Rafael Ramírez, salió a defenderse. Y eso está bien. Pues el derecho a la defensa es un principio sagrado en nuestro sistema jurídico. A nadie se le puede condenar sin darle la oportunidad de defenderse y hasta demostrar que de lo que se le acusa es falso.
Pero si a ver vamos, las acusaciones que se le hacen a Ramírez no están dentro del proceso que maneja Tarek William Saab, a quien de paso acusan ahora de ser una especie de marioneta de quienes quieren aniquilar a un sector del chavismo. Esto lo dijo hasta el propio Ramírez, pues ante la pregunta del periodista si las investigaciones dentro de PDVSA y sus respectivas consecuencias, como la detención de unos cuantos gerentes, no parecen un ajuste de cuentas dentro del chavismo, respondió “Se está recurriendo para el ejercicio de la política a herramientas inadecuadas, se está aniquilando la disidencia”. Una manera muy burda, hasta como un lugar común para descalificar la investigación y salirse por la tangente.
Pero por otra parte, Ramírez dice algo que difiere de lo que muchos expertos y conocedores del tema, habían venido sosteniendo, en el sentido que la caída de la producción petrolera, que según él mismo, pasa de un millón y medio de barriles diarios, tiene su origen recientemente, pues asegura que “me sorprendí desde principios de año que nuestra producción estaba cerca al 1.9 millones de barriles”.
No obstante, el asunto no es nuevo, mucho antes de “principios de año” se sabía que ese fenómeno se venía produciendo. Es más, hay quienes asocian ese descenso a un cambio de estrategia en el manejo de la producción, fundamentado en lo alto que estaban los precios del petróleo, en los tiempos que Ramírez manejaba PDVSA y la economía toda. Al parecer, se pensó absurdamente, si vemos el asunto estratégicamente y sobre todo en función del cambio del modelo rentista, que de caerse la producción por un nuevo manejo del negocio, no importaba porque el nivel de precios soportaría aquello. Vamos a recordar algo, ya antes llamamos la atención sobre eso, que mucha gente, insisto en decir esto, parece haber olvidado o no haberle dado la importancia pertinente, lo que queda demostrado con los acontecimientos alrededor de Ramírez y la empresa petrolera, me refiero a parte del discurso de Maduro en su primera, no sé si ha vuelto, visita a la recién instalada ANC. En esa oportunidad habló de unos “expertos petroleros”, yo pensé en Ramírez, les habían convencido – no mencionó a Chávez pero no hay duda estaba entre estos “convencidos” – que la bonanza petrolera, esa de los altísimos precios del petróleo duraría “unos treinta o cuarenta años”. Sobre esto ya escribimos, pero como ya dije, cómo me asombró aquello y más todavía que casi nadie hubiese reparado en eso. Es decir, Maduro confesó que ellos, los dirigentes políticos, fueron “engañados”, diría yo, por unos técnicos petroleros. Obviando que en los políticos lo estratégico tiene un valor fundamental, más allá de un índice y aunque aquella falsa predicción, sin sustento alguno, fuese cierta, no justificaba cambiar la lucha contra el rentismo, más con la urgencia que eso implicaba e implica.
Pero esa vez, como todo este tiempo, el gobierno mantuvo, como ha mantenido, oculta al país la información sobre la caída de la producción petrolera, que como el mismo Ramírez admite, es la causa esencial, más que la “guerra económica”, de la grave crisis que afecta a los venezolanos. Según conocedores del asunto, la caída de la producción tampoco fue un asunto azaroso, tuvo mucho de planificación o motivado en el cambio de estrategia por la falsa predicción de los “técnicos petroleros”. Según dicen los conocedores del asunto se abandonaron áreas productivas, se dejó de invertir y hasta de hacer mantenimiento.
Como no estoy hablando de la corrupción, lo que es harina de otro costal, pareciera que la responsabilidad de lo que nos afecta, que pasa por una caída brusca del ingreso de divisas y hasta de las reservas de ellas, lo que le dio vida a eso que llaman Dólar today, pues son vainas del capitalismo y la oferta y la demanda, diría que la responsabilidad de esto es de muchos. No es sólo Ramírez. Tendríamos que invitar al maestro Jorge Giordani a que hable y tercie en este asunto.
El gobierno, viéndose con la soga al cuello, incapaz de dar una respuesta contundente a la crisis, y menos de hacer una autocrítica severa por miedo a las goteras, opta por “descubrir” que en sus áreas periféricas hay unos cuantos corruptos, lo que todo el mundo sabía y al fin decide actuar. Más que castigarlos, cosa no de su mucho agrado, por el respaldo del cual mucha de esa gente goza y secretos conoce, tanto que Ramírez, pareciera considerarlos víctimas del acoso político por ser “disidentes”, lo que el gobierno persigue es tomar un segundo aire y dar la sensación que se limpia de corruptos. Pero ante eso, que siendo verdad, como uno cree que lo es, tiene mucha importancia, más la tiene la infeliz conducta de los políticos que no le cumplieron a lo estratégico y se dejaron llevar por unos pitonisos disfrazados de “técnicos petroleros”. ¿Cómo puede un político justificar un error de esa naturaleza en una mala información que de de ninguna manera justifica el cambiar el rumbo?
¿En concreto, quiénes son, cómo se llaman, además de Maduro, aquellos que se dejaron llevar por una mala información para cambiar lo estratégico?
“Aquí es dónde la puerca tuerce el rabo”, solían decir en la Cumaná de mi tiempo. Pero seguro estoy que, entre esos, además de Maduro, pues a confesión de parte relevo de pruebas, estaba Rafael Ramírez. Este como gran gurú de la economía gubernamental, manager, campo corto, cuarto bate y novio de la madrina como solíamos decir en casos como estos y además gran “experto petrolero” y miembro del alto mando político, tuvo quizás tres roles importantes en el drama.
Pero sucede que cuando el barco se hunde todo el mundo trata de salvarse de primero. Pocos años atrás, un italiano, capitán de barco, se dejó de pendejadas y se olvidó de aquello que el capitán es el último en abandonar la nave y lo hizo de primero. Ahora, ante esta crisis, a la que no se atreven encontrarle las costuras porque eso pudiera llevar muy lejos, la tripulación trata del culparse mutuamente. Llegado aquí, repito, la corrupción es harina de otro costal y como dice Ramírez, no está sólo en PDVSA, sino en todas partes.
Por eso, al debatir el problema, no es pertinente decir que todo se debe a la corrupción y basta con poner a unos cuantos de ellos presos y hasta quitarles los reales. Como tampoco escudarse tras la guerra económica que es cierta. Hay que discutir el origen real de la crisis. O todas las facetas de ella, que paguen los corruptos y también, como les corresponde, quienes desviaron el camino, desde el punto que haya sido. Por supuesto, toda la corte de adulantes de los encontrados culpables también merece su castigo.
Pero debo justificarme con el título, pues hasta aquí nada parece tener nada que ver con él. Porque quiero que la mayor cantidad de gente posible lea estas reflexiones mías. Es hora de comenzar a decir la verdad, por dolorosa que sea. Y todo esto es verdad. Lo puse para llamar la atención del lector y porque me impresionó Ramírez, casi lloro por su triste situación; esa de “Estoy fuera de Estados Unidos por la sencilla razón que no tengo manera de vivir en Estados Unidos”. Además, es “doloroso” como quiere venirse pero no puede porque necesitar estar donde ahora se halla, que no revela dónde, para pensar en todo lo sobrevenido. Según el reporte de prensa, esa expresión, en negritas, es textualmente suya. Y al pensar en él, me vi en mi condición de maestro de escuela jubilado, con casi ochenta años encima y sabiendo que, ni en sueños, me llegará el pernil ni la caja de CLAP. Para el gobierno, formo parte de las clases privilegiadas y hasta “dominantes”. A las 7 a. m, acabo de tomar café hecho con borra y recalentado.