Esta semana la denuncia relacionada con el plan criminal orquestado por del régimen narco-para-terrorista de Álvaro Uribe y la CIA dio un salto: paso del despacho del Procurador General de la República al despacho del Presidente Leonel Fernández.
Cuando entregué la carta dirigida al Procurador Radhamés Jiménez y le solicité una entrevista con uno de sus asistentes, este me hizo el “caso del perro”. No quiso reunirse conmigo y declaró a una reportera de televisión que el no podía él hablar de lo que desconocía.
Habló mentira: un Fiscal colombiano y agentes de inteligencia de ese país estuvieron en contacto con él y con su equipo, y además una funcionaria de la Embajada de EU colombo-estadounidense, apellido Arena, tiene una relación fluida con esa entidad. Esta estuvo tratando de armarme un expediente criminal basado en mis vínculos políticos con las FARC (para posteriormente pedir mi extradición), y como le resultó extremadamente difícil, optó discretamente por recomendar medidas más drásticas.
El Procurador evadió mi señalamiento de que el ex-embajador Chaux Mosquera es un paramilitar y estaba metido en la trama, en relación directa con la señora Arena. Pero de todas maneras la confirmación de lo que dije sobre Chaux Mosquera, cuando ese señor fue requerido por instancias judiciales de Colombia, le dio nuevo vuelo al caso.
El fracaso de la emboscada de los “Linces” (tropas especiales del llamado “Plan de seguridad democrática” de factura MOSSAD-Colombia), evidenció conexiones dominicanas con este plan criminal.
Todo esto potenció la solidaridad en defensa de mi vida, incluyendo reiterados y vigorosos pronunciamientos de destacadas y apreciadas figuras nacionales como Freddy Beras Goico y productores de televisión como César Medina, Huchi Lora, Rafael Acevedo, Julio Hazim…, la digna postura del Rector de la UASD, Franklin García Férmin (a nombre de esa querida institución), la concreta solidaridad de mi amigo Miguel Cocco y la impactante declaración de mi hermano Tony.
Entonces decidí situar el caso en la Presidencia de la República, conciente de que Leonel Fernández debía saber de la ingerencia del general colombiano Mario Montoya y de lo planteado por dos misiones de la inteligencia colombiana que visitaron el país para tratar mi caso y que debería estar preocupado por esta difícil situación.
La DAS colombiana (equivalente a la DNI de aquí) y la inteligencia militar de ese país están totalmente dominadas por la nefasta CIA-USA y por la tenebrosa MOSSAD-Israelí, mientras el Ministro de Defensa Manuel Ramón Santos había declarado “blancos de ataque” del ejército colombiano a quienes hemos sido solidarios con FARC y la oposición revolucionaria de ese país.
El paso de la Procuraduría a la Presidencia se viabilizó con la publicación de la carta solicitándole audiencia al Dr. Leonel Fernández. Potenciado el caso con los hechos señalados, se levantó un clamor apoyando esa solicitud y el Presidente rápidamente accedió a recibirme. La entrevista tuvo lugar el pasado viernes.
Como estaba previsto, el Presidente me recibió en compañía de mi esposa y compañera de lucha Lourdes Contreras (Lulú) en su despacho del Palacio Nacional. De entrada le expusimos el contenido de una exposición escrita, leída por Lulú (dado que estoy afectado por una faringe-laringitis aguda y precisaba economizar palabras), que incluye importantes informaciones y valoraciones relativas al plan criminal, las cuales no deberían ser ignoradas por los grandes medios de comunicación del país.
La conversación duró más de dos horas y pudieron tratarse detenidamente los temas planteados y las propuestas que le hice en el citado documento.
El doctor Leonel Fernández se comprometió de inmediato a emitir una declaración pública en la que expresaría su disposición a hacer todo lo que esté a su alcance para preservar mi vida y que en breve procedería a darle a conocer al Gobierno de Colombia su posición al respecto.
También aceptó la propuesta sobre el tema de las armas para mi defensa y me comunicó investigaría todo lo recomendado en el conjunto de las propuestas (agresión de los “Linces”, negligencia de la Procuraduría, posición de la INTERPOL, conexiones colombianas denunciadas…) y me informaría tanto de los resultados como de las iniciativas que adoptaría en cada caso y/o sugerencia formulada.
Al salir del despacho presidencial entregamos a todos los medios el texto de la exposición, informamos brevemente del contenido del encuentro y precisamos que de su parte el presidente Fernández emitiría su propia declaración.
De mi parte sigo alerta, en espera de hechos consistentes, vigilante para que se cumplan esos compromisos. Por demás, estoy conciente de la criminalidad del imperialismo pentagonizado y de de lo que es capaz de hacer el régimen narco-para-terrorista de Álvaro Uribe Vélez. No se debe bajar la guardia.
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