“Hay épocas en que la clemencia ejercida con los criminales insignes y con los enemigos de la patria y del gobierno, llega a producir la facultad de otorgarla, porque generalizados los crímenes, se sigue la impunidad de ellos; y la destrucción de la moral pública causa bien pronto la disolución del estado… La impunidad de los delitos hace que estos se cometan con más frecuencia y al fin llega el caso en que el castigo no basta para reprimirlo”…
“La corrupción de los pueblos nace de la indulgencia de los tribunales y de la impunidad de los delitos. Mirad que sin fuerza no hay virtud; sin virtud perece la república”…
A manera de reflexión, preferí comenzar el artículo con dos pensamientos de nuestro insigne Libertador quien sabía mucho de impunidades, traiciones y de conspiraciones contra la república en cierne.
No es nada nuevo para los venezolanos de los numerosos delitos cometidos por los oligarcas y muy poco se ha visto de la aplicación de las leyes contra esos transgresores de nuestros códigos. Numerosos son los banqueros que se robaron los dineros de muchos ahorristas y sin problema alguno están disfrutando sus bienes mal habidos más allá de nuestros linderos. Qué decir de los actos de peculado doloso cometidos contra la hacienda pública por algunos funcionarios amparados por la parásita estirpe aristocrática. Una vez cometido el delito se separan del cargo y se van a Miami a solazarse con los adorables billetes verdes. Los dueños de los canales de televisión violan las leyes como les da la gana y cuando les da la gana y las sanciones no se ven por ningún lado. Nuestro comandante Chávez les concedió el indulto a los golpistas en aras de conseguir la paz y la respuesta de los comprometidos, en su mayoría oligarcas, fue la insistencia de la violencia conspirativa con la deliberada intención de acabar con la Democracia Participativa y Protagónica.
Para nadie es sorpresa las acciones violentas con las cuales vienen amenazando al país desde hace años la señora María Corina y su secuaz Leopoldo López. Lamentablemente no se tomaron los correctivos necesarios. Todos sabían, era voz pública, lo que los mencionados oligarcas se traían entre manos. No es nada nuevo el papel protagónico de esta “señora” y de este “señor” en actos conspirativos, en alianza con el gobierno norteamericano. Lo que sucedió es la crónica de varias muertes anunciadas. Los lamentables sucesos del 12F, con un saldo luctuoso de tres muertos, no debió suceder si tales malvivientes hubiesen estado, una en el INOF y el otro, en la cárcel de Tocorón. Puedo entender que la señora diputada esté investida con la inmunidad que le otorga la constitución, pero esto no la convierte en privilegiada en la aplicación de la ley. Sus continuas y reiteradas peroratas encendidas anunciaban lo que iba a ocurrir el infausto día de la juventud. No se trata de la presunción de un delito, la apología a la violencia es una transgresión perfectamente tipificada en nuestro código. Todavía están calientes los cadáveres de camaradas venezolanos que reposan en el cementerio consecuencia del llamado a la violencia, simplemente porque el burguesito malcriado no aceptó los resultados electorales. Hasta la fecha se está en la espera de la aplicación de la ley. Un discurso explosivo frente a un público ignorante y fanático que incite al crimen es mucho más peligroso que una bomba expansiva.
Imposible comprender que el fascismo burgués esté tomando cuerpo en un país donde la mayoría es explotada por la clase adinerada. María Corina y Leopoldo López no tienen nada en común con la gente de los barrios y mucho menos con la muchedumbre de la clase media asalariada. Su único interés es llegar al poder para que sus empresas crezcan a consta de la renta petrolera y el trabajo de los pendejos para el beneficio de una casta abusadora. Esto no es nada nuevo, lo hemos vivido desde hace más de cuatrocientos años y por fortuna, tal injusticia lo detuvo mi comandante Chávez. También es cierto que los aleados temporales de estos oligarcas no podrán aspirar gobernar al lado de ellos, en supuesto negado de llegar a mandar; recuerden lo que le sucedió a Carlos Ortega, quién no fue llamado a la repartición de cargos durante el carmonazo.
Estos dos oligarcas de pacotilla no promueven un golpe de estado, estos trapisondistas lo que están propiciando es la intervención norteamericana bajo la excusa mendaz de que Venezuela es un estado forajido. Igual lo hizo EEUU en Libia, Irak, Afganistán, Siria y actualmente en Ucrania. No crean los bandidos, quienes están apoyando a los dos apátridas, que el gobierno norteamericano los va a convocar para gobernar al país. El Departamento de Estado ya debe tener los nombres de los traidores que ocuparán los cargos y seguramente, graduados en alguna universidad norteamericana quienes velarán por los intereses de la trasnacionales petroleras gringas. El guion es viejo, los comediantes los mismos y no nos debe causar sorpresa.
Mientras estoy escribiendo el artículo algunos disociados están en el bulevar del Cafetal tocando cacerolas y cornetas, hastiando a sus vecinos, con la certidumbre que el presidente MM va de salida. No advierten que los únicos que caminarán esposados hacia la entrada de una cárcel son la diputada María Corina y Leopoldo López. Eso esperamos los patriotas comprometidos con este proceso. Estas acciones las vienen cometiendo dese hace muchos años con la única esperanza que el próximo gobernante oligarca elimine el control de cambio.
Los manifestantes de la oposición miran al cielo añorando que un escuadrón de drones ingrese al cielo venezolano y que las bombas humanitarias retumben en el suelo venezolano. Finalmente la señora María Corina, en un supuesto y negado triunfo, bajará al puerto de La Guaria súper engalanada con un traje de Carolina Herrera para recibir, con una obsequiosa sonrisa, al almirante que comanda a los marines yanquis, los nuevos salvadores de la patria.
En el caso de que las condiciones ambientales y atmosféricas impidan el ingreso de la flota yanqui a las costas venezolanas e imposibiliten a los drones violar nuestro espacio aéreo, seguro que dentro de unos años podremos vivir una extraña experiencia. Se trata de la entrada triunfal a Caracas del glorioso ejército invencible de partisanos tuiteros acantonados en Falcón y dirigido por la comandante Maricori, exhibiendo un costoso morral diseñado por Luis Vuitone. Ocurrirá lo mismo con los guerrilleros feibuqueros proveniente de la montaña El Bachiller, abanderado por comandante Leopoldo López, quienes en el fragor de la lucha de las redes sociales lograron la rendición de las huestes Chavistas que tanto daño le causan al país.
Yo lo viví: el día 13F, mientras me encontraba en el CC Plaza las Américas realizando ciertas diligencias un grupo de motorizados, de regreso del Cementerio de la Guairita, donde acompañaron a su última morada a un compañero recién fallecido, hicieron roncar sus tubos de escapes frente al local. Ante tal arremetida amenazadora los vecinos, presentes en el CC, corrieron espantados porque las hordas tupamaras iban a destrozar y saquear los locales, tal como lo hizo el sanguinario Atila en sus mejores épocas. Al final, los motorizados continuaron plácidamente su viaje y mis vecinos permanecieron silentes y aterrorizados con el corazón arrugado y despavorido. Ese mismo día, durante las horas nocturnas, ocurrió algo similar cuando unos disociados de la oposición se encontraban en la entrada de Santa Paula tocando cacerolas y arengando consignas en contra del régimen opresor. Cuatro motorizados, ajenos e inocente de lo ocurrido, irrumpieron cerca del lugar y ante la arremetida de la morralla chavista los vecinos corrieron a esconderse en el CC El Sol para utilizarlo como trinchera de lucha. Una muestra del aguerrido ejército libertador con el que cuenta la derecha fascista de Venezuela. Durante el fragor de la reyerta pude escuchar: “feibuc sí, tupas no”.
Basta de impunidad, sin justica no hay democracia ni socialismo, sólo anarquía. No nos arrepintamos mañana por lo que dejemos de hacer hoy.
