Camaradas ministros, no es tanto la cárcel, tenemos que cambiar la escuela

Estimados Ministros del P.P. para la Justicia, Educación, Salud, Juventud y a quien le competa, después del desenlace producido en las cárceles el Rodeo I y II, luego de la zozobra vivida por toda Venezuela por la actitud desafiante de los PRAN, arengados por los facinerosos medios de comunicación de la derecha y sus secuaces políticos, cuando pedían o incitaban a gritos, la muerte como consigna, no debemos dudar se trató para el gobierno revolucionario de un reto bastante difícil.

Ahora, ante dantesca situación es digno para los revolucionarios reflexionar a fondo y con sinceridad, para saber dónde estuvo o está realmente la falla del sistema penitenciario venezolano; aprovechemos la autocritica que ha sido planteada por el propio Presidente Chávez, en torno a los errores, por acción o por omisión, le agregamos nosotros, desde el propio gobierno, recordando por ejemplo, que la mayoría de esos “privados de libertad” son muchachos que oscilan entre los 18 y 25 años, es decir, se trata de jóvenes que no entendieron, no conocen o no se les explicó que en Venezuela, desde hace 12 años, estamos en una revolución para beneficio de ellos. Debemos explicarnos, para explicarle al país, el por qué esos muchachos, al comenzar a transitarse la esperanza del pueblo como forma de gobierno en 1999, teniendo ellos, entre 7 y 14 años, en qué momento fue que se desviaron del camino que desde entonces la revolución les ofrecía, sobre todo, cuando es de suponer que, habiéndose definido y puesto en práctica en todo el país, como política de estado la creación de las Escuelas Bolivarianas, por donde ellos debieron pasar y enseñárseles a los niños y adolescentes valores para afianzarles principios de solidaridad, convivencia, fraternidad, bien común y paz social para contrarrestar a esa educación burguesa que tanto daños les ha hecho al ser reproductora de miseria, discriminación y exclusión para los hijos del pueblo.

Preguntemos, por qué esos PRAN, no están en las universidades, por qué no son parte de la Vinotinto o de la Generación de Oro; quién tiene la responsabilidad, son los padres y la familia pertenecientes mayoritariamente a la generación de los años 80, las mismas que fueron víctimas de los gobiernos adecos, copeyanos y sus hoy derivados, al ser bombardeados con la más bestial arremetida ideológica que les llenó el alma de valores capitalistas del inmediatismo, individualismo y consumismo juntos, para ser dominados permanentes y convertirlos pasivos y tontos útiles solo para gastar hasta lo que no tienen, con medidas económicas neoliberales que significaron la aplicación de políticas que profundizaron la miseria mientras los ricos se hacían mas ricos; son los maestros y la escuela devenidos de facultades universitarias o pedagógicos botaron “profesionales” que desprendidos de la vocación hacia la enseñanza para la libertad y la justicia, esmerándose en el pónganme donde haiga, aunque sea de maestro; o son los ministerios del P.P. para la Educación y del Interior y de Justicia que, tras una práctica de “paz social” negociada y engordadora de las fulanas estadísticas que solo han servido para mostrar fríos números, sacrificado así a los jóvenes, cuando mantienen en direcciones ministeriales, zonas educativas estadales, distritos y municipios escolares o directores de escuela, que solo se esmeran en cubrir intereses y guardar fidelidad a su jefe inmediato, de paso, están poseídos por ideas viejas y castradoras.

Para darnos cuenta de una realidad que debe ser revisada con todo el rigor del caso, muy a pesar de la declaración de la UNESCO en torno a la ubicación de Venezuela en el concierto de las naciones y el número de estudiantes universitarios, veamos lo siguiente, en los últimos años las matrículas escolares en los liceos públicos nacionales principales ha venido mermando consideradamente el número de estudiantes, es decir, los hijos del pueblo vienen abandonado la escuela, cuando muchos de nuestros estudiantes, antes que estar en las aulas de clases, prefieren desertar irse a vender caramelos o galletas en una camioneta de pasajeros, cuando no pensando en la distribución o consumo de drogas o prostituirse para lo obtención de bienes sin esfuerzo, claro!, eso significa dinero ya. Todos los medios de comunicación privados sin control y con todos sus perversos mecanismos, hacen de las suyas proyectando y estimulando en los jóvenes, cual fórmulas mágicas, las ficticias necesidades de consumo a granel, cuando a la larga los convierte en víctimas o victimarios seguros tras un inalcanzable o ficticio bienestar social que se regocija con la cárcel o la muerte de muchachos. 

Entonces, debemos preguntar será posible decir: “ … cuando venzamos, cerraremos cárceles, y donde hay cárceles construiremos parques y escuelas y en las escuelas pondremos niños y en los niños ideas nuevas y nadie podrá aprovecharse de los niños para hacer soldados ni dinero y todo el día habrá sol en el cielo y no dejaremos que anochezca...”

(*) Abgs.

gusclaret@hotmail.com


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Gustavo C. Vásquez (*)


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