El acoso y agresión reiterada entre niños, principalmente adolescentes y jóvenes estudiantes de cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico, que ahora llaman "Bullying" que deteriora la convivencia estudiantil, no es propio de la época actual, pues es algo común de travesuras por rebeldía e irreverencia entre muchachos y muchachas en las edades en que están en su pleno desarrollo físico y mental.

Hago esta reflexión a nivel de mi experiencia personal, ya que nací en un barrio caraqueño, estudié en escuela y liceo público, en las décadas de 1950 y 1960, y ya existía estos escraches y agresiones con los que se pretendían apabullar a los que se dejaban, al no tener respuesta oportuna. Por orientación de mi padre, desde niño nuestra conducta nunca fue pendenciera, de buscar pleitos, pero lo importante era afrontar los problemas con valentía, así uno estuviese en desventaja física. En este sentido, en los centros de enseñanza y en el mismo barrio, con frecuencia aparecía algún muchacho con mayor desarrollo y fortaleza que buscaba intimidarte con acoso, maltrato y agresiones, al no reaccionar te convertías en la "sopa" reiterada de todos los demás, por lo tanto, cuando algún guapetón me agredía, lo enfrentaba aun en desventaja física, y con patadas, codazos o utilizando palos y piedras me defendía y muchas veces salí perdiendo pues le daba 2 golpes y recibía 5 piñazos, pero enfrentándolo y llegaba a mí casa con el ojo morado. Ante esta situación, busqué apoyo de un compañero de estudio que su hermano era boxeador profesional y me enseñó lo básico de la defensa personal, así que en la próxima confrontación la desventaja era menor y, además, me llevé el dispositivo metálico llamado "manopla" que se colocaba entre los dedos, y en la tercera riña logré darle en la boca y le saqué un diente, santo remedio, pues obtuve la seguridad que ni él ni, los patoteros que lo acompañaban, se meterían más conmigo.

Ahora que la mayoría de los muchachos andan con su teléfono celular que permiten grabar todo lo que acontece y que obviamente en mi época no existía, observo por las redes sociales, en países del exterior, a adolescentes venezolanos de ambos sexos, que los agreden y maltratan impunemente, uno de ellos se queda en el piso recibiendo patadas y no reacciona, ni se defiende; otro que cobardemente huye llorando. También, a jovencita golpeada en el transporte escolar y en el recreo estudiantil, a otra la toman por el pelo y la baten contra el suelo y al pararse sale huyendo. Lo curioso es que después aparecen en la televisión la adolescente agredida con sus padres, a manifestar que son víctima de bullying por ser venezolanos, pero esto no es así, me parece que son niños sobre protegidos, quizás hijo único, y al reclamar a la dirección del centro educativo, no le dan mayor importancia, por ser situaciones cotidianas entre compañeros del colegio; desde luego existen casos puntuales de algún estudiante que asiste con arma blanca o arma de fuego, y esto es otra cosa, pues se trataría de algún desequilibrado o delincuente infiltrado, y ese caso debe referirse al cuerpo policial del lugar, para que actué de inmediato, antes que ocurra alguna tragedia.

En este orden de ideas, considero que, a los adolescentes de nuestro país y que viven en el exterior, no le hacen Bullying por ser venezolanos, pues seguramente lo harán con hijos de chinos, árabes o rusos que se dejen apabullar y no reaccionen en defensa propia; por lo tanto, le indico al Fiscal General de la República, y a pesar que los honorables diputados de la Asamblea Nacional, ya aprobó en primera discusión el Proyecto de "Ley de Convivencia Pacífica Escolar", la cual persigue prevenir y proteger a los niños, niñas y adolescentes de cualquier forma de acoso escolar, así como brindarles protección integral a las víctimas directas e indirectas. No obstante, considero que, en nuestro país, no es tan prioritaria esta ley, si se considera que esta actitud no reviste peligro mortal, y es la forma de comportamiento tradicional, al actuar de algunos adolescentes y es a nivel internacional.