La inseguridad no es un tema reciente, los opositores quieren sacarle punta a este asunto, como le han venido sacando puntas a los contenedores. Y cuando hablan del tema, lo hacen con tanta gallardía, con tanto adorno léxico, con tanta convicción, que las personas oyentes, quedan engañadas con tantas mentiras entremezcladas con verdades.
No estoy descubriendo el agua tibia, nuestros hermanos policías, tienen una lucha sin cuartel contra la delincuencia, pero casi siempre, para no decir todas las veces, cuando capturan en flagrancia a una persona delinquiendo, el procedimiento policial es desestimado judicialmente y el delincuente retorna a las calles. Eso baja la moral del cuerpo policial y prolifera la impunidad.
Todos sabemos que hay muchos policías honestos, y también sabemos que hay unos cuantos que por desespero, por problemas económicos, son presas fáciles de los encantadores de serpientes, y caen en la deshonra, siendo obligados después a delinquir en bandas, que a punta de chantajes por capos mafiosos en su mayoría, son captados para que ejecuten trabajos sucios.
También existe el grave problema del estatus económico del policía, y en esa materia nuestro Gobernador Rafael Isea, viene trabajando duro para dignificarlos, no es tarea fácil por cierto, la gran mayoría de los policías, viven alquilados, y el sueldo que devengan no les alcanza para costear sus gastos familiares, aunado a ello, sus gastos personales dentro y fuera de los comandos policiales. Y lo peor de todo, que si un policía, comete un error en el procedimiento, lo tildan de abuso policial, sin valorar su derecho a la defensa y para defenderse ante los Tribunales, tiene que pagar con su propio peculio la asesoría jurídica de un abogado penalista particular. El cuerpo policial debería tener sus propios defensores integrales, hay policías abogados que no pueden asumir las defensas de sus compañeros, porque los tribunales favorecen a los abogados de las contrapartes, cuando estos alegan que no tiene interés y cualidad en el juicio. Esto es un exabrupto jurídico, porque imagínense si un abogado es capturado en flagrancia delinquiendo, no debería ser defendido entonces por otro abogado, ya que es colega. Con todo el respeto que el cuerpo de abogados merece, es una reflexión que a título personal me hago.
En conclusión, el cuerpo policial en su totalidad, se le debería llevar a una constituyente socialista interna, que regresen a las aulas de clases a cursar estudios superiores, que todos los policías sean licenciados en ciencias policiales, de manera que cuando egresen jubilados a la vida civil, integren con orgullo el cuerpo moral de licenciados policiales jubilados. Confieso que me quedo corto en el desarrollo de este artículo. Hasta la próxima.
yjmosqueda@gmail.com @ysamosqueda