Los actos simbólicos deben constituirse en una realidad histórica en los procesos nacionalistas de cada región y de los países que comparten un universo político territorial. Y, sobre todo, cuando se trata del camino de las luces. Armando Reverón jamás fue un personaje individualista, compartió con su Juanita, todos los apegos de su vida en una relación estrictamente familiar. Por consiguiente, la familia nunca puede ser dividida, menos extinguida, desde un punto de vista sociopolítico y debe respetarse las pautas de convivencia aceptadas por ese núcleo que contempla en la antropología latinoamericana todo un acervo cultural.
Desde esta perspectiva, los actos y hechos que vienen suscitándose contra los medios culturales y familiares chocan contra la originalidad de nuestro pueblo, son actos violatorios a los sueños del comandante Hugo Chávez Frías sobre su Legado y cada acontecer por favorecer la cultura y la familia venezolana. En este sentido, debemos reconstruir la patria y acabar con el conjunto de desmanes de quienes de una manera de avalancha desean destruir el patrimonio histórico del país. Venezuela, debe constituirse en un patrimonio, no en una zona de desgaste político y en una continua lucha de agravamiento.
Lo cierto, es que Juanita estará sola en su sepulcro y nadie levantó la voz para ser llevada junto a su compañero al lecho del Panteón Nacional.
Debemos aprender lecciones de la historia, tanto política como económica del Estado Venezolano, es el momento de hacer un balance financiero y cultural de una realidad histórica, actualmente recorremos una zona de riesgo, donde los aplicadores de la gestión pública no quieren asumir sus responsabilidades en el ejercicio de sus funciones públicas, desde lo referente a la red alimenticia hasta las universidades no tradicionales, donde existen alumnos no vinculantes y que constituye todo un proceso de engaño y frustración de quienes en una oportunidad idealizaron a perfección el Legado del presidente Hugo Chávez Frías.
El chavismo exige celeridad en algunos asuntos públicos y que todos los sectores avancen en los criterios históricos y los militares deben ocuparse de su misión, no en explotar con su nueva empresa las minas que bordean El Gurí y cuidar los mercados de expendios de alimentos.
Quienes dicen ser defensores de la patria, no exponen su imagen para defender al presidente Nicolás Maduro Moros. Por ejemplo. Misión Sucre es controlada por Voluntad Popular y el saboteo es enorme, le dan cifras falsas al ciudadano presidente Moros y la mayoría de los combatientes hemos sido anulados de dicha Misión. El gobierno bolivariano no tiene apagafuegos en su estructura interna de poder en todos los ámbitos de su gestión pública.
Hay una intermediación financiera contra Venezuela, cuyos fines heredamos en los ochentas y que todavía se aplica en toda su dimensión dañando las formas de capitalización y extremar los riesgos de inversión en los módulos del Plan de la Patria. De verdad, una distorsión que determina un contraste en los requisitos de liquidez del país y que los economistas especialistas deben ver como un espectro de colores ante hechos de violación en normativas de legislación económica y Derechos Humanos.
La Constitución Bolivariana de Venezuela, debe orientarse a aplicar los derechos sociales y las leyes en una orientación constitucional para aplicar en éstos nuevos tiempos la realidad histórica del país y no mirar al pasado, debemos respetar las normas y la aplicación de los campos políticos, respetando las diferencias y buscar que la familia venezolana sea integra a sus fines.
Hay que revisar los programas alimentarios y aplicar medidas de corrección urgentes en algunas empaquetadoras financiadas por el Estado y cuyos empleados le venden bultos directamente a los vendedores ambulantes e informales y aumentan excesivamente el producto por unidad y el Estado no recibe ningún valor agregado, cuando le otorga a éstas cooperativas los beneficios crediticios básicos para mantener a las comunidades un flujo de alimentos de la dieta diaria en constante circulación y beneficiarios.
Tanto el caso Reverón en la cultura, como el mundo financiero y distribución de alimentos deben ser aplicadores de una planificación para el mejor nivel de vida en la familia venezolana.