Esta es una historia real y no contiene exageración alguna. Los datos son rigurosamente ciertos y precisos. Es la historia de un contenedor que llamaremos “Tontón”, que tuvo la desgracia de ser enviado a Venezuela. Uno más de decenas de miles de contenedores, de carga seca o refrigerada, que corren la misma suerte…
Tontón inició su periplo en el puerto de Buenos Aires. Era el 19 de agosto de 2012. No sabía lo que le esperaba. No sabía que, en el último año, hacen cola para atracar, fondeados en la rada, un promedio de 10 a 12 barcos en La Guaira, y de 18 a 35 barcos en Puerto Cabello. ¡Los barcos son, como se dice de la tos y del dinero, de esas cosas que no se pueden esconder!
Después de un trasbordo en Cartagena de Indias, llegó a La Guaira, el 13 de octubre. Es decir, 53 días después. Hace algunos años, la travesía, desde Argentina, tomaba unos 20 días, en viaje directo, y entre 27 y 35 días, con trasbordo. La pesadilla de Tontón apenas empezaba. Estuvo 23 días esperando, en el buque que lo transportaba, hasta que le asignaron muelle, el 05 de noviembre. Ya el viaje de Tontón iba por 76 días. Aún le faltaba, la tragedia de la nacionalización. Tontón vio luz, fuera del puerto, el 22 de noviembre. Otros 17 días. ¡En total, 93 días! Y todo esto es lo usual, no lo extraordinario…
El viaje de Tontón no ha terminado, aún falta su regreso vacío. Es de esperar, nuevos “cuellos de botella” para reingresar al infierno de los patios del puerto y emprender una nueva vida…
Hoy día, y desde hace más de un año, ninguna naviera viaja directamente a Venezuela. ¡Creo que debemos ser el único país del mundo, de economía grande o mediana, que carga con esa vergüenza! Todas hacen trasbordo en Cartagena, Colombia, en Manzanillo, Panamá, en Caucedo, República Dominicana, en Kingston, Jamaica o en algún otro puerto del Caribe ¿Por qué tarda tanto su travesía? La congestión ha hecho que las navieras que siguen viajando a nuestro país, algunas suspendieron sus viajes, hagan acopio de mercancía en cualquiera de los puertos mencionados, antes de seguir hacia Venezuela. Es decir, sólo cuando acumulan mucha carga para despachar a La Guaira y Puerto Cabello, es que se echan el embarque real y figurado. Bien dice un refrán popular: “barco parado, no gana flete”. Estos han aumentado sustancialmente y, además, las navieras establecieron una tasa de congestión, “sólo para Venezuela”, por día de retraso.
No faltará quien diga que la empresa privada no hizo las inversiones requeridas, en su debido momento, antes de la estatización de los puertos. Es posible, entonces fuimos unos tontones por no haber hecho las planificaciones correspondientes y por habernos echado encima ese muerto… A veces pensamos que la ineptitud de los administradores de Bolipuertos no puede ser tan grande y que debe haber intencionalidad para causarle daño a la revolución. Es posible, entonces también hemos sido unos tontones por ingenuos. ¡Bolipuertos es la quintaesencia de la ineficiencia y no hay responsables! Nadie es destituido, ni se abre averiguación penal o administrativa alguna. Sólo implementamos un operativo especial para despachar la mercancía acumulada. ¡Después de más de un año de indolencia! ¿Y quienes son en última instancia los afectados? El consumidor que paga los extra costos y, por supuesto, la revolución…
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