"La economía virtual traslada capitales,
derriba precios,
despluma incautos,
arruina países
y, en un santiamén,
fabrica millonarios y mendigos".
Eduardo Galeano
Apenas se entra en el confortable local del (Central Madeirense) en Acarigua, se encuentra con un negocio prácticamente en quiebra, con sus obreros y empleados–los pocos que quedan– viéndose las caras para pasar el tiempo, porque la actividad es casi nula. Son pocos los compradores, y los que llegan salen espantados al ver los precios, con una diferencia tan elevada en comparación con otros negocios, que para comprar se necesita ser masoquista, o tener dinero para botar, y poco le importa pagar los pocos productos, que ofrecen antes la indiferencia planificada de sus propietarios.
Este lunes me di un pequeño paseíto por las instalaciones de esta sucursal, y apenas entable una corta conversación con algunos trabajadores, entre ellos, dos que anteriormente defendían a capa y espada a los dueños para culpar al gobierno; ahora, empiezan a razonar de manera consciente, porque nadie puede entender, lo que está pasando en el comercio de la ciudad, cuando vienen apareciendo bodegas, pulperías o los bien montados bodegones; contrariamente lo que hasta hace poco era un próspero supermercado a la vista de todo el mundo, con una propaganda comercial muy atrayente: (VIVA MEJOR POR MENOS) ahora se presenta en ruinas, con un futuro muy negativo, próximo al cierre definitivo.
En estos momentos parece difícil, aunque no imposible, llevar a lo que era anteriormente esta filial, y a lo mejor los dueños están pensando cerrarlo; el cual puede pasar totalmente desapercibido, y de esta manera terminan de echar a la calle los pocos trabajadores que quedan, algo que poco les importan a los dueños, después de haberse metido de manera directa y descarado en una guerra sin cuartel contra el gobierno, creyendo en la caída definitiva en poco tiempo.
El estado que presentan las otras sucursales–52 en total– según parece es igual en todas partes; pero nada de esto preocupa en estos momentos, porque a pesar, de la guerra económica puesta en práctica por esta cadena de supermercados en todo el país, la comida ha venido apareciendo en proporciones incalculable en casi toda la ciudad, aunque con precios exorbitantes, lo que significa la continuación de la guerra económica con las medidas coercitivas aplicadas por el gobierno de Trump, apoyándose en la moneda: el dólar, hasta llevar nuestro signo monetario a una desvalorización alarmante para beneplácito de los vende patria.
Ahora, lo que debe llamar la atención por parte del gobierno, es velar para que la empresa cumpla con los compromisos laborales con más de 2500 trabajadores; caso contrario la expropiación y de esta manera poner en manos de un personal responsable las instalaciones, y buscar la manera de surtir, para ayudar a frenar la criminal inflación, el cual viene desbaratando cualquier iniciativa del gobierno en bien de los más necesitados, y a la vez solventar la lamentable situación de los trabajadores de la empresa, quienes empiezan a protestar en la calle para llamar la atención.
La otra gran verdad del CASO MADEIRENSE– por llamarlo de alguna manera– es como llega a la opinión pública, porque la quiebra se la quieren achacar al gobierno, y, por otra parte, no toda la guerra económica se circunscribe únicamente a escasear los alimentos de primera necesidad. Han creado algo parecido a un virus en lo subjetivo, hasta "inyectarle" la desidia, el desinterés y desaliento a los trabajadores, haciéndole ver a la vez, que todo está perdido, para presentarse en quiebra total; la conocida maniobra de los empresarios para no pagar, aduciendo la grave situación del país; algo tan falso, como creerles a los mismos capitalistas alguna consideración, cuando de pagar un justo salario se habla. La cadena (CENTRAL MADEIRENSE) cavó su propia tumba, y el personal en su justa lucha parece estar dispuesto a enterrarlo.
