Por estos días se ha estado hablando bastante sobre un tema de mucha actualidad, que tiene que ver con la actuación de la policía de Chacao, luego de que el ministro del Interior y Justicia Jesse Chacón, con cifras en la mano y dentro del objetivo muy directo de desenmascarar al Alcalde Leopoldo López sobre su tan cacareada gestión que linda, según sus propias palabras, en la mayor de las excelencias, le ha dicho al país que ese Municipio tiene el índice delictivo más alto de la gran Caracas, por encima, lo agregó para que no quedara duda, de los Municipio Libertador y Sucre, no obstante que era el cuerpo policial más costoso de todo el país.
Pues bien, en la edición del diario El Universal de hoy (29/04) un señor a quien no conozco de nombre Andrés F. Scmucke G., publica un artículo bajo el título "Leopoldo, un minutico de tu tiempo", en donde denuncia el comportamiento abusivo y condenable, al parecer reiterado, según el articulista, de los policías de esa Alcadía con niños en situación de calle, por lo que nos pareció sumamente importante darle la mayor divulgación, pues allí se desnuda a un cuerpo policial que ha tenido señalamientos muy concretos de miles de otras iniquidades como fue el comportamiento que tuvo durante el asedio de la embaja de Cuba el 12 de abril/02, su pasividad y compromiso activo durante lo que se denominó la toma y liberación del territorio de la Plaza de Altamira por parte de la derecha más recalcitrante y más recientemente se ha dicho de forma muy insistente que el sujeto que asesinó al fotógrafo Aguirre de Ultimas Noticias no sólo fue agente de ese cuerpo, sino que cuando cometió tan vil asesinato lo seguía siendo.
Frente a la denuncia del señor Schmucke se impone una rigurosa investigación que permita no solamente frenar esos atropellos de la policía de Chacao, sino que al mismo tiempo los organismos competentes apliquen las sanciones que correspondan tanto a los autores materiales de esos abusos a los derechos huamanos, como a quienes les dan los garrotes y coordinan sus actuaciones de calle.
Veamos su artículo:
"EL JUEVES SANTO manejaba por Altamira rumbo a La Castellana, estaba hambriento porque era la hora del almuerzo y quería comer pizza (voy a tener que dejar de sucumbir a estos caprichos para recuperar la figura atlética que nunca he tenido). Voy manejando cuando de pronto algo me llama la atención.
Frené de golpe al ver que un policía del Municipio Chacao estaba maltratando a uno de los muchos niños que hacen malabares frente a los carros para ganarse unas cuantas monedas cuando el semáforo está en rojo. No puedo decir si este muchacho, al que le estaban doblando el brazo y que gritaba y lloraba de dolor, es un niño en situación de calle o no, si había hecho algo fuera de la ley o no, pero el comportamiento del funcionario no me pareció el correcto.
No me detuve, pero mi primera intención fue hacerlo y solicitarle al oficial que dejara de agredir al niño. Esa no es la pedagogía que se debe aplicar, no estaba robando, ni estaba amenazando a nadie, sólo estaba haciendo malabares con unas naranjas que cayeron al suelo cuando el oficial lo tomó del brazo. No me detuve, seguí mi camino, debí haberme parado, haber pedido el nombre del policía, debí haberlo hecho, pero no hice nada, me fui.
La imagen de ese chamo me atormenta porque no es la primera vez que veo algo parecido en el mismo municipio. Hace algún tiempo comía con mi familia en un restaurante de comida rápida que queda cerca de Centro Plaza y vimos lo mismo, un oficial agrediendo a un niño en situación de calle. En esta ocasión alguien sí hizo algo, mi tía Jackeline dejó de comer y fue a hablar con el policía, a explicarle que esa no era la manera de proceder, yo el Jueves Santo no pude hacer lo mismo.
Leopoldo yo te respeto mucho, has hecho muchas cosas positivas en tu municipio, pero por favor, atiende esto, porque la próxima vez me bajaré, ya basta de hacerse de la vista gorda ¿no?
