El líder de los supermercados. “Humíllate pueblo que tu puedes”

El miércoles me tocaba ir al mercado, según el terminal de mi cédula. Y, como hay que recorrer varios mercados para adquirir lo básico de la dieta diaria, me hice eco de alguien que había comprado en un municipio cercano a Valencia y me fui hasta un amplio auto mercado ubicado en otro sector próximo a nuestra urbe, mentado por el compañero de compras, dispuesta a hacer mi cola de costumbre. Fue así que, después de dar vueltas y más vueltas en la buseta, llegue hasta ese expendio de víveres, donde solamente el estacionamiento tiene un espacio, lo suficientemente cómodo `para adaptarse a un recital de poesía, lectura colectiva o concierto de música, con la plena participación de los habitantes de la zona.

Les cuento que la cola transcurría dentro del estacionamiento de manera, si se quiere dinámica, y hasta animada por la conversación entre las personas cercanas, pero, ya me lo había advertido una de las señoras que habían estado allí antes, lo humillante que descubriría allì adentro. Y así fue, llegamos al sitio techado alrededor de las 11 am, y por lapso de hasta más de una hora la cola no se movía para hacer efectivo el pago de los pocos productos que logramos adquirir. ¿Por qué la cola no disminuía?, pues, las cajeras iban varias veces al baño y se quedaban un rato largo por allá, luego subían a la parte administrativa a llevar dinero, cuando bajaban atendían a unos pocos de la cola y volvían a cuadrar el dinero recaudado producto de las compras, pero ahora, allì mismo en las cajas, a todas estas el pueblo haciendo su cola pacientemente, hasta por siete horas, pero…fue tan largo y repetitivo este procedimiento indolente de hacer esperar para pagar al pueblo lo poco que le habían vendido, que los que estaban en las colas no tardaron en sacar sus propias conclusiones, y, expresaron lo intencional de la tardanza, o lo que es lo mismo, una vulgar manifestación de lo que se agrega a la guerra económica contra el pueblo, pues ni los supervisores, ni ningún personal autorizado de la empresa tomó empeño en hacer superar esa situación de humillación desesperante por tantas horas para un pueblo necesitado del bien más preciado como es la alimentación.

Hacemos un llamado a los diputados al Consejo Legislativo de Carabobo, a la Guardia Nacional, a la Guardia del Pueblo, a la Milicia, los fiscales consejos comunales y demás entidades que les competa, que por favor, se acerquen a estos mercados diseminados a lo largo del Estado Carabobo, para que vean por sus propios ojos la desidia y el desprecio hacia el pueblo necesitado y coloquen los correctivos necesarios a esta situación que va en contra de la condición humana de los habitantes de la patria de Bolívar.

 


igquintaalternativa124@gmail.com



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