"revisémonos a fondo para no fallar en la lucha por lo verdaderamente humano"
Hugo Chávez
Cuando supe la trágica y lamentable noticia del Inca Valero no pude condenarlo o juzgarlo con la agudeza con la que fue condenado y juzgado por muchos . No por que fuera compatriota o camarada, no!. Cuando supe la noticia una inmensa tristeza, preocupación y angustia se apoderaron de mi corazón, y a mi mente llegó un nombre... Marcos... (Por razones obvias utilizaré un nombre ficticio).
¿Que quién es Marcos? Marcos es un estudiante de 15 años de edad, aunque representa 18, quien aún no termina su primer año de bachillerato (lo cursa por segunda vez). Presenta una conducta agresiva. Continuamente está metido en problemas. Se enfrenta a quien tenga que enfrentarse, y es capaz de amenazar hasta de muerte. Según su madre, quien no se cuida de narrar hechos lastimosos delante de Marcos, su embarazo fue producto de un momento de diversión. Nunca han vivido con el padre de Marcos. Le molesta y no permite que Marcos la mire a los ojos cuando ella habla y le baja la cabeza con rudeza. Según lo expuesto por ella, tienen algunos problemas en el barrio con unos "malandros" por asuntos de terreno, y para "proteger" a Marcos, ya que se queda solo en las tardes, lo manda para la casa del papá. Un padre que es capaz de decirle a la madre que si Marcos la obstina por cualquier motivo o se pierde, se lo diga para él mismo mandarlo a matar.... OOOH Dios!.. No se imaginan como me sentí cuando escuche de labios de la propia madre tan dolorosa narrativa y ella "remató" diciendo: " y es que si él no se endereza profesora yo se lo mando al papá para que lo mande a matar, yo sí". Miré a Marcos con su cabeza baja. Me invadió un sentimiento de lástima y frustración... mis ojos se empañaron, mi respiración se acortó, mi bolígrafo se desprendió de mi mano; puse las manos en mi frente ardiendo... Noooo, no era posible que yo estuviera escuchando tanto horror de los labios de una madre... me dije, y le dije: Nooo señora, Marcos no tiene la culpa de ser como es... y ni siquiera me atreví, ni me atrevo a juzgarla a ella... por eso condené el acto homicida cometido por Valero pero no me adelante a juzgarlo. Ví a Marcos en él y a él Marcos.
HOY
al leer las líneas semanales de nuestro Presidente, sentí la necesidad
de compartir esta dolorosa experiencia con ustedes y dar gracias a
Dios públicamente por haberme dado el hogar donde nací . NO es que no
haya tenido antes casos como el de Marcos, en realidad han sido muchos,
pero nunca había escuchado tan crudas expresiones de los labios de una
madre hacia su hijo y con tanta naturalidad. NUESTRO
PRESIDENTE sabiamente expresó:
" el Inca Valero no conoció la
derrota. Pero no pudo convertirse en vencedor de sí mismo: le faltó la
esquina que pudimos haber sido nosotros mismos. Necesario es, entonces,
que nos revisemos: revisémonos a fondo para no fallar en la lucha por lo
verdaderamente humano; para que, parafraseando al Libertador, a la luz
de la verdad y el tiempo nada se esconda, para que el mérito brille y la
maldad se descubra". Valga esta reflexión para todos sin excepción como
seres "humanos" que nos jactamos de ser y muy especialmente para los
padres y madres, docentes, orientadores, psicólogos; psiquiatras,
sociólogos, trabajadores sociales y dirigentes institucionales, quienes
muchas veces evaden sus propias responsabilidades.
Tomando las intensas palabras de nuestro presidente, en cuanto a la revisión que debemos hacernos: se hace urgente y necesario que cada centro educativo especialmente, escuela y liceo cuente con un equipo interdisciplinario, integrado por orientadores, psicólogos, sociólogos y trabajadores sociales y en lo posible hasta de asesores legales de acuerdo al número de estudiantes de cada institución. Debemos estar conscientes que en la mayoría de los casos también se hace necesario tratar a toda la familia. El liceo donde Marcos estudia, cuenta a duras penas solo con una orientadora para una población de aproximadamente 1700 estudiantes, por lo que la mayoría de los casos detectados, son referidos a otras instituciones para que reciban la ayuda psicológica requerida. Sin embargo muchas veces los propios padres se muestran renuentes a llevar a sus hijos a estas consultas, sobre todo por que saben que ellos también deben ser tratados. Si la mayoría de los casos pudieran ser atendidos directamente en los planteles, sería mucho más fácil para nosotros, los docentes, llevar un seguimiento y un control de dichas atenciones.
Nos han enseñado a valorar la salud de nuestros cuerpos pero no nos ha enseñado a valorar la salud de nuestras mentes, que es la que nos da el verdadero equilibrio. Recordemos aquel eslogan "mente sana, cuerpo sano". Es necesaria una campaña a nivel nacional al respecto.
En el caso de Marcos además de haber sido referido para que reciba atención psicológica, un grupo de docentes y una orientadora estamos haciendo un trabajo con él, para tratar de bajar el alto grado de agresividad y mejorar su rendimiento. Por lo menos ya empieza a mostrarse interesado y su madre dispuesta a colaborar.
Tomando las palabras
de nuestro Presidente: ojalá seamos para “NUESTRO
MARCOS” y para toda esa juventud como “Marcos” esa esquina que le
faltó al Inca Valero. Unamos voluntades y lograremos los cambios que
ayuden a construir una mejor sociedad. De lo contrario
estaremos perdidos…