Los golpes de Estado lo dan los militares apoyados por sus cómplices. Eso es lo que conocemos en Venezuela desde 1945. Si queremos detener el golpe de Estado en marcha hay que abortarlo ya, antes de que sea demasiado tarde, porque si se atreven los facciosos podrían hacer más daño que el ocasionado a la República en abril del 2002. No cabe duda que los facinerosos algo habrán aprendido de sus fracasos anteriores e intentarán, si se les deja, hacer cosas peores en esta oportunidad para producir más daño y dolor a nuestro pueblo.
No es la primera vez que en Venezuela los presidentes se acuestan sabiendo que hay un golpe de Estado en marcha y amanecen con el agua al cuello. Cuando Gallegos también se comentaba y se escribía lo mismo sobre el golpe inminente pero nadie le puso el cascabel al gato. Los servicios de inteligencia del gobierno deben tener la información pertinente o de lo contrario estarían penetrados por los golpistas. A Diosdado y Maduro no les debe temblar el pulso para proceder contra los posibles oficiales traidores caiga quien caiga. Aquí la extremada prudencia no es buena consejera.
La táctica de esperar fríamente que se dé el golpe para contragolpear es temeraria porque se corre el riesgo de subestimar la fuerza del imperialismo y el costo podría ser mayor que el de abortarlo. El golpe en marcha del imperialismo, la burguesía y la oposición golpista si no se detiene a tiempo poniendo sobre el tapete los nombres y apellidos de los oficiales de la FANB, comprometidos con la sedición, terminará por convertirse en una amenaza abstracta hasta que empiecen los tiros con la ventaja a favor del que pega primero pega dos veces.
Si la rebelión militar de la ultraderecha se dejara prosperar bastarían apenas unas horas de resistencia para que el imperialismo reconociera a los traidores y los apoyara con la fuerza disuasiva de todo su poder de fuego en abierto desconocimiento al derecho internacional lo cual no sería nada nuevo en la ejecutoria de dominación del complejo industrial militar norteamericano ávido por apropiarse de las mayores reservas de petróleo, existentes en el planeta, capaces de asegurarle la provisión futura de la energía que lo alimenta y le da vida.
Los ataques contra Diosdado Cabello ponen de manifiesto, por una parte, la podredumbre de un oficial antichavista de la FANB vendido al enemigo de la patria y por otro lado revela la intención golpista de resquebrajar la credibilidad de la oficialidad en su líder político-militar, o por lo menos, el despropósito de neutralizar a los vacilantes y moralizar a los militares fascistas. La defensa de Diosdado por el gobierno y el PSUV no ha sido lo suficientemente contundente con acciones que contrarresten los falseamientos tejidos en la mugre de la oposición. La develación del golpe de Estado en marcha será la más contundente respuesta a la insurgencia de la contrarrevolución y a los calumniadores de oficio.
La actual coyuntura militar, económica y política sobrepasa la cotidianidad del golpe continuado cuya perseverancia por la extrema derecha no ha cesado nunca en estos últimos 15 años. Estamos en un punto crítico de resolución del conflicto. Valdría por lo tanto correr todos los riesgos posibles por lograr el desmantelamiento de la red golpista en el interior de la FANB seguida por una reestructuración profunda de la misma. Los militares venezolanos no tienen la extracción clasista oligárquica de los chilenos pero tampoco el origen revolucionario de los soldados cubanos y nicaragüenses. El nuevo pensamiento militar bolivariano es todavía una utopía posible por implantarse definitivamente en el alma y la espiritualidad de nuestra FANB pues todavía subyace el hilo institucional de la democracia burguesa con la idea anticomunista instalada por la Escuela de las Américas.
NI GOLPE DE ESTADO NI REFORMISMO, EL CAMINO ES LA REVOLUCIÓN!!!