Para estas elecciones están de moda los delitos de acto arbitrario, peculado de uso y peculado culposo, por parte del partido de gobierno, en complicidad con los poderes públicos nacionales.
Y es que hoy el pueblo cada vez más consciente de los epítetos jurídicos en los hechos punibles, observa con detenimiento el accionar de los personeros de gobierno, y tanto del PSUV como de la MUD. Hacen creer que es normal el incumplimiento de las leyes y que además, nadie puede acabar con la corrupción. Amparan el derrape institucional y se reparten el erario público a diestra y siniestra para sus beneficios.
Siempre ha ocurrido, desde 1492 han saqueado nuestro tesoro; pero esta vez, lo que más genera descontento al pueblo, ante su consciencia, son los mecanismos tan descarados. ¿Para qué se aprueban entonces las leyes? Y es allí que damos inicio al análisis.
Sí hemos logrado avanzar en los estamentos jurisdiccionales, por cuanto el derecho nos arropa; pero entonces se impone la imprudencia, negligencia, impericia o inobservancia de las leyes, reglamentos, órdenes o instrucciones por razón de su cargo o custodia de bienes del patrimonio público, los cuales son usados en provecho propio y para favorecerse en abuso de funciones, con fines electorales, con actos arbitrarios. Son acciones que determinan a un delincuente, y entonces los proponentes (PSUV-MUD), son delincuentes acostumbrados a evadir la justicia para hacerse del erario público.
Cabe entonces la pregunta, en esta contienda, de elección popular al Poder Público Nacional Legislativo, con tales acciones imputables: ¿se hace necesario, para la elección, valorar el no cumplimiento de las leyes por los postulados?, pues como actúan antes de ser “elegidos”, lo que es peor aún, es que no podremos exigirles respeto una vez “electos”, somos testigos previamente de que ya están cometiendo delito y elegirlos es ser cómplice.
La contienda electoral que se avecina promete tres resultados: 1) que se imponga la aseveración inconstitucional del Presidente, que solo le resta credibilidad, con su “ganamos como sea”, lo que traerá como consecuencia la confrontación, puesto que es un llamado incitando a la violencia que tanto ha condenado de Capriles; 2) que se fortalezca el nuevo Pacto de Punto Fijo (PSUV-MUD) en su segunda etapa, donde se repartirán los cargos de elección popular y apaciguar así, a corto plazo, el descontento, mientras se terminan de repartir el erario público y 3) que se produzca el VOTO CONSCIENTE y que el pueblo lo defienda, logrando así integrar en el debate legislativo a voces del pueblo en lucha contra la corrupción y por los derechos ciudadanos; lo que pudiera dar origen a una ASAMBLEA CONSTITUYENTE PERMANENTE.