“Viajero, ve a Esparta y diles que aquí ya hacen 300 de sus hijos, muertos por cumplir sus leyes”. (Epitafio de las Termópilas)
La obscena utilización que hacen los políticos de oposición venezolanos de la muerte de 4 aviadores militares que cumplían misión internacionalista en Bolivia, prueba que no todas las personas merecen el honroso nombre de humanos.
Estos políticos (sin excepción porque ninguno de ellos se demarca nunca de nada en su sociedad de cómplices) se atreven a “exigir” se le explique qué hacían estos jóvenes militares en aquel país, como si los fallecidos nunca se hubieran hecho la pregunta o como si por alguna oscura razón estaban donde no debían o no querían estar.
Desde antes de la Revolución Bolivariana, nuestra Fuerza Armada cumple misiones internacionales en diversos escenarios como parte de la política exterior de República y expresión de la proverbial solidaridad de los venezolanos. Terremoto en Nicaragua, huracán en el Caribe, pacificación en Nicaragua, inundación en Centro America, extracción de rehenes en Colombia, etc., son situaciones que ameritan el envío de misiones a las cuales suele enviarse a los mejores, quienes además de sus tareas específicas llevan el compromiso de ser embajadores de fraternidad y ejemplos de recto proceder.
En lo que a riesgos se refiere, dominar el miedo a perder la vida (miedos que los griegos llamaban filopsiquia y consideraban defecto propio de esclavos e indigno de quienes aman su libertad) es la premisa de la carrera militar, algo incomprensible para estos políticos cobardes que se aprovechan de la muerte y el dolor ajeno para buscar ventajas electorales.
Como bien lo dice la sobria nota de duelo del Presidente de la República y Comandante en Jefe Hugo Chávez, estos jóvenes caídos serán venerados y recordados como héroes en Bolivia y Venezuela. En cambio, los politiqueros insensibles y los carroñeros de los medios de información opositores se borraran de las memorias de las naciones como tantas otras plagas que han azotado a la humanidad.
En la sociedad de la fama y el dinero los cálculos reemplazan a los sentimientos y no hay lugar para la generosidad y lo sublime, mientras que en la sociedad que queremos construir y por la cual arriesgan su vida los mejores, la solidaridad y la fraternidad deben ser los principios básicos de La Humanidad.
Honor y gloria a nuestros jóvenes aviadores caídos en el cumplimiento del deber, vergüenza y desprecio para quienes pretenden empequeñecer su ejemplo y valentía.
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