La guerra en Petare, la matanza en Guanare, la “invasión” de Macuto, el odio y la entrega de PDVSA

Por donde se mire el Estado Venezolano, en este momento, es un Estado disfuncional, ausente, sin instituciones, sin Estado de Derecho, incapaz de cumplir con sus responsabilidades constitucionales.

Con la economía destrozada por la incapacidad del gobierno, sin regulación ni autoridad de ningún tipo, se ha cedido a los factores especulativos, expoliadores del trabajo que “acuerdan” con un gobierno cómplice, precios, tipo de cambio y dolarización. Un país azotado por la hiperinflación y una pérdida del 63% de su producción.

Nuestro pueblo en la pobreza, con un salario mínimo de 4 dólares al mes, más de 4,7 millones de jóvenes, hombres y mujeres, que han tenido que salir y abandonarlo todo para sobrevivir y poder ayudar a los que quedaron atrás, los trabajadores sin prestaciones, ni protección social, sin trabajo.

Una cuarentena de hambre, sin servicios, sin gasolina, sin luz, sin agua, ni alimentos, ni medicamentos. Un pueblo sin esperanzas, sin futuro, sin proyecto nacional. Un gobierno autoritario, criminal, violador de los Derechos Humanos. Una oposición intolerante, llena de odio, incapaz de ver más allá de la punta de sus piés.

Ambos, gobierno y oposición, sufren un severo problema de legitimidad. Abandonaron la política y le cedieron sus espacios al twitter y a los “influencers”, están dispuestos a entregar el país, nuestros recursos para mantenerse o llegar al poder.

Un país al garete, con una mayoría expectante de que “ésto” se resuelva de cualquier manera, o peor, de que “otro” lo resuelva por nosotros. Algunos insensatos y traidores claman abiertamente por una invasión, que otra bandera flamee en nuestro suelo patrio, que la bota extranjera mancille nuestra patria.

Al deterioro económico y la violencia, le sigue la enajenación de los liderazgos políticos, sociales, populares. Nadie asume, nadie dice, nadie hace. Se ha impuesto sobre la sociedad, la indiferencia, las salidas individuales, el “sálvese quien pueda”, el “por lo menos”.

“Por lo menos” hay bodegones; “por lo menos” tenemos luz y “se va solo cuatro o seis horas diarias”; “por lo menos” tengo la caja clap; “por lo menos” se consigue la pimpina de gasolina a 40 dólares; “por lo menos” no me tocó a mi; “por lo menos” tenemos remesas; “por lo menos” algo me tocará. Es el “por lo menos” del conformismo, de la resignación, de la gigantesca operación de enajenación del país.

En lo barrios de Petare, en Caracas, se libra una guerra sin cuartel entre los distintos y poderosos grupos de delincuentes o “pranes” que han tomado el control de las zonas populares. Se disputan el territorio, tienen armas de todos los calibres y tamaños, la población aterrorizada y en peligro, guarda silencio, no pueden hacer nada, se resguardan como pueden. El gobierno, ni pendiente. El CICPC, GNB, FAES y otros grupos parapoliciales o paramilitares, ni siquiera se hacen presentes, “que se maten”, como sucede en las favelas de “Río de Janeiro”, es la violencia criminal, es la juventud, con la cabeza fundida por la droga, es una guerra abierta de grupos que tienen azotado al pueblo más pobre de las grandes ciudades.

En la Cárcel de Guanare se produjo una verdadera carnicería entre los presos comunes, ciudadanos de segunda o tercera para el gobierno, más de 46 muertos en una violencia descontrolada. No es la primera vez, el 28 de marzo de 2018, luego de un motín y un incendio en los calabozos de la policía de Carabobo, Valencia, murieron calcinados al menos 68 ciudadanos, entre reos y familiares. La fiscalía, especializada en perseguir trabajadores de PDVSA, no dice ni hace nada, solo guarda el silencio cómplice, como en el caso de la muerte de Nelson Martínez, Albán, el Capitán de Corbeta Rafael Arévalo o Oscar Pérez. A la ministra de Servicios Penitenciarios, poco le importa, ella administra el infierno donde mueren miles de ciudadanos que a nadie importan.

En Macuto se produce una acción policial liderada por el FAES, que el gobierno afirma se trataba de una “invasión” terrorista. NO se sabe nada, no se informa qué sucedió, nada. Al mismo tiempo, un señor ex militar, junto a un ex “boina verde”, desde algún jardín en Miami, reivindican la autoría de la “invasión” y exigen a guaidó el pago de un contrato de 123 millones de dólares, por los servicios militares prestados. Se muestra una firma de guaidó, éste debería decir algo. Pero en todo caso, el episodio le ha venido de maravilla al gobierno para mantener al pueblo distraído. Según los dirigentes del gobierno, se trata de algo así como “bahía de cochinos”, buscan crear una épica que no existe, mientras entregan PDVSA y saquean el Arco Minero. Es otra bomba caza bobos.

La oposición sigue cometiendo un error tras otro, desconectados de la realidad, del sentir nacional, del pueblo. Van dando tumbos de aventura en aventura, desde “golpes de Estado” en el distribuidor Altamira, hasta “invasiones por Macuto”, donde sus jefes son Boinas Verdes. Si la oposición o los partidos políticos tradicionales, no se sienten identificados o no están involucrados con estas acciones o con invasiones extranjeras, entonces deben desmarcarse. El gobierno tiene que salir, pero tiene que salir por nuestra propia acción, la del pueblo venezolano, sin injerencias de ningún tipo. El silencio, “hacerse los locos”, lo único que esconde, es el oportunismo político y sobre ello cabalga el madurismo, éste se nutre de la inconsistencia de la oposición y del silencio de los sectores políticos, del movimiento popular.

La entrega de PDVSA

He denunciado el plan del gobierno y su comisión de “reestructuración” para entregar PDVSA y el Petróleo. Éste es un hecho muy grave, que lesiona la Soberanía, vulnera el Interés Nacional y viola de manera abierta tanto la Constitución como la Ley Orgánica de Hidrocarburos.

He tratado, con la desventaja del exilio y la censura existente en el país, de entregar para la opinión pública, la conciencia del país, un análisis pormenorizado de la pretensión del gobierno y su comisión para rematar PDVSA y en consecuencia, entregar el petróleo de todos los Venezolanos.

En esta comisión están, nada más y nada menos, que el General en Jefe y Ministro de la Defensa, Padrino López, y el Comandante Estratégico Operacional, Almirante Remigio Ceballos. Les pregunto a ellos, a quienes conozco y aprecio como Oficiales Bolivarianos, ¿por qué callan?, ¿qué justifica entregar la Soberanía sobre el manejo de nuestro principal recurso estratégico, la mayor reserva de petróleo del planeta?, ¿por qué permitir que se viole la Constitución y nuestras leyes?, ¿por qué convalidar el despojo de las riquezas que pertenecen al pueblo de Venezuela?, ¿por qué violar el Decreto de Quito de 1829, del Libertador Simón Bolívar?, ¿por qué traicionar el legado del Comandante Chávez?

En la Asamblea Nacional Constituyente, hay dirigentes y compañer@s a quienes conozco y respeto, les pregunto, ¿por qué van a convalidar con su silencio el despojo más grande de nuestra historia?, ¿es que acaso fueron electos para cambiar nuestra Constitución y leyes en lo referente a la propiedad y reserva sobre el manejo de nuestras riqueza estratégica, el petróleo? A su presidente, Diosdado Cabello, Oficial del 4 de febrero, con quien compartí momentos cruciales, definitivos, al lado del Comandante Chávez, ¿para ésto fue el 4 de febrero?, ¿para terminar entregando la patria?, ¿dónde quedó el juramento al Presidente Chávez?, ¿la lealtad al pueblo venezolano?

En el gobierno y gobernaciones tengo muchos compañeros que aprecio y respeto, algunos ex comandantes, otros ex dirigentes populares, revolucionarios. Les pregunto, ¿acaso su temor a contradecir a maduro y su propensión a guardar un silencio, para mi incomprensible, los lleva a evadir la responsabilidad histórica de detener esta barbaridad?, ¿qué están cuidando?, ¿a qué temen, si lo que está en juego es, no solo el legado de todo lo construído con el Presidente Chávez por mandato del pueblo, sino la única posibilidad de ser un país libre e independiente?

El PSUV ha sido el único partido donde he militado, después de hacerlo durante más de 20 años en el PRV, es el partido creado por el Comandante Chávez, donde fui Cofundador, miembro de su Dirección Nacional, Vicepresidente en Oriente, Occidente y en Mérida. Les pregunto compañeros, ¿por qué traicionar al pueblo, a Chávez y al sueño de los humildes?, ¿por qué entregar PDVSA, si fue por ello que nos dieron el golpe de Estado de abril de 2002 y el sabotaje petrolero 2002-2003?, ¿por qué suscribir un programa entreguista y antinacional, avalado por un silencio y complicidad política que la historia juzgará?

A los trabajadores petroleros, activos y jubilados, ¿por qué permitir que nos despojen de la empresa, de los activos que son de todo el pueblo, conquistados en más de 100 años de lucha y trabajo de ustedes? Saben tan bien como yo, que el desastre de maduro en PDVSA se puede resolver, que allí está el petróleo, que habrá que trabajar mucho, con mucha mística y amor patrio, que nada justifica entregar nuestra principal empresa, que sin PDVSA como operador el petróleo lo manejarán y se lo llevarán del país, tal cual hicieron durante más de 60 años las transnacionales en el país.

Nosotros hemos preparado una propuesta para rescatar PDVSA y mantener el control del Petróleo, nacional, patriota, hecha con base en nuestra experiencias y al conocimiento que tenemos de la industria, apegada estrictamente a la Constitución y a la Ley Orgánica de Hidrocarburos. Me acompaña un grupo de trabajadores y gerentes de sobrada trayectoria, capacidades técnicas y amor al país y a PDVSA. Saben que la empresa se puede recuperar de este caos, tal como hicimos en la derrota del sabotaje Petrolero, el petróleo está allí, la infraestructura y el personal especializado, también.

La oposición, enfrentada a maduro por el poder, sin embargo guarda silencio ante esta pretensión de despojo. Una oposición capturada por intereses antinacionales, que ya prometieron entregar nuestro petróleo a las transnacionales, cuyo “jefe petrolero” no sabe distinguir la producción nacional de los recortes de la OPEP, con una propuesta de nueva Ley Orgánica de Hidrocarburos, que igual transfiere el control de PDVSA y del petróleo a los intereses transnacionales, arrebatándole al pueblo. El silencio de los partidos tradicionales traicionan la doctrina de sus propios partidos, un oportunismo antinacional donde coinciden con el madurismo.

Esta denuncia y lo que ha sido mi postura permanente en defensa de PDVSA y de la Plena Soberanía Petrolera, es lo que me ha valido el linchamiento moral del que he sido objeto, por parte de la oposición y del gobierno. La persecución y el exilio han sido el precio que he debido pagar por mantener mis convicciones y defender el legado político y la obra de gobierno del Presidente Chávez donde, a mucha honra, estuve 12 años como Ministro de Petróleo. Entiendo claramente que el odio en mi contra es el odio hacia Chávez y los humildes. No me importa.

No callaré, no pueden ustedes callar ante el mayor crimen que se fragua contra el país y nuestras posibilidades de desarrollo, justicia social y soberanía. Nos quieren arrebatar, en medio del caos y la debilidad de la patria y sus instituciones, la mayor conquista de nuestro pueblo: la Plena Soberanía Petrolera, la PDVSA Nacional, Popular y Revolucionaria, y el petróleo de todos los venezolanos.



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Rafael Ramírez Carreño

Ingeniero y político venezolano. Ex-embajador de la República Bolivariana de Venezuela ante la ONU. Ex-ministro de Energía y Minas y expresidente de empresa pública Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) hasta el año 2014. Militante Revolucionario, Chavista y Bolivariano.

 @RRamirezVE

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