¿Qué hacer? La comida es diaria y los atracos comerciales también

El gobierno ha emprendido con mucha eficiencia unos planes para resolver el actual problema alimentario a mediano plazo en relación a los tiempos de la dieta alimentaria que es un problema diario y de varias veces al día. De allí que el malestar sigue en pleno ejercicio.

Al consumidor se le atraca diariamente y en cada rincón comercial, al punto de que los propios vecinos se han contagiado porque sencillamente las alzas de precios sin control eficaz ni sanciones contundentes suponen una ganancia extra a la que difícilmente nadie renuncia sin castigos ejemplares.

El Estado sigue sin darle el verdadero peso a la presente guerra; cree que con mensajitos de texto podría frenarse y hasta superarse esta calamidad social. Las soluciones que se observan son puntuales para que algunos coman, pero la comida la necesitamos todos y todas y ya.

No todas las gobernaciones y Alcaldías han respondido a su  solución, y peor aún, ni siquiera lo han hecho muchas de las que han fungido de ser muy chavistas. La situación en Valencia es grave, y, curiosamente, la Alcaldía de la oposición improvisa mercaduchos,  suerte de bazares inclusivos de vacunas para mascotas[1], peluquería y demás servicios  que no están en el foco del problema. Traen 4 kg de verduras, operan unas 4 horas de vez en cuando y con ello, si bien  no resuelven nada permanente, a los ojos de sus cegatos seguidores,

dejan  la imagen de que sí están contribuyendo.

Lo cierto es que se hace muy poco, si este problema no se ataca en todas partes y por todas sus dimensiones y aristas.

Tenemos entendido que en condiciones de guerra todos los medios de producción importantes, estratégicos, y los inventarios de productos terminados pasan automáticamente al Ejército. Proponemos la creación de Centros de acopio en los propios Cuarteles de la República, en todos los estados y municipios con militares al frente. Desde estos centros perfectamente pueden salir diariamente camiones de reparto a domicilio bien vigilados y dispuestos a enfrentarse a  los delincuentes que no faltarán.

Cada día se resolvería el problema en un municipio y todas sus parroquias. Para la reposición de los inventarios, las familias habrán quedado registradas y podrían habilitar sus propios transportes para facilitar  las entregas de cada semana o quincena.

Las casas comunales, UBChe, del Psuv, y los viejos Pdvales  y Mercales se hallan potencialmente corrompidos.



[1] Recuerdo que hace  varios años, de esa Unidad Sanitaria de Valencia bajo control de corruptos varios salieron vacunas vencidas.

 



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Manuel C. Martínez


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