La libertad condicional que se le otorgo al cubano Luís Posada Carriles mientras espera un juicio por asuntos migratorios es una muestra de la hipocresía de la administración del presidente George W Bush en su lucha contra el “terrorismo”.
Posada Carriles participo en la invasión de Bahía de Cochinos en 1961, estuvo implicado en el asesinato del canciller chileno Orlando Letelier en Washington DC y fue enlace de la CIA en las operaciones de abastecimiento de armas a los contras en Nicaragua, tiempo después llego a ser jefe de operaciones de la policía secreta de Venezuela donde obtuvo la ciudadanía por naturalización.
Posada Carriles declaro públicamente haber participado en la voladura del avión de Cubana de Aviación en 1976, en el atentado perecieron 73 personas, incluyendo al equipo femenino de esgrima juvenil cubano. En 1985 se escapo de una cárcel en Venezuela mientras esperaba comparecer ante un juez. También confeso en una entrevista con el New York Times ser el autor intelectual de una serie de explosiones en hoteles en Cuba en 1997, esto con el objetivo de desanimar el turismo hacia la isla, en los atentados perdió la vida un ciudadano italiano y otras once personas resultaron heridas.
En Noviembre del 2000 Posada Carriles fue detenido en Panamá por preparar una bomba que explotaría en un salón de conferencias de la Universidad de Panamá en el cual el presidente Fidel Castro daría un discurso, de no ser por la inteligencia cubana que descubrió el plan a tiempo, cientos hubiesen sido los muertos. Fue detenido y encontrado culpable por una corte judicial que lo envió a prisión, pero posteriormente fue indultado en 1997 por el gobierno de la presidenta Mireya Moscoso unos cuantos días antes de terminar su mandato.
Posada Carriles vivía libremente en Miami pero debido a la presión de la opinión publica por las constantes denuncias internacionales de los gobiernos de Cuba y de Venezuela el gobierno de los Estados Unidos se vio obligado a arrestarlo en Mayo del 2005, sin embargo en lugar de extraditarlo a Venezuela como establecen los tratados internacionales y como fue requerido por el gobierno Bolivariano, decidió juzgarlo por violar las leyes migratorias, al descubrirse que había ingresado al país por las costas de Miami en una pequeña lancha con la ayuda de sus amigos del exilio Cubano.
Al detenerlo por violación a las leyes migratorias y no presentarle cargos por terrorismo o extraditarlo, la administración del presidente George W Bush, de alguna forma recompensa a Posada Carriles por sus servicios al .gobierno de los Estados Unidos, y por otra parte calma a la estridente comunidad anti Castrista de Miami, quienes ven en Carriles a un “héroe” símbolo de las luchas del exilio Cubano. Como excusa de no proceder con la extradición el gobierno argumenta que de ser extraditado a Cuba enfrentaría la pena de muerte y en Venezuela seria torturado, argumento hasta cierto punto ridículo, en primer lugar porque el gobierno de Cuba no es quien esta requiriendo la extradición y en segundo lugar porque la nueva constitución de la republica Bolivariana de Venezuela prohíbe la tortura, y el presente gobierno no tortura prisioneros, a diferencia de los gobiernos anteriores que contaban con el apoyo de los Estados Unidos y en los cuales los militares entrenados en la escuela de las americas y los servicios de seguridad asesorados por la CIA torturaban y desaparecían prisioneros políticos.
Después de los ataques terroristas del 11 de Septiembre del 2001, en un discurso en New York, el presidente Bush presento su política nacional de lucha contra el terrorismo y expreso que: “Cualquiera que proteja a un terrorista, anime el terrorismo, será responsable y tratado como un terrorista. Yo urjo a las naciones del mundo a que rechacen el terrorismo y expulsen a los terroristas, para que esta nación tenga credibilidad en el mundo cuando el presidente dice algo debe afirmarlo y yo afirmo lo que digo”.
Es una aptitud hipócrita la del gobierno de los Estados Unidos al acusar a otro gobierno de torturar prisioneros, cuando mantiene prisioneros indefinidamente a 385 individuos en la cárcel de la Bahía de Guantánamo, a quienes tortura física y sicológicamente con el objetivo de recolectar información en su lucha contra el terrorismo.
Es tiempo de que el presidente Gorge W Bush cumpla lo que dice pues envía un mensaje contradictorio en su “guerra contra del terrorismo” al permitir que un terrorista como Posada Carriles salga de la prisión a un cómodo arresto domiciliario mientras espera ser juzgado por asuntos migratorios, en lugar de ser entregado a la justicia Venezolana y permitir que sea juzgado por sus crímenes en contra de la humanidad.
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