Esta mañana, a las 9.00 am (hora de Colombia), vi -con espanto e indignación- en televisión por cable, la información que dio el programa AL DIA de CNN sobre la bomba que los terroristas pusieron, en la madrugada de hoy, a la emisora Caracol en Bogotá.
La noticia fue dada con todo el lenguaje subliminal que CNN acostumbra a utilizar para enviar mensajes torticeros que, de expresarlos abiertamente, los llevaría ante los tribunales de justicia.
Lo primero que dijo "el enviado especial en Bogotá" fue que la dinamita utilizada es la misma empleada por las FARC..., dejando un silencio de puntos suspensivos para que pudieran llenarlo con su imaginación los televidentes. Luego preguntó el periodista en los estudios en Estados Unidos si no fue la política de "seguridad democrática" lo que hizo tan eficiente al gobierno de Uribe, a lo que añadió el presentador - reiterando la misma idea en Bogotá el "enviado especial" - que Santos debe retomar ese camino y alejarse de su propósito de poner el énfasis en la justicia económica, mientras insistía y reiteraba la afirmación de que probablemente la bomba tuvo lugar en razón de que Santos había abandonado el énfasis en la "seguridad democrática".
Lamento no tener el correo-e de CNN pero, si alguien lo tiene, le pido que les pasen la información que ellos mismos han ocultado y es que, en pleno gobierno de Alvaro Uribe Vélez, cuando yo aún vivía en la carrera 7a con calle 70, a pocos pasos de la Emisora Caracol, en momentos en que de ese lugar salía el hoy ministro Germán Vargas Lleras, colocaron una bomba que destrozó todos los vidrios del sector - como ha sucedido hoy - explotando totalmente las ventanas de mi apartamento que golpearon y dañaron los muebles, adornos y enseres que se encontraban en mis habitaciones. De modo que los señores de CNN no pueden decir que es la nueva política esbozada por Santos en su discurso de posesión y que ha comenzado a poner en práctica en su primera semana de gobierno, la que debe modificarse para igualar a Uribe, porque TAMBIÉN HUBO BOMBAS bajo el gobierno de ese tenebroso presidente que durante ocho años persiguió con sevicia a quienes no acatábamos con beatitud sus quereres y mandatos, que estuvo rodeado de toda clase de escándalos gubernamentales, que tuvo como política de estado premiar a quienes presentaban "falsos positivos" de diversa índole, con víctimas inocentes para disfrazarlos de guerrilleros y cobrar recompensas, con el enriquecimiento y tráfico de influencias de sus hijos y con un ambiente enrarecido y amoral, que nos avergonzó ante propios y extraños, . No es entonces, señores de CNN, la política de Santos la que incita al terrorismo, ni la que da lugar a que se coloquen bombas.
Lo que es más inquietante es que CNN utiliza la noticia de la bomba para lanzarle críticas a las políticas conciliadoras y esperanzadoras del Presidente Santos. ¿No será que a CNN le molesta en grado sumo que se hayan restablecido las relaciones diplomáticas, comerciales y sociales entre Venezuela y Colombia? Y lo digo porque la misma CNN dedicó tres días seguidos, antes de la posesión de Santos, con toda clase de comentarios de doble filo - como acostumbran a hacerlo - y a retransmitir un documental tendencioso, titulado "Los guardianes de Chávez" como preámbulo al posible encuentro de Santos y Chávez para normalizar las relaciones bilaterales, tratando de incidir sobre Colombia para que no hiciera acuerdos con un gobierno, según ellos, "terrorista" y militarizado como el de Chávez.
De modo que al ver la manipulación de la noticia sobre el atentado de hoy a Caracol, no pude menos que preguntarme ¿A quién benefició el crimen? y, seguramente, esta noche me soñaré con Uribe sonriendo entre las sábanas de un hotel de cadena internacional, mientras maquina, por el lado de la ONU, cómo exculpar a Israel del crimen que cometió su ejército contra la brigada humanitaria, a la que agredió asesinando a varios de sus integrantes, cuando avanzaban para llevar a Gaza un cargamento humanitario.
"Uribe y sus 40 ladrones", algunos con sede en tierras extranjeras, son capaces de cualquier cosa. Sus ocho años de gobierno así lo han demostrado.
Bogotá, agosto 12 de 2010 Colombia