Se avecina un nuevo proceso electoral, en esta oportunidad para renovar los diputados que integran La Asamblea Nacional y que por ley deben ser elegidos cada cinco años.
Ya los partidos políticos y los grupos independientes están preparando la artillería para este evento que posiblemente sea este año, el cuadro económico – político, deja un tanto la incertidumbre sobre la realización de este evento.
Ha venido en Venezuela introduciéndose la modalidad de las elecciones primarias por iniciativa del fallecido Presidente Hugo Chávez, quien instruyó a su propio partido, de la necesidad de usar este método democrático y participativo; lo que indujo a la oposición a aplicarlo también, para dirimir tensiones y aspiraciones de sus militantes.
Cuando ya los partidos políticos y grupos de opinión tengan definidos sus candidatos aspirantes a ocupar un puesto en La Asamblea Nacional y se autorice el comienzo de la campaña, verá el pueblo venezolano las ofertas electorales de siempre como una lista de mercado.
En el Táchira se volverán a ofertar la terminación de una serie de obras que llevan mas de treinta años construyéndose como el complejo hidroeléctrico Uribante – Caparo, la autopista San Cristóbal – La Fría, las zonas industriales, la reactivación de los aeropuertos de San Antonio y La Fría, la construcción de la vía expresa San Cristóbal – Rubio - San Antonio, el desarrollo habitacional de La Apolonia, el relanzamiento de la caficultura tachirense ya casi en ruinas, la implementación de un “chévere” y “audaz” programa de promoción turística “Tachira destino Turistico”, el puente de enlace vial entre Palo Gordo y el sector Paramillo en la parte alta de San Cristobal, la implementación de un programa de transporte público masivo y moderno para la ciudad capital y pare usted de contar.
Ya se verán a los candidatos a la Duma Nacional, haciendo los análisis mas sesudos y proponiendo las “mejores ofertas electorales” para “sacar el Táchira adelante” pero cuyo objetivo es atrapar incautos y también a gente que en cada proceso electoral abriga la esperanza de que determinada situación le será resuelta a su comunidad.
Se escucharan a los dicharacheros candidatos ofreciendo villas y castillos, el cielo y la tierra, si salen electos diputados; los del gobierno ofertando ser la garantía de la prosperidad y de tener la llave para abrir las puertas de los ministerios, organismos nacionales y hasta de Miraflores; otro tanto haran los de la oposición, duchos y con escuela por mas de cuarenta años, ofreciendo hasta puentes donde no hay ni rio.
Esa sigue siendo increíblemente la política venezolana ya en pleno siglo XXI, donde van descollando los avances científicos y tecnológicos al compás de las sociedades modernas; sin embargo, no hay la menor consideración y respeto por el elector, le llegan a su aldea, caserío, pueblo o ciudad, con la cara bien lavada cada cinco años, comprometiéndose con el ciudadano de que ahora si tal o cual problema será resuelto, y cuando salen electos, jamás se les vuelve a ver, solo queda el recuerdo amargo del engaño con la interminable lista de lo que ofrecieron y la foto - afiche pegado al postal de la luz del fulano diputado, con su chimba oferta electoral.
humogria@gmail.com