Esta semana ha sido desastrosa para los usuarios y usuarias del Metro de Caracas, la calidad del servicio que presta esta importante empresa, propiedad de todas y todos los venezolanos y venezolanas, se ha venido a menos. Además de la infinidad de escaleras mecánicas fuera de servicio, vagones sin aire acondicionado, retrasos en las horas picos, la proliferación de indigencia en los vagones, irrespeto de usuarios y usuarias a las Normas Internas, descortesía de las compatriotas mujeres hacia sus congéneres embarazadas, no cediéndoles el puesto; manifestaciones de las trabajadoras y trabajadores de la empresa en las calles, expresando su protesta, ante los oídos sordos y faltos de atención a sus problemas por parte de la Directiva del Metro de Caracas, un problema que ya va para más de un año, sin que se vislumbren soluciones en el corto plazo. Casi nos atreveríamos a manifestar, la presunción que tenemos, que la solución vendrá después de las elecciones legislativas de septiembre próximo, una vez hayan mellado lo más posible, la aceptación que el Gobierno Revolucionario tiene entre los sectores populares. No podrá esa Directiva contrarrevolucionaria, echarle la culpa a las trabajadoras y trabajadores del Metro, por los problemas que ellos y ellas están causando, en desmedro de la causa revolucionaria. Y más allá de la Directiva del Metro, el Ministerio de adscripción de esta empresa social del pueblo venezolano.
Si bien, las trabajadoras y trabajadores de “confianza” tienen razón en sus justas reivindicaciones, las cuales hemos señalado en otros artículos, consideramos como un auto suicidio acciones como las realizadas el día de ayer 16-03-10, en las que, en plena hora pico, detuvieron vagones y desocuparon los mismos, sometiendo a usuarias y usuarios, que se trasladaban a sus sitios de trabajo a largas esperas; acciones como esas, son proclives a desencadenar reacciones violentas de nuestro pueblo, de las que no creo que vayan a salir muy bien los trabajadores y trabajadoras que se encuentren en las cabinas de atención al público, de hecho algunos compatriotas que se encontraban mal encarados, esa era la sugerencia a quienes nos encontrábamos esperando la reanudación del servicio, ya retrasados en nuestro ingreso al trabajo.
Si lo que se busca es un sacudón dentro de las instalaciones del Metro, sin duda que los primeros afectados serían los propios trabajadores y trabajadoras del Metro, razón por la cual, nos permitimos llamarlos a la racionalidad, en esta batalla por sus derechos laborales. Si tienen la razón, entonces: ¿por qué acciones desesperadas?, que los aíslan y les hacen merecedores del repudio generalizado del pueblo usuario del servicio. De nuevo, hacemos nuestro llamado al ministro Diosdado Cabello a tomar cartas en este asunto de su competencia, ya va para un año este problema y no se vislumbra solución; urge una nueva directiva del Metro de Caracas, más consustanciada con la calidad del servicio y ganada a estrechar su accionar con los trabajadores y trabajadoras del Metro de Caracas, quienes están ganados y ganadas para hacer de éste un servicio óptimo y de calidad, como nos merecemos caraqueñas y caraqueños. Comandante Presidente, Hugo Chávez, meta su lupa en esta compañía propiedad de todas y todos los venezolanos, llegó la hora de darle un parao a los saboteadores de la gestión revolucionaria de las empresas públicas, cambio de timón para que vengan las soluciones a la crisis de servicio que presenta el Metro de Caracas…
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