Hace un año, 3 de marzo de 2013, sicarios en moto dispararon contra el cuerpo de Sabino, en las inmediaciones del Tokuko, el día de las elecciones del nuevo Cacique Mayor de este Centro Piloto. Muchas veces, Sabino fue amenazado de muerte, debido a que era el cacique caribe más aguerrido y dispuesto a recuperar sus tierras: un verdadero luchador consciente de su cultura y conocedor de la historia del despojo de tierras y violencia cometida en contra de su pueblo. De ese 3 de marzo hasta hoy, fueron realizadas las respectivas investigaciones y los presuntos autores materiales fueron detenidos. Sin embargo, el caso está congelado, pues no ha habido todavía ningún juicio. Hoy, el resto de sus asesinos, los autores intelectuales de la muerte de Sabino, siguen libres. De la misma forma, quienes asesinaron a José Manuel Romero, padre de Sabino (22 de julio 2008), y a los Yukpa: Darío Segundo García Fernández (19 de diciembre de 2011), Wilfrido Romero y Lorenzo Romero (14 de abril de 2012), Alexander Fernández Fernández, José Luis Fernández Fernández y Leonel Romero (23 de junio de 2012), continúan campantes, y no existe hasta la fecha, ningún tipo de investigación para dar con los culpables de cada uno de estos asesinatos y hacer Justicia.
Guarimbas en la Sierra contra los que luchan por su Tierra
Los ataques en contra de los Yukpa y otros pueblos indígenas originarios son estructurales e históricos. Cada una de las invasiones, incrustadas como poderes en las tierras ancestrales, fueron arrinconando y asesinando a los originarios, con el fin de obtener el control único del territorio, y cometiéndose para este objetivo, actos de genocidio o etnicidio, despojo de tierras y persecución contra aquellos que lucharon, como Sabino y Alexander, por recuperar sus tierras. En distintos momentos, grupos de ganaderos identificados con GADEMA, parceleros, Ejército, Guardia, así como policías, escoltas y sicarios han ejercido andanzas represivas de forma abierta contra los líderes Yukpa y sus comunidades. Aparte, han fomentado el racismo y la criminalización en todas las zonas aledañas, incluida Machiques, contra el pueblo Yukpa.
Todavía faltan predios por cancelar
Por acontecimientos recientes de violencia, en estas tierras, donde nuevamente fue atacado un hermano de Sabino, producto de la acción que ejercen estos poderes confabulados, debemos, nuevamente, como a lo largo de todos estos años lo hemos hecho, solicitarle al Estado-gobierno que termine de cancelar los predios que faltan, para que las comunidades Yukpa puedan vivir en paz. En el velorio de Sabino, día 9 de febrero del año pasado, el gobernador actual del estado Zulia, Arias Cárdenas, se comprometió a solventar la deuda, el mismo compromiso fue adquirido días después, el 14 de febrero, por el actual canciller Elías Jaua. Tanto el Ministerio de Agricultura y Tierras (MAT) como el INTI adelantaron gestiones logrando cancelar una parte de las haciendas o bienhechurías, pero el dinero no alcanzó para cancelar todas las que eran necesarias, para poder restituir la paz en las comunidades y hacer Justicia.
El principal error, aparte de la impunidad que reina en todos los casos de asesinatos cometidos, ha estado en no pagar las haciendas ubicadas en la zona de conflicto, represión y sufrimiento de una parte del pueblo Yukpa, que como vanguardia es la que ha sido sistemáticamente asesinada, por ser la única consciente y dedicada a recuperar su territorio invadido por sus enemigos tradicionales, financistas de sicarios y paramilitares, policías, Guardias Nacionales y efectivos del Ejército venezolano.
De haberse pagado todas estas haciendas y reubicado a los parceleros, se hubiesen acabado estos problemas represivos contra los Yukpa del Yaza del Centro Originario Chaktapa. Muchas otras comunidades hubiesen esperado en paz un supuesto segundo desembolso de recursos autorizados por la Asamblea Nacional.
Urge un Plan de Convivencia y Paz en el Yaza y la Sierra de Perijá
Para activar en toda esta zona de Perijá, y concretamente del Yaza, un Plan de Convivencia y Paz, debe llegar la Justicia, pues con impunidad no hay Justicia ni hay Paz, y debe resolverse, de manera definitiva, el conflicto de la tierra. Por la memoria de Sabino y las comunidades Yukpa solicitamos entonces que finalmente el Estado-gobierno haga cumplir la Constitución de nuestra República Bolivariana de Venezuela.