de resolver ninguno de los verdaderos problemas de la actualidad, en tanto que está obsesionada por el crecimiento indiscriminado. La expansión económica se ha convertido en el interés obligatorio de todas las sociedades modernas, donde todo crecimiento neto del PNB, se considera positivo
¿Qué dicen del crecimiento del narcotráfico en Colombia y Estados Unidos? ¿en cuanto ha contribuido al crecimiento de la economía local, aparte de poner y quitar parlamentarios? ¿Cuánto han ganado los grandes bancos lavando dinero? Preguntas claves para nuestros gurúes económicos. La idea de un crecimiento patológico, malsano, perturbador y destructivo es –para la economía contemporánea- una idea perversa, cuyo crecimiento no debe ser permitido por ningún sistema social, en tanto que todo crecimiento debe estar asociado a calidad del ambiente, de la vida y de la salud de las mayorías.
Basta con un sencillo acto de introspección, para darse cuenta de que el crecimiento infinito del consumo material en un mundo finito, es –desde todo punto de vista- una imposibilidad, como lo es el “motu perpetuo” Al contrario de lo que ocurre con todos los sistemas naturales –físicos y biológicos- quienes son autoequilibradores, auto ajustadores y y autolimpiadores, la ideología económica actual no reconoce ninguno de estos principios auto limitadores y por lo tanto es suicida.
Durante la revolución científica del Siglo 17, el propósito de la ciencia dejó de ser la sabiduría, para pasar a ser el poder. Con la afirmación de Einstein, de que todo es relativo, desapareció la dimensión vertical de la ciencia y con ella la necesidad de cualquier valoración absoluta entre el bien y el mal. La economía actual ha colocado en un pedestal nuestras predisposiciones menos atractivas: el afán adquisitivo, competencia, glotonerías, orgullo, egoísmo, codicia, símbolos del status y cortedad de vista, entre otros.
El crecimiento permanente es aceptado como dogma, prácticamente por todos economistas y políticos, quienes suponen que es el único medio para garantizar que los mendrugos de la riqueza material lleguen a los pobres, lo cual es absolutamente irreal. En la estéril dialéctica entre capitalismo y comunismo, los hechos han demostrado que carecen de sentido, toda vez que ambos conceptos están basados en el materialismo y dedicados a un crecimiento industrial y tecnológico indiscriminado y sin controles.
El concepto de “riqueza, debe ser separado de sus actuales connotaciones de capital y acumulación material, para redefinirlo como “enriquecimiento humano” de modo que solo signifique la creación de autentica ”riqueza humana” en lugar ganancias privadas o públicas, obtenidas a costa de la explotación social o ambiental. Control y manipulación de los sistemas sociales y ambientales son los procedimientos de la economía política actual, en lugar de la cooperación auto afirmativa, integradora.
La mayor parte de las tecnologías actuales han llegado a ser profundamente antiecológicas, malsanas e inhumanas. En la actualidad, son muchos los economistas que admiten que su disciplina ha llegado a un callejón sin salida; ya no son capaces de afrontar las ahora dolorosas evidencias, diáfanas para cualquier profano. El crecimiento debe ser cualitativo y no cuantitativo. Cuando solo crecen las cuentas bancarias de los empresarios, mientras disminuyen la calidad de la vida para las mayorías y la calidad del ambiente para todos, las cosas no pueden andar bien. Bienestar humano, Rendimiento optimo sostenido, Conservación ambiental y Desarrollo sustentable, son estas las dimensiones –y no otras- las que deben conformar el marco para una economía moderna y sana.
La Política debería consistir y significar organizarse entorno a hechos sociales y ambientales. Los economistas en la actualidad, manejan abstracciones equivocadas, usan modelos conceptuales obsoletos, para delinear una realidad en vías de desaparición, que, además se les ha escapado de las manos. La base fundamental para criticarlos subyace en la asombrosa incapacidad de los economistas para adoptar una perspectiva ecológica. La economía no es más que un aspecto de la textura ambiental y social global, que los economistas tienen que fragmentar para hacer caso omiso a la interdependencia ecológica y social, con todo cuanto existe.
La generación de servicios y mercancías ha quedado reducida a sus valores estrictamente mercantiles, ignorando deliberadamente los costos sociales y ambientales causados por toda actividad económica, marginándolos como “costos exteriores” Nuestro propio Sistema Social universal, guiado por unas premisas económicas aberrantes, se ha convertido en una amenaza para la calidad de vida y la salud de todos los habitantes del planeta.
Criterios como estos, estos que son los que parecen guiar las acciones de las empresas transnacionales y aquellas de los países industrializados. No obstante todo ello, no fue posible tapar con uno o un trillón de dedos, ni con todo el papel impreso en todas las empresas mediáticas mundiales, la realidad de un mundo enfermo. Economistas “modernos”, siguen hablando de “abstracciones heroicas”, de la “mano invisible del mercado” -propuesta por Adam Smith en el siglo 17, hace mas de trescientos años- recalentada por E. Friedman –Premio Nóbel; manejan abstracciones equivocadas –según Hassel Henderson- usan modelos conceptuales obsoletos, para delinear una realidad en vías de desaparición, que, además se les ha escapado de las manos. A varias décadas de Estocolmo (1.972)
En Río de Janeiro (1.992) Johannesburgo (2.002) ahora Copenhagen (2.009) donde los cachazudos políticos, aun argumentan unas razones que parecen producidas por el Marques de Sade; aún parecen no ver las deudas y el déficit generalizados, el desempleo, la depresión persistente, la persistente destrucción del medio natural, ni la creciente pobreza endémica aun en los mismos países industrializados. Los efectos del sistema moderno de agricultura, -magnificados por la falacia de la Revolución Verde de Norman Borlaugh –también Premio Nóbel, como el de Obama- son -mecanizada, química y energéticamente- desastrosos para la salud.
Los agricultores trabajan con organismos vivos, quienes se ven gravemente afectados por los enfoques mecanicistas de una ciencia y tecnología orientadas solo a la explotación y la maximización y no a la optimización. Al igual que cualquier otro organismo, la Tierra es un sistema vivo, que, para mantenerse sano, debe ser mantenido en un estado de equilibrio dinámico u homeostasis. Donde lo mínimo es muy poco para mantener una creciente población; lo máximo es demasiado para unos recursos naturales finitos; lo ideal es lo óptimo, que satisface a la mayoría y sin perjudicar -muy poco o nada- en lo económico, ecológico ni social.
La Ecología tiene dimensiones políticas y sociales. Que no son consideradas por los economistas, ni por los políticos. Hay un orden jerárquico fundamental, consistente en cuatro niveles existenciales-mineral, vegetal, animal y humano- apoyados en cuatro elementos característicos: mineral - vida - consciencia y autoconsciencia, los cuales se manifiestan de modo que cada nivel posee, no solo su propio elemento característico, sino también los de todos aquellos inferiores a él.
Por lo tanto, es al Hombre –como expresión planetaria de la autoconciencia- a quien corresponde administrar sabiamente los recursos del planeta. Las industrias farmacéuticas y petroquímicas, por ejemplo, han logrado –con mucho éxito- controlar a los consumidores de medicinas y de agro químicos, debido a que la visión mecanicista del mundo, con su correspondiente –y aberrante- sistema de valores, subyacente en la tecnología, constituye la base de su motivación política y económica.
Si seguimos orientados por estos criterios, en poco tiempo, el trafico de estupefacientes va a ser legal, si consideramos que, solo en los Estados Unidos hay mas de cincuenta millones de drogadictos y las ganancias de este negocio están alredor del 17.000 %, por encima del negocio del petróleo. Contaminación atmosférica, lluvia ácida, residuos tóxicos y peligros de radiación, entre otros riesgos, no son solo efectos secundarios del progreso tecnológico, sino características intrínsecas de un sistema económico obsesionado por la expansión y el crecimiento.
Todos estos hechos suceden porque, al parecer la mayoría de los economistas del mundo "...los procesos económicos no se pueden organizar con solidaridad, fraternidad, amor, igualdad y libertad..." !!!viva Pinochet!!! lo que, según la mayoría de ellos, por antítesis los procesos económicos solo pueden ser organizados bajo criterios de egoísmo, antagonismo, odio, desigualdad y tiranía, esto, según un opinador de oficio en los medios (Emeterio Gómez, El Nacional, página A4, lunes 12 de Febrero del 2.007) Entrenamiento en Ecología, Conservación Ambiental y Desarrollo Sustentable, deberían ser materias obligadas en todas las Facultades y Escuelas de Economía, así como la orientación del Nobel de Economía en este sentido.
Las actitudes prepotentes de los países industrializados, que pretendieron ignorar olímpicamente el Protocolo de Kyoto y otros acuerdos mundiales fueron enérgicamente enfrentados en Copenhagen, 2.009 y en 2.006, en un Foro insospechable de terrorismo o de musulmán: la Ronda de Davos, Suiza, donde, por sobre las discusiones sobre comercio mundial, se elevó y discutió "...un largo y extenso trabajo producido por 2.500 científicos de 130 países involucrados en el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, concluyó en su 4to. Informe que, si no actuamos ahora las temperaturas promedio mundiales se elevaran entre 2 y 4,5 °C."
¿Cómo se pretende que la economía de la mas grande “democracia” del mundo sea eficaz, cuando utiliza más del 40 % de los recursos primarios del mundo, en beneficio del 6 % de la población mundial, sin ninguna mejora detectable, salvo en las cuentas bancarias de algunos empresarios (Schumacher, 1.972) La Constitución venezolana vigente intenta considerar los costos ambientales, a través de la Evaluación de los Impactos Ambientales, Culturales y Sociales, previstos en su articulado, sin embargo, el primero en atropellar esta normativa es el Estado mismo.
Los impactos ambientales, socioculturales y económicos, traen como efectos secundarios indeseables impactos políticos directamente proporcionales a su intensidad. Para dotar a la Economía de unas sólidas bases ecológicas, es esencial una revisión profunda de sus conceptos fundamentales. El concepto de Producto Nacional Bruto, que mide –supuestamente- la riqueza de determinada nación, se obtiene sumando indiscriminadamente todas las actividades económicas relacionadas con valores monetarios –incluida, aunque disfrazada, la correspondiente al narcotráfico en los países que lo producen y consumen- haciendo caso omiso de los demás aspectos no monetarios de la economía. Aquellos costos sociales, como los accidentes, conflictos se agregan como contribuciones positivas al PNB.
En lugar de ser deducidas del mismo. Ralph Nader afirmaba que, con dada accidente automovilístico, aumentaba el PNB. No deberíamos olvidar el caso de las camionetas Explorer, cuando la empresa prefirió pagar los daños, que corregir el problema en aquellas que aún estaban en circulación, era lo “económicamente mas sano” Los economistas corporativos, no solo tratan al aire , las aguas y numerosos recursos ambientales, como generadores gratuitos –sin costo- sino que, también a la delicada red de relaciones sociales, gravemente afectada por la expansión económica. En nuestra actual sociedad, las actitudes y valores preferidos e investidos de poder, son aquellos típicamente masculinos: competencia, dominación, expansión, etc.; mientras que otros valores son despreciados y olvidados: cooperación, nutrición, humildad o pacifismo son considerados femeninos. Son generalmente las minorías –mujeres, indocumentados, negros, sudacas o chicanos- son quienes suministran los servicios –limpieza, mantenimiento, domésticas, etc.- que hacen mas cómoda la vida en los piases del primer mundo y crean el ambiente donde medran los competidores. La economía ha dejado de ser viable como ciencia social en tanto que no considera debidamente a los sujetos, ni su entorno. La economía podría seguir siendo útil para fines contables y diversos análisis de micro áreas; pero sus métodos han dejado de ser adecuados para examinar o analizar universos o escenarios macroeconómicos.