Bolívar responde a la interrogante de Manuelita “Si, dices bien” y “fue a la ventana, en ese momento impedí saltase porque vi pasaba gente, pero al terminar de pasar prácticamente lo empuje; ya estaban forzando la puerta. Yo fui a encontrarme con los asaltantes para darle tiempo a Bolívar se fuese; y no tuve oportunidad de cerrar la ventana. Desde que los conjurados me vieron, me agarran y me preguntan” -“¿Dónde está Bolívar?” “Les dije que en el Consejo, fue lo primero que se me ocurrió. Recorrieron la primera pieza con tenacidad, luego pasaron a la segunda y al regresar a donde yo estoy se dan cuenta que la ventana está abierta y exclamaron: ¡Huyó! ¡Se ha salvado! Y salieron de la habitación. También yo salí y encontré a Ibarra herido, él al verme me dijo: ¿Con que han muerto al libertador? No, Ibarra, ¡el Libertador vive! Me lo llevé y lo puse en la cama del General. Dejaron centinelas en las puertas y ventanas y se fueron. A las 4:00 de la mañana del 26 de septiembre, Bolívar a caballo dialogaba en la Plaza Mayor con Urdaneta, Santander y otros militares. El Almirante Padilla regresó por sus propios medios a la celda de la cual lo habían sacado para que se uniera a los conspiradores”.
Más adelante detienen al General Francisco de Paula Santander. Luego, de vuelta a la casa, Bolívar abraza a Manuela Sáenz y le reconoce el famoso título: “Tú eres la Libertadora del Libertador” El 28 de septiembre, interrogaron al francés Agustín Horment sobre el objetivo del asalto a la Casa de Gobierno y respondió que era “Apoderarse de la persona del general Bolívar y restablecer en la fuerza y vigor la Constitución de Cúcuta, y que a quién querían poner a la cabeza del gobierno era al General Santander”
El mismo día le preguntaron a Santander si “tuvo algún antecedente de lo acaecido en la noche del 25 u oyó alguna expresión que pudiera así indicarlo y a quién” Respondió el General Santander que “no tenía conocimiento de que hubiera algún plan para hacer cualquier cambio, y que aunque lo hubiera habido no se lo habrían comunicado” A la pregunta de con quién conversaba de asuntos políticos, Santander citó a varios, entre ellos a Florentino González. El 29 sentenciaron a muerte a Agustín Horment, Wenceslao Zulaibar, Rudecindo Silva, Cayetano Galindo y José López.
Se absolvió a Pedro Celestino Azuero, y se condenó a ocho años de presidio al coronel Ramón Nonato Guerra.
El 30 se llevaron al patíbulo a los primeros cinco condenados.
El 1º de octubre, el coronel Guerra pidió una nueva declaración para recomendar a su familia “que quedaba en la orfandad y en la indigencia” Urdaneta aprovechó para decirle que el Gobierno “podría usar con él alguna indulgencia si en la situación en que se encontraba, próximo a dar cuentas a Dios, tenía la franqueza de decir quiénes más eran cómplices de esta conspiración y quiénes sus autores” Guerra dijo, como lo había expuesto en su confesión, que cuando Carujo se le presentó para hablarle del plan “Me dijo Carujo que contaba con el General Padilla y con el General Santander” Sin embargo Guerra dijo que después fue a ver al General Santander para preguntarle si eso era cierto y que el General le dijo que “Por Dios déjense de eso, que eso era comprometerlo más contra el Libertador, que él no deseaba sino irse de Colombia”
Inmediatamente, Urdaneta mandó comparecer a Santander para un careo con Ramón Guerra. El Vicepresidente dijo en la audiencia que negaba el cargo “en las propias palabras en que se expresaba el Coronel Guerra” El 2 de octubre, en medio de un ostentoso aparato militar el Coronel Guerra pasó al patíbulo. Después, el día 14, otro grupo de conspiradores fue pasado por las armas, Pedro Celestino Azuero, de 21 años, no quiso confesarse. Le dijo al confesor: “El único remordimiento que llevo al sepulcro es el de no haber dado muerte al tirano de mi patria”. El 1º de noviembre hubo careo entre Santander y Florentino González. Santander expuso que “sin mi conocimiento se estaba preparando el plan de revolución”
José M. Ameliach N. Junio de 2017