Miércoles, 12 de octubre de 2022.- Sepan, los que decidieron irse, los que se fueron, donde quiera que estén, sepan y no se les olvide, que, sin ese ejercito de abuelas y abuelos, así como de otros parientes y amigos que hacen un trabajo de amor, similar, su proyecto de búsqueda de una mejor vida, de mayor bienestar para ustedes y sus familias, no hubiese sido posible.
Acuérdense todos los días, sin falta, acuérdense del envío de la llamada formalmente por funcionarios del gobierno: La Remesa, la cuota de dinero que les permita a estos abuelos y abuelas que les están cuidando y criando a sus hijos, después de haberlos criado a ustedes, afrontar los gastos y vivir adecuadamente tanto ellos, como sus nietos, o sea, los hijos de los que luchan afuera del país.
Por favor, no se les olvide, sean precisos y metódicos, en una palabra, cumplidores y responsables.
El fenómeno de esta emigración forzada ha impactado poderosamente a la familia venezolana, por más que algunos voceros del oficialismo intente minimizarlo.
Sería un trabajo interesante de investigación demográfica establecer cuantos son y donde están los que conforman la diáspora venezolana alrededor del mundo, aunque fuesen cifras aproximadas.
,
La reestructuración de los deberes de muchos adultos mayores está ahí, es un hecho concreto y por demás admirable, de igual forma sus derechos han sido afectados.
Llama poderosamente la atención el silencio y la quietud persistente en las instituciones del Estado que parecen ignorar lo que está ocurriendo o voltean la cara para no verlo.
Parece que estuviesen cumpliendo un voto de silencio o una orden ejecutiva: de eso no se habla y punto.
Instituciones aparentemente inexistentes y que por lo tanto deben ser creadas y si existen, activarlas, deben activarse y manejar programas de intervención, de apoyo en múltiples áreas, que contribuyan con las familias afectadas y las apoyen para manejar eficazmente la nueva situación que están enfrentando.
Con recomendaciones y soporte en todos los aspectos, tanto financieros, de seguridad de la familia, de ser necesarios, así como educacionales, de transporte, ayudarlos a hacer mercado o llevárselo a sus casas, monitorear el estado de salud de todos los miembros de la unidad familiar y llevar las estadísticas respectivas, estar presentes con soporte de orden psicológico y de adaptación y manejo de la nueva situación.
Psicólogos, terapeutas, trabajadores sociales y facilitadores que deben formarse, así como profesionales y técnicos relacionados, constituyen una vanguardia que debe organizarse y ser lanzada al ataque.
Apoyo efectivo y concreto, el concurso de instituciones privadas, grupos de apoyo, los sindicatos, las asociaciones comunales, las iglesias de diferentes denominaciones, las asociaciones de vecinos, los consejos comunales y los propios vecinos quienes deben estar alertas y pendientes.
Toda esta nueva situación, esta reconfiguración de la estructura familiar en Venezuela amerita una respuesta nacional, sin esperar tanto, apoyemos a las familias que lo requieran.