Hace 18 años un día como hoy 27 de febrero, el mundo impresionado, presenció como un gobierno etiquetado como democrático arremetió contra el pueblo de Caracas masacrándolo a mansalva, por el solo hecho de, haciendo uso del derecho que todos tenemos de protestar contra medidas que lesionen al pueblo, salieron a la calle.-
El pueblo pobre, en aquella aciaga e inolvidable fecha regó con sangre las calles de Caracas y abonó con ella la semilla que años más tarde brotaría con fuerza de roble y que ahora millones de seres, estamos empeñados en consolidar y no dejar morir por nada del mundo, es la aun muy joven Revolución Bolivariana que llegó para no irse nunca y que ha de crecer al cobijo y cuidados de los buenos hijos de la Patria, en honor a tantos venezolanos y venezolanas que ofrendaron su vida ese 27 de febrero de l989, que aun la siguen ofrendando por la acción de los rezagos que aun quedan de los que como autores o coautores de ese día aciago, pululan por la Patria, disfrutando las riquezas mal habidas que utilizan, entre otras cosas, para de manera soterrada a través de sicarios matar impunemente a campesinos que aspiran a un pedazo de tierra de la tanta que en muchos casos improductiva, “poseen” los latifundistas, hechos y acuñados como tales en la cuarta república, la misma que tantas deudas tiene con la justicia, por violación flagrante de los derechos humanos, no sólo ese 27 de febrero, sino durante los 40 años de castigo histórico que tuvimos que pagar los venezolanos, por creer en las promesas demagógicas y mentirosas de los gobiernos que en mala hora detentaron el poder.-
En esos días, traicionando sus promesas de campaña el inefable y nefasto CAP, sumiso al imperio, siguiendo órdenes del Fondo Monetario y Banco Mundial, lanzó unas medidas hambreadoras con aumento de impuestos, aumento de la gasolina y de los alimentos, lo que el soberano no podía aceptar y en su legitimo derecho dio origen a lo que se ha venido llamando “EL CARACAZO”, y que es un hecho de nuestra historia republicana de imposible repetición, lo cual está garantizado por esta Revolución que un buen día llegó para no irse jamás y que ha devenido como un bálsamo liberador que hace honor a aquellos que se fueron aquel día, pero que se quedaron en espíritu como ejemplo de lucha y como aporte a una historia que hoy los reivindica y pide justicia, que no puede esperar más si no queremos que pasen cosas que nadie puede estar deseando.-
No es posible que muchos de aquellos que ese día participaron activa o pasivamente, frotándose las manos como si cada muerto fuese un gol en un partido de fútbol, anden hoy de medio en medio hablando pistoladas, despotricando contra un gobierno que está haciendo esfuerzos para darle al pueblo lo que aquel 27 de febrero le negaron y que no es otra cosa que una distribución equitativa de la riqueza y la búsqueda por exterminar la exclusión, que aquel día tuvo la más activa reacción de parte de un una ciudadanía hastiada de sufrir las consecuencias del latrocinio de gobiernos que durante 40 años les pisotearon, les reprimieron y les mataron.-
Ese día despertó el pueblo, ese día también lloró el pueblo, ese día, comenzó la caída de el pacto maldito de Puntofijo en el cual los serviles al imperio se conjugaron para cumplir a pies juntillas los designios de los organismos neoliberales que han plagado de hambre a buena parte del planeta y que aquí por obra y gracia de la revolución ya están en retirada.-
Hoy, dieciocho años después es necesario que se comience a hacer justicia, no es posible que encima de andar sueltos, de la manera más impune, muchos de los culpables de aquellos crímenes de lesa humanidad, todavía se atrevan, y los medios se presten para ello, a declarar contra lo que hoy vivimos como reivindicación necesaria para el pueblo de Bolívar.-
A ésos hay que señalarlos, a esos hay que publicarles sus fotos con nombre y apellido para que no se olviden sus rostros que seguramente aquel día, algunos tal vez se reirían, como si vieran una película de terror y otros hasta fueron quienes dieron órdenes de masacrar y exterminar a quienes con razón salieron a las calles a decirle a los hambreadores que estaban dispuestos a todo, para evitar morirse de hambre y a defender sus derechos conculcados durante tanto tiempo.-
Creo firmemente que es indispensablemente necesario que quienes en estos momentos, en esta Revolución tienen funciones de poder, pertenecen de alguna manera al tejido burocrático del estado, se miren en el espejo del 27 de febrero para que si están alimentando sus bolsillos producto de la corrupción mejor se vayan de la revolución o paren definitivamente esa conducta, porque el soberano es sabio, es el mejor contralor y más temprano que tarde su actitud va a ser detectada y juzgada, porque ello es obligante para la Revolución si quiere sobrevivir en el sentimiento de los venezolanos de manera indefinida y definitiva.-
¡Gloria a los caídos el 27 de febrero de 1989!, en su honor vamos a luchar sin pausa y sin tregua por una sociedad igualitaria.-
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