Siguen las sorpresas en un mundo que el capitalismo y su vorágine han deshumanizado al extremo. Parte de su comportamiento es guardar silencio o sencillamente ignorar acontecimientos que a la luz de la verdad, sencillamente lo desnudan. Para ello, es bien conocido, se valen de sus poderosas cadenas mediáticas y acólitos locales, que por el dinero a manos llenas para hacer el trabajo sucio, poco o nada les importa la patria, la familia o hermanos.
Es así como el silencio de estos poderosos medios se hace notorio en estos días cuando la América humanizada se entera, entre sorpresa y desbordada alegría que, en la hermana Argentina, un joven de 36 años encuentra a su verdadera abuela para seguir diciéndole al mundo que la memorable lucha de las Madres de Plaza Mayo, que ahora son abuelas, demuestra, una vez más, el criminal comportamiento de los regímenes militares y democracias representativas que imperaron en Latinoamérica a finales del siglo pasado.
Así como las abuelas hoy se regocijan con el encuentro del nieto 114. Guido o Ignacio Carlotto traen felicidad. La misma que fue arrancada en los años 50, 60, 70 y 80 en la Venezuela del bipartidismo adeco-copeyano, con miles de desaparecidos que aun buscamos en las montañas de nuestro país, no porque hayan caído en combate sino porque fueron torturados, asesinados o lanzados desde aviones.
Ocurre que las grandes cadenas siguen ignorando las masacres de pueblos indefensos. Lo de las abuelas, para ellos será sensacionalismo o frivolidad. Así han tratado los crímenes imperiales, como ahora tratan mediáticamente de guerra lo que ocurre entre los asesinos del ejército israelita y los habitantes de Gaza.
El mundo del poder, hablamos de los países que usan su industrialización para ufanarse en el club imperial, siempre han guardado un vergonzoso silencio y complicidad a la hora de sus invasiones y masacres por apoderarse del territorio y materia prima de pueblos indefensos. Lo demuestran una vez más y se les enreda en guaral con el caso de Palestina que con el silencio y la alcahuetería de entes multinacionales como la Organización de las Naciones Unidas, dígase ONU, lo que han hecho sobre Gaza tiene el sencillo nombre de masacre, matazón o asesinato de niños, mujeres y ancianos sin discriminar escuelas, hospitales, escuelas, universidades y refugios, así sean de la misma.
De manera que no sigamos cayendo en la trampa de los voceros del Pentágono y sus cadenas mediáticas, llamando guerra o confrontación a este genocidio del ejército israelí, apoyado por EE.UU.
Orgullosos estamos los hijos de Bolívar, Sucre, el Che y Chávez de la posición solidaria del gobierno Bolivariano con el pueblo palestino y su histórica lucha por la soberanía y la identidad. Solidaridad es la acción clave entre hermanos. ¡El pueblo palestino vencerá¡